³El fantasma chino², Al Qaida, Farc & Chávez
retoma fuerza con la visita de un Gordon Thomas
La amenaza viene de una alianza constituida por los chinos, Al Qaida, Farc y el presidente Hugo Chávez.
DICK EMANUELSSON
dickema@cable.net.co
Por lo menos eso es lo que dice un escritor irlandés, Gordon Thomas.
El lunes arribó en Cartagena, Colombia, el escritor irlandés Gordon Thomas. ³Experto en asuntos del terrorismo internacional² y autor de libros sobre espionaje con tirajes hasta 45 millones de ejemplares. Fue expositor al IV Seminario de los Servicios Iberoamericanos de Inteligencia, organizado por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que empezó el lunes en Cartagena y en el que participaron funcionarios de 20 países.
No perdió un segundo de presentarse ante las cámaras y micrófonos para plantear sus posiciones acerca la seguridad del hemisferio. Y la declaración que más impresionó fue la de los supuestos encuentros entre Al Qaida y las Farc, subrayando que los servicios secretos británicos tienen documentos sobre vínculos de miembros de Al Qaida con las Farc.
³El polémico escritor irlandés afirma que ambos grupos al margen de la ley quieren formar una red terrorista en Suramérica², informaba El Tiempo el 29 de octubre. Dijo que miembros del grupo Al Qaida y las Farc ³mantuvieron contactos en Madrid y otros lugares de Europa para formar una red terrorista en Suramérica.²
Precisó que ²se encontraron documentos en posesión de un miembro de Al Qaida en Arabia Saudita, que mostraron que ellos habían estado en contacto directo con las Farc en mayo².
Dijo que ²es claro que hubo encuentros de las Farc con miembros de Al Qaida que se llevaron a cabo en Madrid y posiblemente en otros países de Europa², sin especificar fechas.
Sin embargo agregó que tiene ²información de inteligencia² según la cual delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) se entrevistaron la semana pasada en Medellín con enviados del grupo terrorista que entraron desde Venezuela.
Pero el jefe del ejército colombiano, el general Ospina o el director del DAS, Jorge Noguera, desconocían totalmente los datos entregados por el expositor.
El irlandés sacó otra bomba de su maleta: ³En la cita en Medellín, indicó Thomas, estuvieron presentes miembros de los servicios de espionaje de China², según El Tiempo.
Según el irlandés hay ²connivencia² de las autoridades de Caracas con la guerrilla colombiana y aseguró que ²en las selvas venezolanas hay dos campamentos guerrilleros que tienen dos anillos de seguridad de los organismos de seguridad de ese país².
Colombia es, mejor dicho, escenario otra vez por personas con bastante capacidad de fantasía. Hace unos meses apareció un ciudadano venezolano diciendo que había sido piloto personal por el presidente Chávez que le dio la tarea de recoger al comandante guerrillero Raúl Reyes en plena selva, aterrizando con un avión con capacidad de llevar un frente guerrillero entero (40 asientos) pero logró a aterrizar en el monte.
Hace un mes salió otro reportaje de la ultraconservadora revista US-News&World Report, cuyo periodista (que nunca estuvo en Venezuela), denunciaba que Chávez protegía a las Farc en territorio venezolano. También dijo que Chávez tenia contactos y enlaces con grupos terroristas islámicos.
Tanto el uno como el otro fue desmentido por el jefe del Comando Sur, James Hill, hace una semana. Pero ahora otra vez aparece un señor que dice tener pruebas, que nunca son publicadas.
Como periodista es un suicido profesional decir o escribir cosas que uno no puede comprobar. Pero si las declaraciones son piezas en operativos de guerra psicológica, el panorama se cambia.
Por eso creo que es interesante comparar las declaraciones, sobre todo ³El fantasma chino² que Gordon Thomas presenta ahora ante ³IV Seminario de los Servicios Iberoamericanos de Inteligencia², con el documento que es el manual por el gobierno republicano en su relación a América Latina. Hay demasiadas coincidencias.
Transcribimos a continuación dos artículos de ³En Marcha², órgano central del PCEML (Ecuador).
Dick Emanuelsson
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Nuevo documento de Santa Fe
En mayo de 1980, el denominado Grupo de Santa Fe inició la difusión de documentos destinados a dirigir la política de Estados Unidos frente a América Latina. Este grupo se reune conjuntamente con la Heritage Foundation, integrando a los intelectuales más conservadores y reaccionarios de Estados Unidos.
En el documento de Santa Fe I, elaborado para su aplicación por el gobierno de Reagan, se propusieron polìticas que efectivamente aplicó ese gobierno.
Más tarde, en Santa Fe II se estableció la base para la doctrina de los conflictos de baja intensidad y, junto con Santa Fe III se delinearon los elementos para la «guerra cultural» que el imperialismo empujaría contra las ideas de cambio en América Latina.
A fines del año 2000 fue publicado el documento Santa Fe IV, el mismo que tiene como redactor principal a Roger W. Fontaine, -estrechamente ligado a Richard Allen, asesor jefe de Reagan para América Latina-, a quien se le suman el ultraconservador Lewis Arthur Tambs -editor de Santa Fe Uno-, así como el general John K. Singlaub -excomandante de las tropas yanquis en Corea del Sur y definido neonazi-, Jeanne Kirkpatrick -delegada de Reagan en la ONU-, entre otros.
Tanto Tambs como James P. Lucier, el editor de Santa Fe IV y director del Comité de Relaciones Extranjeras del Senado Norteamericano, reafirman todos los principios de la doctrina Monroe enunciada en 1823 y que se resume en decir que «América es para los americanos». Formulación que siempre se tradujo como «América para los norteamericanos», doctrina bajo la que constantemente se han realizado innumerables intervenciones e invasiones a nuestros países.
En resúmen:
El documento plantea las nueve «D» en la que centrará su atención el gobierno yanqui: defensa, drogas, demografía, deuda, desindustrialización, democracia populista, desestabilización, deforestación, declinación de Estados Unidos. En todos esos aspectos, el tema militar aparece en primer primer plano.
Ya en Santa Fe I y II otorgaban a la cúpula militar de cada uno de nuestros países la condición de «gobierno permanente» que se ubicaba por encima del «gobierno de turno». Ahora, se profundiza en torno al papel de agresión del ejército norteamericano, planteando que les corresponde educar y entrenar a los militares latinoamericanos, reivindica las escuelas de contrainsurgencia y la vigencia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) basado en la doctrina de la militarización continental diseñada por Truman.
Los enemigos de ese reforzamiento militarista de los yanquis son los pueblos latinoamericanos, empezando por los de Colombia (ante el que plantean la intervención directa como en Kosovo) y Venezuela Bolivariana, pero dejando claro que China es el rival número uno en el reparto de las zonas de influenia imperialistas.
Dos confesiones se realizan en el documento: que «el fin de la historia» es una tesis totalmente lejana de la realidad, y que la declinación de Estados Unidos es un hecho inocultable.
En lo primero, no dejan de reconocer el fortalecimiento de las luchas populares a las que en ciertos casos reducen a expresión del populismo, pero que en otros los ven como crecimiento de la izquierda. Incuso, señalan que «los comunistas y los comunistas de Estados Unidos están en pleno avance».
En lo segundo, reconocen que la situación general plantea una declinación de Estados Unidos pero, desde posiciones ultra reaccionarias sostienen que hay que volver a la «fortaleza americana» con un ejército más poderoso y retornando a los «valores culturales tradicionales», porque «Estados Unidos está en una cuesta resbalosa que apunta a la pila de cenizas de la historia».
Como vemos en este breve resumen, Santa Fe IV es una declaración de guerra a nuestros pueblos y grafica la amenaza que las disputas imperialistas plantean para el mundo. La lucha popular y el avance de la izquierda es a lo que más temen porque saben que desde allí surgirá el freno a su dominio y agresión permanente.
En Marcha 1105, agosto 2001,
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SANTA FE IV
El imperio se prepara la guerra
Como lo dijimos en el número 1105, el documento de Santa Fe guiará las próximas acciones del imperio contra América Latina. En esta entrega, analizaremos su propuesta para una de las 9 «D», la «Defensa».
En Santa Fe IV llueven las críticas de los más reaccionarios sobre el gobierno de Clinton por su «tibieza» en los asuntos internacionales, de la que se «resisten o sacan ventaja» sus vecinos, entre los que mencionan a Colombia, Venezuela y Ecuador. Más que vecinos, entonces, asomamos como enemigos emergentes que deben poner bajo su control imperial.
Los planteamientos inmediatos son rehabilitar al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, que acaba de terminar su conferencia en Mexico, 27-28 de octubre) y a la Junta de Defensa Interamericana (IADB) y fortalecer al Comando Sur para enfrentar a enemigos tan visibles como en la guerra fría y que los ubican en una falsa unidad narco-guerrilla (incluyendo a Cuba), así como en una China que pugna por áreas de influencia en el continente (lease Gordon Thomas).
Para aprovechar las anteriores acciones anticomunistas, identifican al gobierno chino como «comunista», cuando es su socio en grandes negocios dentro de la penetración capitalista en China. En este sentido, lo que más les preocupa son las inversiones chinas en el Canal de Panamá y otros puertos del Caribe «que son fundamentales para la economía de Estados Unidos».
Pero ya en el detalle, enemigos son todos, desde la izquierda norteamericana, pasando por la teología de la liberación, la prensa, las instituciones educativas («el comunismo está vivito y coleando en las universidades del hemisferio»), los luchadores por los derechos humanos («que ha sido el bastión ... para abortar los esfuerzos dirigidos a proteger la libertad del individuo» que para ellos es la libertad de los capitales a explotar a nuestros pueblos), entre otros. Incluso las guerras sucias en nuestros países aparecen como necesarias y se quejan de que la izquierda las señale como obra de la «derecha perversa» o de que se pida respeto a los derechos humanos a gobiernos electos que «enfrentan al enemigo» comunista o narco.
Otro enemigo, para ellos, son los militares patriotas. Atacan expresamente «El surgimiento de un militarismo izquierdista en los países andinos ... en la medida en que el «bolivarianismo» se convierte en un grito de ataque de los comunistas y socialistas». Para esto, proponen reforzar la influencia de los militares yanquis «en la educación y formación» de los ejércitos latinoamericanos, poner tropas en Panamá, ampliar los programas en la región andina y caribeña porque, según ellos, «están reducidos» y los combates a la subversión «están bloqueados». Nuevamente el fantasma chino aparece en esa intención para continuar sus preparativos de la nueva guerra interimperialista.
Sus metas
Como elementos geoestratégicos, los yanquis plantean en Santa Fe IV:
«1. Control de los estrechos atlánticos. 2. Uso del Canal de Panamá. 3. Una ruta alrededor del Cabo de Hornos. 4. Seguridad de que los países del hemisferio no serán hostiles a USA... Además que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales». (Las de ellos se entiende, pero con nuestros recursos. Nuestras necesidades y prioridades como países dominados simplemente no existen).
Estas líneas casi no requieren comentario. Está a las claras vista la intención de dominio total sobre nuestros países, como cualquier acto o gesto democrático y patriótico es ya acción enemiga según los gobernantes yanquis y como se quiere, en sus propias palabras «una política Monroe» de «América para los norteamericanos».
En medio de ello, demuestran que sus preparativos para la guerra interimperialista son una línea permanente demostrada con el caso del avión espía en China, la guerra de las galaxias, la «defensa antimisiles» que amenaza a todos los países de Europa y la entrega en este año del presupuesto para espionaje más alto de la historia yanqui.
Para los países andinos en particular, corresponde enfrentar con fuerza esta política imperialista que amenaza con provocar daños aún mayores en nuestra vida, ampliando la guerra a todos nuestros territorios y llevándonos a luchar por una segunda independencia.
Bolívar tenía razón cuando dijo que «Los Estado Unidos parecen predestinados por la providencia para plagar a América de males en nombre de la libertad». Y a Bolívar jamás lo cambiaremos con el miserable Monroe o cualquier otro pirata que desde la Casa Blanca pretenda continuar asaltando nuestros recursos y asesinando a nuestra gente.
³En Marcha², órgano central del PCEML (Ecuador), número 1108, 2001