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Latinoamérica

Bush, Uribe Velez: Un bruto dirige a un idiota


Los análisis mas objetivos, veraces e independientes sobre la encrucijada colombiana, en los dias de elecciones, han sido los de los Medios y expertos del exterior. Prueba de la forma grotesca como la clase política dirigente en el poder y sus Medios de Incomunicación, fabrican y virtualizan "su realidad" para mentirle a los colombianos..., y al mundo... Quizá éste es el mas contundente....Redacción
Colombia:...Mentira, mentira, yo quise decirle.

Carlos Revello *

RODELU

Recordar los hechos, los juicios, lo publicado (está en los archivos y no puede ocultarse) en el caso de Colombia es interesante. Antes del referéndum la prensa afirmó -en todos los artículos de la denominada Falsimedia "seria"- que el Sr. Presidente de Colombia, Alvaro Uribe tenía un 70% de la opinión pública a favor. Uribe, -se sostuvo- goza de una popularidad apabullante, esa misma popularidad lo llevará a triunfar en su referéndum donde se preparan por la vía presidencial ciertas reformas absolutamente necesarias para seguir gobernando en el espíritu que lo llevó electoralmente al poder. Las reformas eran, privatizaciones por un lado y, por otro, recortes absolutamente necesarios para cumplir con los requisitos que impone el FMI a todo estado que se precie de estar entre los globalizados: baja del nivel de salud, baja de los gastos en educación, reducción de toda atención social del Estado y privatización de la poca existente.

Ahora, después de los hechos -ni las cifras se publican- del denominado referéndum.

Se impone entonces una pregunta fundamental. ¿Mintió la prensa, mintieron las compañías encuestadoras o, lo más probable, mintieron otros muy arriba y fuera del país que estaban interesados que Uribe llevara adelante ciertos designios en Colombia y en América Latina que para ellos son caros? Si la última probabilidad es válida sabemos todos que esa fuerza democrática y superior (en realidad es totalitarista y capitalista) tiene los suficientes recursos para influir, por debajo de ellos, a otros, tanto en Colombia como en el resto del mundo.

Deberíamos entonces hablar de Inteligencia inducida, una inteligencia que no vacila en mentirse abiertamente a sí misma, a los gobernantes a los que supuestamente sirve, a los usuarios norteamericanos que son los que le financian los presupuestos secretos.

¿Está esa Agencia en el Departamento de Estado norteamericano o en el Pentágono? ¿Obedece la misma a los actores de la política exterior o de la Defensa? ¿Es acaso independiente de esos sectores y responde directamente a los deseos de la misma Casa Blanca? Finalmente, ¿cuál de las 12 ó 13 agencias de la Seguridad norteamericana es la implicada?

De los mentirosos sabremos la identidad próximamente pero, en ese caso, otra reflexión se impone. Cuando un servicio de Inteligencia fabrica inteligencia fallida, cuando sus analistas se proponen difundir deseos y darle a esos deseos el ropaje de información científica, cuando las mismas conclusiones interesadas se difunden a través de los parlantes camuflados de Agencia Encuestadora XX -y de allí los toma la prensa- la finalidad es clara y evidente: influir con información mentirosa sobre cierto sector o ciertos sectores de la opinión pública. Ganarlos para ciertas tesis, para ciertos programas políticos, como caudal electoral que respalde ciertos proyectos.

En resumen, un típico ejemplo de eso que quiere llamarse realidad virtual.

Fabricando una realidad falsa, se influye sobre sectores de las capas medias y superiores, confiando que por el efecto derrame de la influencia social, de arriba para abajo, las capas populares serán influidas por los sectores, capas y clases que en alianza tienen el poder real en Colombia. El objetivo final entonces, era conseguir que con un apoyo fabricado del 75% de la opinión pública Uribe obtuviera un triunfo digamos del 55 ó 60% del electorado convocado.

Pero. ¿cuándo en vez de la victoria se obtiene una derrota? ¿Cuándo tanto esfuerzo de mentir y rementir se demuestra infructuoso? ¿Qué hacer en tal caso? ¿Se despedirán acaso a los expertos o jefes de División o Departamento y sus asesores de la posible Agencia de seguridad norteamericana? ¿Se cortará el presupuesto de la Agencia y se arrojajará a sus empleados a la desocupación? ¿Cerrarán también las Agencias Encuestadoras XX? ¿Les dirán a los directores de los periódicos y a los Jefes de Redacción: arréglense desde ahora en adelante como puedan?

Todos estos temas pone sobne el tapete el reconocimiento oficial de que el referéndum colombiano ha terminado en un fracaso electoral. Que a Uribe, el hombre "de a caballo", el "trabajador infatigable", el presidente con "pinta" de hombre joven, éste sátrapa designado a pesar de su pasado (de él y de su papa) en el narcotráfico, las masas colombianas, con ese olfato certero que los pueblos desarrollan, le han dicho nones.

Y además, para que no queden dudas, le han dicho NO en el referéndum y le han dicho NO inmediatamente después en las elecciones para Intendente de Bogotá. A los pocos días.

Recapacitemos entonces. Uribe había sido elegido con el apoyo aplastante de la opinión pública colombiana para que dirigiera una campaña de militarización de la sociedad colombiana con la finalidad de derrotar a la guerrilla y de esta manera poner fin a la "violencia" que por allá al comienzo de los años 50 desencadenaron en Colombia los liberales y los conservadores cuando no se ponían de acuerdo como repartirse el poder político.

Para esta nueva campaña de "pacificación" era necesario la intervención norteamericana. Entonces, dijo el presidente Clinton que el Plan Colombia de cientos de helicópteros, decenas de asesores norteamericanos, inteligencia satelizada, patrullaje de los ríos en las zones fronterizas de Perú, Ecuador, Brasil y Venezuela, no era "acción imperialista yanqui". Y lo que dijo Clinton, lo desdijo -inmediatamente después- su sucessor este muchacho Bush Jr.

Uribe en consecuencia, su ejército (totalmente corrompido), los asesores norteamericanos y los mercenaries norteamericanos que actúan en Colombia como soldados privados de fortuna, decidieron bombardear a troche y moche. Meses de bombardeos, meses de incursiones en la selva, decenas de muertos civiles inocentes, legalización total de la violencia de arriba, gubernamental. Incitación permanente, a toda la sociedad, a alistarse como delatores de sus vecinos. Triunfos mediáticos, en el papel y la pantalla, por docenas. Aumento como consecuencia de esta efectividad del prestigio del presidente. Utilización del mismo como portavoz para pedir la intervención extranjera en Colombia y utilización de los paramilitares para acciones de hostigamiento en la frontera venezolana, al mismo tiempo que se prestaba a la camarilla golpista de Venezuela asilo político que pronto fue seguido por otros.

Y después de campaña publicitaria tras campaña publicitaria, fabricadas en las mejores (y las más caras) agencias publicitarias de relaciones públicas, este fracaso estruendoso en el referéndum y en las elecciones.

¿No es acaso para llorar de desesperación, de rabia, de impotencia? ¿No es acaso para reirse a carcajadas, esas carcajadas francachotas de los hombres y mujeres del pueblo trabajador? ¿Esas carcajadas de camisa sudada, de olor a pescado y a ron?

Uribe montado en un caballito de madera en el Palacio Presidencial con una espada de verdad, es lo que siempre ha sido. El hijo malcriado de una oligarquía rapaz, miserable, explotadora e incapaz.

Otros, los hombres de verdad. Los que se han pasado 20, 30 años en las selvas colombianas con el fusil en la mano, en vigilia constante y sacrificada por su pueblo. Haciendo allí con su combate de sacrificios diarios los analísis politicos necesarios sobre la sociedad colombiana respirarán satisfechos. Las masas colombianas, el pueblo colombiano, convocado a referéndum y a elecciones camina junto a ellos. Le dice NO a la oligarquía, le dice NO a los gringos norteamericnaos, le dice NO a su programa de destruir la sociedad civil colombiana.

* Carlos Revello en rodelu.net 29 de octubre de 2003
Carlo Revello, profesor de historia en Uruguay, director de Radio Sur de Estocolmo, colabora con esta página desde sus orígenes. Estas notas se difunden en radios de cercanía de Gotemburgo y Uppsala.*