Juan Carlos Vallejo
Rebelión
La memoria histórica nos ha enseñado que, después de los grandes procesos de liberación de las clases populares, el establishment americano (norte, centro y sur), tan carente de ideas y rabioso por la pérdida del poder y sus privilegios, arremete en forma violenta contra el pueblo. El terror, la tortura, la desaparición forzada, la eliminación sistemática de los líderes sociales, el desplazamiento forzado y la penalización de la protesta popular, obedecen a un mismo plan de reacción, orquestado con la complacencia del imperio.

América Latina está convulsionando. Cuba, la digna, sigue resistiendo los embates del mafioso exilio de Miami, y logra poner en jaque al infame bloqueo que por cuarenta años resiste estoicamente. Venezuela, esperanza del continente, avanza en la consolidación de su Revolución Bolivariana y se prepara para soportar los últimos pataleos de la racista y vendida "oposición". Argentina pone en su sitio al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, principales responsables de la hecatombe social. Brasil no admite intromisiones en sus asuntos internos, de quienes quieren "discutir informes", sobre la situación de los derechos humanos en su territorio. Bolivia expulsa de la presidencia a un "extranjero" indolente, que se aferraba al poder a través de las balas. El Salvador se apresta a llevar al poder al sector más progresista del país. República Dominicana sigue su lucha interna por impulsar un partido que acabe con el triunvirato partidista que gobierna de espaldas al pueblo. Ecuador empieza a moverle el piso al traidor Gutiérrez. México comienza a sentir el descontento social y el justo reclamo del Movimiento Zapatista. Colombia, de la que menos se esperaba, da una lección inolvidable de humildad a una clase dominante sorda y corrupta, y a un presidente intolerante, arrogante, autoritario, con un siniestro pasado. Se espera que la zaga continúe con otros países.

El Establishment americano está "como palo de gallinero" y en Bogotá, Colombia, entre los días 6 y 7 de noviembre, se darán cita: Alvaro Uribe Vélez, Fernando Londoño Hoyos, Plinio Apuleyo Mendoza, Juan Manuel Santos, Noemí Sanín, Mario Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, Teodoro Petkoff, Mary O'grady, Beatriz Merino, Edurne Uriarte, Michael Radu, Stephen Johnson, Peter Pusik, Bernaldo de Quiros, Rusell Crandall, Carlos Iturgaiz, Josi Calleja, Elizabeth Burgos, Pablo Izquierdo, Marcos Aguinis, Enrique Krauze, Alfredo Barnechea, entre otros. (No hay necesidad de decir sus ocupaciones o procedencia, bien los conocemos). La reunión la respaldan una tal Federación de Organizaciones No Gubernametales "Verdad Colombia"(¿?), Instituto DL, Atlas Economic Research Foundation, Fundación Internacional para la Libertad, Fundación Nauman y dizque Heritage Foundation. Van a hablar sobre "Las amenazas a la democracia en América Latina: terrorismo, neopopulismo y debilidad del estado de derecho". (Deberían de ponerse frente a un espejo para ver quiénes son las verdaderas "amenazas").

Por lo general, luego de estos cónclaves, surge la vil propaganda para justificar la represión. Lo veremos: Las agencias internacionales de prensa y los medios de comunicación, se confabularán en defensa del statu quo y difundirán cuanto estiércol allí produzcan. Después, vendrán los serviles organismos "humanitarios" a disuadir a los levantamientos sociales.

Finalmente, se expedirá la orden del imperio para la arremetida militar y la conformación de los escuadrones de la muerte. (¿En dónde vimos eso? En Guatemala, en Nicaragua, en El Salvador, en Chile, en Argentina, en Uruguay, en Paraguay, en Perú, en Ecuador, en Colombia, en Panamá, en República Dominicana, en Venezuela, en Brasil, en...).

Harian falta unos pocos nombres -como Aznar, Blair, Bush y sus halcones-, para completar ese tenebroso ¡Cónclave de la Infamia!