Esta vez no entraron por la aduana 120 ex presos políticos que se rencontraron en Lecumberri
Claman justicia, no venganza, los ex guerrilleros, activistas y líderes del 68
GUSTAVO CASTILLO
La Jornada
Emocionados, ex guerrilleros, líderes del movimiento estudiantil del 68 y activistas políticos de los años 60 y 70, que fueron encarcelados durante las administraciones de Gustavo Días Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo, se reunieron en el Archivo General de la Nación para recordar que alguna vez estuvieron presos en el llamado palacio negro. Ahí, unos 120 ex presos políticos firmaron el Manifiesto de Lecumberri, en el que demandan a los poderes Ejecutivo y Judicial que castiguen a los represores de la época en que fueron detenidos, torturados y en la que también muchos de sus compañeros fueron desaparecidos.
Esta vez no entraron por la aduana custodiados por policías o agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), tampoco con los ojos vendados, golpeados o tras horas o días de haber permanecido en cárceles clandestinas. Ingresaron por la puerta principal acompañados de esposas, hijos y en algunos casos hasta nietos.
Desde la entrada hasta el centro de Lecumberri, donde se encuentra la gran cúpula (panóptico) que se forma en el centro de la ex penitenciaria construida por Porfirio Díaz, hubo quienes recordaron con sus familiares momentos de la visita familiar en aquellas épocas.
Recorrieron los espaciosos pasillos que brillaban de limpios y que hoy son utilizados para montar exposiciones fotográficas o documentales.
Luego, ya bajo la cúpula y rodeados de imágenes que rememoran la vida en esa prisión en 1968 y los años 70, el grupo de viejos combatientes apeló a mantener sus convicciones juveniles de cambio y revolución.
Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, dirigente del movimiento estudiantil de 1968, llamó a los que asistieron al "rencuentro de presos políticos", a "vivir y recordar lo que hoy es una flor marchita", pero pidió que en adelante "la nostalgia que embarga, no debe hacer que se viva en ella".
Con la voz a punto de quebrarse, les dijo: "¡No, no nos reunamos para decir que estás viejo o que el tiempo no pasó por ti! Debemos unirnos para luchar por el futuro. ¡Estamos vivos y actuantes! Que la nostalgia sirva como acicate para seguir luchando".
A la reunión asistieron integrantes del Movimiento Armado Revolucionario (MAR), de la Liga Comunista 23 de Septiembre, de Los lacandones, Los espartacos, de lo que fue el Comité Central del Partido Comunista.
En esos años "lo que menos importaba era la organización, en ese entonces eran un mar de ellas que nacían y morían, que se fundían", indicó Rosalba Robles Vessí, quien estuvo en Lecumberri de 1970 a 1974.
"Que se haga justicia, no venganza", dijo Robles Vessí, al referirse a la posibilidad de enjuiciar a los responsables del 2 de octubre, del 10 de junio de 1971 y de la llamada guerra sucia.
Federico Emeri, Salvador Ruiz Villegas, Salvador Martínez della Rocca, del Comité del 68; Vicente Estrada y Mario Ramírez, integrantes de grupos armados en Morelos y Guerrero, así como otros ex presos políticos, como Zoila Ruiz, Fernando Castillo, César Enciso, Patricia Mares, Raúl Sicilia, Fernando Rivas, Carlos Andrade, Carlos Aquilino, David Vega, Saúl Alvarez, Alejandro Ortiz, David Uriarte, Manuel Fernández, Arcelia Ortega, Rocío Herrera y Jorge Abaroa, entre otros, estuvieron ahí rememorando los accesos, las salidas, los patios, las charlas entre presos.
Los promotores de la reunión fueron Enrique Condés, José Luis Moreno Borbolla -coordinador del Colectivo de ex Militantes del Movimiento Armado Socialista-, Salvador Ruiz Villegas, Mario Rechi -actual jefe de asesores del secretario del Trabajo, Salvador Abascal-, Jesús Martín del Campo, David Cilia, Arturo Martínez Nateras y Ricardo Rodríguez.
Lecumberri, que ahora es el Archivo General de la Nación, hizo que centenares de recuerdos volaran, se convirtieran en imágenes palpables de un inmueble y de instantes que ya no estarán nunca más en ese sitio que alberga hoy más de 60 millones de documentos históricos, entre ellos los informes de la DFS y los archivos personales de muchos de los que ayer estuvieron ahí.
Se consideraron afortunados de haber sido detenidos y encarcelados en Lecumberri, porque muchos de sus compañeros "nunca llegaron a pisar una cárcel y a ser enjuiciado bajo acusaciones falsas. Los desaparecieron".
Como si hubieran sido los jóvenes veinteañeros que quisieron cambiar el sistema político nacional, se divirtieron subiendo un torreón de vigilancia, y desde ahí señalaron sus crujías, donde leyeron periódicos, escribieron cartas a sus familiares y amigos, o cazaron ratas bajo la mirada de los custodios en los años o meses que permanecieron en esa prisión.
También recordaron horas o días en el apando, celda sin luz y sin sanitario donde había que vencer el miedo y la soledad. Se dieron tiempo para rememorar que en ese sitio también estuvieron presos José Revueltas y Heberto Castillo.
Ahí, en un edificio lleno de luz y limpieza, donde ni siquiera permiten fumar en áreas alejadas de la zona de acervos documentales, se llenaron de firmas 14 hojas, era la declaración de Lecumberri, pidiendo justicia y castigo para los represores.
Martínez della Rocca aseguró que la decisión de la Suprema Corte de establecer que el delito de privación ilegal de la libertad (equiparable al secuestro) no prescribe hasta en tanto no aparezca la víctima, viva o muerta, abre una puerta de esperanza para que sean encarcelados personajes como los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, o los que fueron titulares de la extinta DFS, el capitán Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nazar Haro.
Rechaza el AGN que exista sustracción o desaparición de materiales
Desmiente la Femospp versión de que se hayan localizado expedientes sobre la guerra sucia
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
Pese a la versión oficial de que ya se localizaron en el Archivo General de la Nación (AGN) los documentos relacionados con las averiguaciones previas que buscan esclarecer los casos de Jesús Piedra Ibarra, del 10 de junio de 1971 y el asesinato de Genaro Vázquez Rojas, fuentes de alto nivel de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) aseguran que esto no es cierto y la información que se ha encontrado no está completa.
Ayer, durante el acto organizado por ex guerrilleros de los años 70 y 80 en el AGN, se distribuyó un boletín de prensa en el que se afirma que se ha detenido la reorganización de las cajas enviadas por la Secretaría de Gobernación, en las cuales se han encontrado documentos trascendentes para el esclarecimiento de la llamada guerra sucia, el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971.
Asimismo, se informó que todos los archivos están a disposición de quien los quiera consultar y se rechaza que en el AGN exista sustracción o desaparición de materiales.
Sin embargo, como lo informó La Jornada el primero de noviembre pasado, la Femospp realizó una diligencia ministerial en la que dio fe de la desaparición de documentos relacionados con las averiguaciones previas, la mutilación de imágenes fotográficas relacionadas con el movimiento estudiantil de 1968 y la presencia irregular de documentos de los siglos XVII y XVIII en un área distinta a la que corresponden.
Los documentos, mediante los cuales la fiscalía que dirige Ignacio Carrillo Prieto realizó la diligencia, que aún no llega al ámbito de averiguaciones previas, se refieren a informes sobre la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, el asesinato de Genaro Vázquez Rojas y otros con los cuales se demostraría el involucramiento del general Manuel Díaz Escobar -jefe de los Halcones- en los sucesos de 1968.
En tanto, el material gráfico supuestamente mutilado tiene que ver con imágenes de la marcha de la libertad, realizada en enero de 1968.
Al respecto, el director del AGN, Jorge Ruiz Dueñas, afirmó que desde el 31 de octubre comenzó la búsqueda de documentos y que se obtuvieron resultados positivos, logrando localizar la totalidad de los expedientes señalados por la Femospp el martes pasado.
En cuanto a las fotografías, indicó que la apreciación del personal de la Femospp tal vez se deba a que existen diversas copias de esos materiales en distintas cajas, ya que en el AGN no se realizan perforaciones o mutilaciones, ni siquiera se colocan clips o broches metálicos en los acervos.
Según las versiones de altos funcionarios de la Femospp, aún se registran faltantes de información sobre Manuel Díaz Escobar Figueroa.
En las semanas recientes, por consentimiento de la directora del Archivo Histórico Central, Dulce María Liauht, se comenzó la reorganización de 300 cajas de información de la Secretaría de Gobernación, situación que permitió que el material que estaba concentrado en una sola caja fuera dividido en cinco y hasta en siete empaques, los cuales fueron acomodados de acuerdo con parámetros que están relacionados con diferentes periodos y localización geográfica, esto es, por días, meses, años y entidades federativas.
Pero a raíz de lo publicado por este diario, la actividad se detuvo y ahora se trabaja en el proceso de reversión, con lo que se busca volver a su estado original los archivos que ya habían sido reorganizados.
Sin embargo, en la galería 2, donde se encuentran las 3 mil 52 cajas de información de movimientos políticos y sociales que abarcan el periodo de 1924 a 1985, se ha detectado un cúmulo de documentos relacionados con las investigaciones de la fiscalía especial, que han sido acumulados como "miscelánea" y de los cuales se desconoce su ubicación original.