Celebran aniversario del retorno de Chávez al poder tras golpe de Estado
La Jornada Decenas de miles de venezolanos recordaron hoy el primer aniversario de la fecha en que el presidente Hugo Chávez fue repuesto en su cargo tras un efímero golpe de Estado -el 13 de abril de 2002- que puso al líder de los empresarios Pedro Carmona como gobernante de facto, con el apoyo de Washington.
"Estamos listos para movilizarnos y derrotar cualquier intento interno y externo para derrotar esta revolución", que es "pacífica y democrática", afirmó el ex militar al clausurar el Encuentro de Solidaridad Mundial con la Revolución Bolivariana.
En el foro, a cuyas reuniones asistieron miles de personas cada día de los cuatro que duró, estuvo presente en todo momento el tema de la guerra en Irak, así como el neoliberalsimo.
"Ante el atropello de los poderosos, la única alternativa es unirnos", sostuvo el mandatario, quien llamó a una "globalización de la revolución, globalizando las luchas por la libertad y la igualdad de los hombres." También abogó por el retorno de la política, pues "no puede ser que la economía y el mercado manejen el mundo", y anunció la realización en Venezuela de otras cumbres, de campesinos, estudiantes, intelectuales e indígenas, para organizar "la lucha de los pueblos contra la globalización".
Entre los delegados a la reunión se encontraban el vicepresidente cubano, Carlos Lage; el diputado boliviano Evo Morales, el intelectual paquistaní Tariq Ali, el académico estadunidense James Petras, el ex ministro francés de Defensa Jean Pierre Chevenement, y otros.
Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, entregó a Chávez el pañuelo blanco, símbolo que las caracteriza, durante el acto de clausura.
El mandatario señaló que mientras en algunos lugares del mundo suenan "cañones de guerra, aquí nosotros pedimos paz y exigimos respeto a la soberanía de los pueblos".
Añadió: "No aceptamos que se metan en los asuntos internos de Venezuela y exigimos respeto a la soberanía de los pueblos", en especial los del tercer mundo, que han sido "avasallados, bombardeados, ametrallados y recolonizados".
En el cierre participaron también más de una decena de invitados. Tariq Ali trajo a Venezuela el saludo de "varias coaliciones antiguerra del mundo", y lamentó que millones de personas no pudieran detener la invasión a Irak.
El intelectual sostuvo que las fuerzas de Estados Unidos "han entrado, han tomado Irak, pero no lo pueden controlar", y anticipó una gran resistencia.
Denunció también que "las tropas de ocupación están saqueando los museos" de ese país y advirtió a las organizaciones pacifistas estadunidenses que "se pueden vender antigüedades históricas en Los Angeles y Nueva York, para que lo impidan".
Durante el foro, los participantes destacaron como un momento inédito en la historia de América Latina la fecha en que el pueblo y los militares venezolanos rescataron a Chávez y lo restituyeron en su cargo, lo que sucede por primera vez con un golpe de Estado en la región.
Chávez recordó al derrocado presidente chileno Salvador Allende, y dijo que algunos opositores venezolanos planearon aplicar aquí lo que en Chile en 1973, cuando aplastaron a aquel mandatario en el Palacio de la Moneda, pero la diferencia es que "en Chile había una revolución pacífica y democrática desarmada y la revolución bolivariana es pacífica, pero no está desarmada".
También hubo una fuerte condena a los medios de comunicación privados venezolanos, que no sólo son adversarios del gobierno, dijeron, sino que conspiran y mienten "escandalosamente".
James Petras, profesor de ética política de la Universidad de Binghamton, Nueva York, denunció la distorsión y manipulación de sus declaraciones sobre la Ley de Contenidos que realizó el periódico caraqueño El Nacional, y sostuvo que la "prensa venezolana es la más mentirosa del mundo".
Pero Petras aseguró que "el caso de Venezuela no es inédito (...) Si uno va a Estados Unidos, los grandes medios de comunicación son un brazo del gobierno, monopolizan la información; en el caso de Venezuela no son un instrumento de gobierno, pero sí de las fuerzas reaccionarias; distorsionan e inventan como hoy día lo han hecho con este reportaje tan mentiroso que me hicieron. Si los golpistas hubiesen tenido éxito, hubiese habido una masacre; eso es lo que está en juego aquí, pues ellos manifiestan un odio visceral contra el pueblo".
En la "cumbre de los pueblos", como definió Chávez a la reunión a la que también asistieron Gloria Gaitán, hija del asesinado líder colombiano Eliecer Gaitán, y el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, reinó un ambiente similar al de las cumbres de Porto Alegre, Brasil, contra la globalización neoliberal.
Tras el acto de clausura, el mandatario se trasladó a la Plaza Bolívar, donde decenas de miles de personas se habían reunido para bailar y festejar por su regreso al gobierno luego de 48 horas en que el líder de la cúpula empresarial Pedro Carmona fungió como gobernante de facto, disolviendo en ese breve periodo la Asamblea Nacional.