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Latinoamérica

10 de diciembre del 2003

Uruguay: jaque mate al Banco Mundial

Carlos Santiago
Rebelión

La ciudadanía uruguaya dio un espaldarazo al país. Ese 62.21 por ciento de uruguayos que sufragaron para anular la llamada Ley de ANCAP, que no era otra cosa que la explicitación de un nefasto acuerdo con el Banco Mundial, estuvo conciente de una serie de elementos que están en la base del deterioro del país.

Deterioro que se expresa en una crisis que ha postrado a más de un millón de personas en la marginación, cifra abrumadora: nada menos que una tercera parte de la población. Seis de cada diez niños de cero a cinco años nacen en la marginalidad, debajo de la llamada línea de la pobreza. Por ello el pronunciamiento popular es mucho más profundo y las motivaciones de la cifra abrumadora que lograron los partidarios del "SI", evidencian un contenido político que nadie puede soslayar y que muestra una importante declinación de los partidos históricos.

Ello presagia, obviamente, que el dramático cambio de la dirigencia política es un elemento cierto, una posibilidad veraz que tendría como jalón fundamental la elección de octubre del 2004. La potente expresión opositora del voto por el "SI"del pasado domingo, así lo indica. Analistas y politólogos, sostienen que jugó un papel fundamental el llamado "voto castigo" al gobierno del presidente Jorge Batlle, lo que más de cualquier especulación, es una puntualización que parece cierta.

Aquí, más allá de las diferencias que expresó la población con los planes del Banco Mundial, aplicados sin anestesia por el gobierno de Jorge Batlle, efectivamente lo que ocurrió fue un deterioro más que manifiesto de los partidos que engloban nacionalistas y colorados, fenómeno de rebelión de sus base que no es ninguna sorpresa. Así lo estaban manejando las mediciones de opinión pública que desde hace varios meses vienen indicando ese decaimiento. Entonces, ¿por qué esas tensiones de las últimas horas? Las encuestas - sin con esto decir que lo expresado en las mismas sea "palabra sagrada" - venían indicando desde hacer mucho tiempo una creciente declinación de los lemas "tradicionales"

Esas mediciones hicieron que los partidarios del "NO", debieran jugar con sus cartas más fuertes: los ex presidentes Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, en distinto grado, encabezaron la campaña advirtiendo día a día que sus esfuerzos no prosperaban, pese a haber utilizado en su favor los dineros de la propia ANCAP, que gastó cientos de miles de dólares en propaganda electoral, acción delictiva perdonada, en el juego de las mayorías políticas, por la propia Corte Electoral ante la cual legisladores de la coalición de izquierda (Encuentro Progresista - Frente Amplio) presentaron una denuncia por "delito electoral"

Con esto nuevamente el inventó al inventor. Esa propaganda a favor de la ley, pagada con dineros públicos, indignó a la población que obviamente, actuó en contra de la acción que intentaba favorecer. A ello se sumaron otros "errores" de la mayoría de la Corte Electoral, que le otorgara a la opción del "SI" a quienes se oponían a la ley, determinando además que la opción por el "NO", favorable a la ley, se expresara a través de una papeleta color celeste, obviamente, vinculado a elementos tradicionales de nuestra nacionalidad.

Pequeñeces de tal mediocridad, maniobras torpes, que invalidan definitivamente a sus autores, algunos ministros de la todavía desintegrada Corte Electoral, que demostraron ser participes de un juego menor, lamentable, de pequeñez política, que fue otro jalón más que indica el nivel de deterioro de la imparcialidad que debiera expresar ese organismo. Sin duda, existe un antes y un después de este referéndum que expresa un estado de opinión vinculado a una visualización de que se concretará rápidamente un recambio, a cortísimo plazo, del elenco gobernante que, obviamente, determinará un dramático vuelco en el poder. Es que el desgaste de los gobiernos colorados y blancos es de tal magnitud que deberán enfrentar a una opinión pública que le otorgó el 62.21. por ciento a los sectores populares y tan solo el 31.42 por ciento a la opción apoyada por el gobierno y las estructuras directrices de los partidos históricos que recordemos, obviamente, actuaron coaligados con el gobierno durante una de las etapas más dañinas para el país, siendo co responsables de la crisis.

El "voto castigo", no tuvo solo el objetivo de castigar al gobierno de Batlle. Se extendió, obviamente, a los partidos que sostienen a este gobierno y expresan alianzas de políticas económicas con los organismos multinacionales de crédito.
Carlos Santiago
Secretario de redacción de Bitácora (Uruguay)