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Latinoamérica

17 de junio del 2003

850 mil empleados públicos brasileños realizarán una huelga por tiempo indeterminado
Lula enfrentará el 8 de julio el primer paro contra su gobierno

La mañana del sur
Los gremios que agrupan a unos 850 mil empleados públicos brasileños realizarán una huelga por tiempo indeterminado a partir del 8 de julio, en rechazo al proyecto de reforma previsional del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva..
La medida de fuerza se constituirá en el primer paro que soporte Lula, y fue decidida hoy durante una asamblea realizada por representantes de los 11 gremios que agrupan a los 850 mil empleados públicos federales, incluyendo a los profesores de las universidades nacionales..
El pasado miércoles, los gremios estatales realizaron la primera manifestación en contra del gobierno de Lula da Silva desde que el Partido de los Trabajadores (PT) llegó al gobierno, el 1 de enero de 2003. La manifestación tomó el centro de Brasilia y reunió a 40 mil personas según sus organizadores; y a 20 mil de acuerdo con la Policía Militar..
La decisión de realizar la huelga por tiempo indeterminado contrarió a la Central Unica de los Trabajadores (CUT), vinculada al PT, cuyos representantes promovieron ante el plenario adoptar el camino de una negociación con el gobierno..
Los representantes de la CUT fueron abucheados por los sindicalistas estatales, cuyos gremios están, al menos hasta ahora, todos afiliados a la central gremial..
El proyecto de reforma previsional fue enviado por Lula da Silva al Congreso a fines de abril y recorta derechos -»privilegios», según el gobierno- de los empleados públicos..
Por ejemplo, fija un tope de 540 dólares para las jubilaciones de los estatales, las grava con un impuesto del 11 por ciento cuando superen los 370 dólares y aumenta en 7 años la edad del retiro, a 55 años en el caso de las mujeres y a 60 años en el caso de los hombres..
Lula da Silva se opuso a una reforma similar impulsada por el gobierno anterior, con lo cual se había ganado la simpatía de los empleados públicos, que lo votaron masivamente en las elecciones que lo consagraron presidente de Brasil..
Atento a esta polémica, el presidente nacional del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), José Genoino, dijo que el gobierno de Lula no constituye una transición al socialismo: «no estamos haciendo un gobierno de enfrentamiento o de ruptura revolucionaria. Nuestro gobierno es de cambios y reformas graduales, dentro de un orden económico en el que Brasil está incluido», sostuvo..
Privatizaciones .
Por otra parte, el gobierno de Lula anunció ayer que buscará «reorganizar» las privatizaciones efectuadas durante la gestión de su antecesor Fernando Henrique Cardoso, pero no pretende reestatizar las empresas pese a los problemas heredados, según afirmó ayer el jefe de Gabinete, José Dirceu..
Dirceu dijo que a causa de esas privatizaciones «Brasil se hundió», y agregó que «son contratos que ahora tendremos que reorganizar», en un discurso partidario que pronunció en el estado de Paraná..
Los sectores donde inicialmente el gobierno se dedicará a «reorganizar» los contratos son los de energía, telecomunicaciones y la red ferroviaria.