24 de noviembre del 2003
Comunicado de las FARC de Colombia
¡Álvaro Uribe debe renunciar!
FARC-EP
El Gobierno de Uribe transformo el Referendo del 25 de octubre en un plebiscito a favor de su política terrorista de "Seguridad Democrática" y fracasó rotundamente.
De nada le valieron los miles de millones de pesos invertidos tanto por el Gobierno como por la gran empresa privada en su mentirosa campaña, ni el descarado monopolio oficial sobre los grandes medios de comunicación, ni la intimidatoria campaña electoral de las fuerzas militares, policiales y paramilitares, ni los 30 largos e intensos días de proselitismo presidencial, ministerial y de la misión diplomática, ni la compra oficial de votos a cambio de rebaja de impuestos, ni la extorsión sobre empleados públicos al rededor de su estabilidad laboral, ni mucho menos el publicitado chantaje de Álvaro Uribe que amenazaba con el caos de no ser aprobado el referendo!.
Ni sumando los votos en blanco y los negativos, alcanzaron el precario umbral exigido del 25 % del potencial electoral. Los desafiantes discursos presidenciales fueron respondidos implacablemente por las mayorías, que le ratificaron al gobierno de Álvaro Uribe su ilegitimidad. El pueblo colombiano, en ejercicio de su soberanía, le ha notificado rechazo y repudio a su autoritarismo, a su politiquería, a su estrategia económica oligárquica y a sus prácticas fascistas de terror del Estado. Fue derrotada la concepción que descarta el diálogo con la insurgencia y sabotea los acuerdos humanitarios.
En medio de bochornosos escándalos de corrupción, Uribe removió a tres de sus ministros, buscando tender una cortina de humo sobre los resultados del plebiscito, mientras en sendas reuniones palaciegas "aconductaba" con prebendas a la bancada liberal gobiernista, a los conservadores y a los jefes de los grandes medios de comunicación pretendiendo por la vía parlamentaria escamotearle a las mayorías, su decisión soberana de rechazar integralmente el espíritu y la letra del referendo uribista.
El retiro de los Generales Mora Rangel, Teodoro Campo y Leonardo Gallego precipitada por el manejo y repartición del ponqué de los "fondos secretos para la seguridad", "las incautaciones de cocaína" y el fondo rotatorio de las Fuerzas Militares confirman que este Gobierno, como todo el Régimen político y el Estado, es estructuralmente corrupto.
La crisis del Régimen se profundiza. Los cada vez más hondos abismos sociales no se superan con nuevos impuestos, ni con el Plan b, ni con propaganda mentirosa, ni aumentando las hordas de mercenarios oficiales, ni con genuflexiones humillantes frente al poder imperial de la casa blanca. Ni mucho menos acrecentando la deuda pública del país con el Fondo Monetario Internacional y la Banca Mundial en las impagables e indignas condiciones de estos modernos usureros. Ni menos con el ingreso al ALCA.
La creciente tendencia de las mayorías por salidas políticas y antineoliberales a la grave situación evidenciada en los resultados electorales, son punto de ruptura con el tradicionalismo oligárquico de los dos partidos incluyendo al engendro denominado "uribismo". Es también manifestación del irresistible agotamiento causado por la estrategia oficial de "Seguridad Nacional" que nos ha sumido en esta guerra durante más de medio siglo.
La burda farsa del promocionado "proceso de reinserción paramilitar", es otro eslabón más de esta estrategia que pretende impunidad para los jefes, financiación oficial para el sicariato, incremento del paramilitarismo legal de los "soldados campesinos" y legalización de las enormes fortunas y tierras amasadas con narcotráfico y violencia.
De nuestra parte, reiteramos toda la disposición para conformar un nuevo Gobierno, que priorice la solución política, el ejercicio pleno de la soberanía nacional, de la democracia y de la justicia social; también nuestra disposición al Canje de los prisioneros de guerra, al mismo tiempo que ratificamos los términos de la carta que dirigiera nuestro Comandante en Jefe Manuel Marulanda, a los Coroneles de la Fuerza Pública.
Las batallas contra el Régimen militarista de Uribe han tomado nuevos aires, que están transformando la inconformidad en indignación, la indiferencia en abstención conciente y el miedo en disposición de lucha contra este violento gobierno de los ricos, que además quiere hacer de la salud, la educación y los servicios públicos un gran negocio sin asumirlos como responsabilidades del Estado para con su comunidad.
El pueblo de Bolivia, ha recordado al mundo que cuando se lucha con organización, unitariamente y con la claridad de unos objetivos justos, no hay oligarcas ni poderosos que puedan atajar ni escamotear la decisión popular.
Secretariado del Estado Mayor Central
FARC-EP, noviembre 18 del 2003