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Latinoamérica

7 de junio del 2003

Ecuador: Lucio trota con Uribe

Marcelo Larrea
Adital

Luego de una comedia de equivocaciones, en la que el Presidente Lucio Gutiérrez se precipitó a expresar públicamente su disposición de recibir a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al anunciar su predisposición para actuar como mediador en las hostilidades sin que las partes lo hayan solicitado y a caracterizar el conflicto que durante décadas desangra a Colombia como propio, dio el paso final a un error que si logra trascender el ámbito de la figuración y la especulación política, puede adquirir dimensiones trágicas: la propuesta de una intervención militar multinacional en el país de Gaitán..
La prensa colombiana trató sus declaraciones con desdén. El Presidente Uribe, primero, al ver al Presidente de un país vecino metiendo las manos en su olla, sufrió el impacto del desconcierto. Luego de las consabidas notas diplomáticas, pudo apreciar la habilidad acrobática de Lucio, para navegar en aguas encontradas. Y finalmente tuvo el placer de trotar junto a él en Perú..
La ponencia que Lucio preparaba para la Cumbre del Grupo de Río en el Cuzco no prosperó en Ecuador. Voces disímiles del espectro político, desde la derecha conventual hasta los neoliberales más febriles, pasando por el múltiple escenario del centro y la izquierda y llegando al mismo Consejo de Seguridad Nacional, le llevaron a Lucio a declarar con gran sensibilidad, que el país no estaba de acuerdo con él y que en consecuencia archivaba su propuesta..
Horas después llegó a Perú y no tardó en exponer el _As_ que llevaba bajo la manga. Una carta dibujada con tanta precisión que a todas luces apareció como pintada por el propio Presidente Uribe, quien en todo caso acudió gozoso a su bautismo y bendición. Su propuesta coincide como un dólar con otro, con la pretensión del Comando Sur de EEUU de regionalizar el Plan Colombia. Demanda a las FARC el cese unilateral del fuego y que se sienten bajo el patrocinio de las Naciones Unidas (ONU), a negociar un acuerdo de paz, el que si no se suscribe, debe dar paso a una intervención militar multinacional para superar el conflicto. Un cuento de hadas sangriento....
Lucio, al parecer no recuerda que las negociaciones de paz fueron suprimidas en el gobierno de Pastrana, luego de que en Washington se anunció la decisión de ir a la guerra. El laboratorio de paz en el Caguán fue bombardeado intensamente por la aviación del gobierno y las FARC desalojadas del terreno, en una ofensiva terrorista, cuyo número de víctimas civiles inocentes todavía se desconoce. Este curso belicista fue fundamental para pavimentar el camino al ascenso al poder de Álvaro Uribe, un político identificado con las tendencias que promueven una solución militar y no política ni pacífica a la guerra prolongada que sufre el pueblo colombiano..
Tampoco parece conocer Lucio, que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, Sergio Vieira de Mello, acusa a la política de seguridad del gobierno de Álvaro Uribe, de la conmoción interior que vive el país, en la que agentes del estado en connivencia con el paramilitarismo aparecen comprometidos en masacres, ejecuciones extrajudiciales, homicidios individuales o selectivos, torturas, tratos crueles y denigrantes..
Obnubilado por su voluntad de obtener la "paz" en Colombia, a cualquier precio, incluso al de una guerra y una intervención extranjera, Lucio, se olvidó también que la Constitución ecuatoriana defiende los principios de soberanía y autodeterminación de las naciones, condena expresamente la intervención extranjera en conflictos internos y se pronuncia por su solución pacífica y no militar. .
*Marcelo Larrea, es corresponsal de Adital en Ecuador y director del periódico "el Sucre"