30 de diciembre de 2003

Eduardo Andrade Bone
Rebelión

Hace algunos días atrás en Santiago de Chile, la Editorial LOM presentó el libro "Los derechos de los pueblos indígenas en Chile", que es producto del trabajo realizado por el Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad de la Frontera.
El presente libro estudia las realidad pasada y presente de los pueblos originarios en Chile, inserto en la problemática de los derechos humanos, que han tenido que enfren tar por siglos los pueblos de origen indígena, en el cono sur latinoamericano.
El libro se desglosa en 10 diversos capítulos, que abarca a los pueblo aimara, kunza o atacameños y collas por el norte; al pueblo de rapa nui en la Isla de Pascua, a los mapuche huilliches y mapuche en el sur, también se menciona a los kawéskar, selknam y yáganes en el extremo austral chileno, sin dejar de mencionar a los indígenas que viven en la ciudad de Santiago.
En el trabajo realizado por el instituto antes mencionado, se reseña el tratamiento al cual fueron sometidos por los invasosres y colonialistas de la época, y luego por los denominados gobiernos republicanos. Se examina la legislación establecida y las políticas propiciadas hasta hace poco por el Estado chileno hacia los pueblos originarios,
El libro destaca entre otras cosas, cómo por el accionar de la oligarquía chilena, producto de la usurpación de sus tierras, se va produciendo el empobrecimiento material paulatino de los pueblos indígenas, se avasalla su legado cultural y se despliegan grandes esfuerzos para su exterminio definitivo.
También se analizan, los diversos cambios introducidos por la Ley 19.253 del año 1993, y las diversas políticas impulsada por el Estado chileno, en donde se destacan sus logros y deficiencias, para tratar se dice, de "garantizar los derechos de los pueblos indígenas", pisoteados por más de cinco siglos.
En el libro también se analizan otras políticas públicas, como aquellas que están destinadas a la elaboración de diversos proyectos de inversión forestales, mineros y hidroeléctricos en territorios de los pueblos originarios, sin respetar las tradiciones culturales y los grandes desequílibrios ecológicos, que producen los capitales en las comunidades indígenas. El fin último de los grandes capitales, siempre es el Dios dinero, sin importar para nada la cultura ancestral de los diversos pueblos indígenas y el gran amor y respeto que éstos sienten por la tierra y la naturaleza.