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Latinoamérica

22 de noviembre del 2003

Bolivia: Segundo Piquete de Huelga de Hambre
Víctimas de la Masacre ayunan en la Plaza Murillo


Indymedia Bolivia

18 de noviembre.- Los familiares de las víctimas de las Masacres de Septiembre y Octubre, instalaron el segundo piquete de huelga de hambre en las graderías de la Plaza Murillo, donde se encuentra el centro del poder político en Bolivia.

Su exigencia se mantiene en el resarcimiento de los daños causados por la fuerza pública del Estado durante las masacres y en la instalación de un juicio de responsabilidades contra los responsables políticos y militares de los hechos.

Con esa demanda, la Coordinadora de Caídos, Heridos y Desaparecidos de El Alto y Provincias, ha decidido marchar hasta La Paz, la tarde del martes 18 de noviembre, partiendo desde el Obispado a las 16.00, donde se encuentra el primer piquete de huelga de hambre instalado desde el martes 4 de noviembre.

Los plazos parecen infinitos

Las víctimas habían dado plazo al gobierno hasta las 14.00 para que respondiera al Pliego Petitorio de la Coordinadora que estableció un tope de 120 mil bolivianos para la compensación económica a los familiares de los fallecidos e impedidos de por vida; además demandó una renta vitalicia; trabajo permanente para los heridos o familiar próximo; y rehabilitación y prótesis para los amputados, entre otros aspectos.

La indiferencia gubernamental despertó la bronca de los alteños quienes no sólo marcharon hasta La Paz -encabezados por un herido con muletas- sino que tuvieron que forcejear con la guardia de la Policía para que unas 80 personas pudieran llegar a la Plaza Murillo.

Luego de un cerco policial tendido alrededor de la gente, fueron llegando las autoridades llamadas a solucionar la demanda de Justicia: Ministro de Gobierno (Alfonso Ferrufino), Viceministro de Justicia (Carlos Alarcón) y el Presidente de la Comisión de DDHH del Parlamento (Paulo Bravo). Conversaron por algunos minutos, pero no se llegó a ningún acuerdo inmediato sino que se programó una reunión para hoy (19 de noviembre) con todos los ministros de área con "poder de decisión".

Los familiares y las víctimas aceptaron bajo la condición de que pernoctarían en la misma Plaza, a la intemperie. Aún con la presencia de mujeres y niños pequeños, la prepotencia de la Policía brilló por su brutalidad. Empujaron, jalonearon y agredieron a los marchistas -ya víctimas y heridos- sin consideración alguna. Impidieron que cualquier persona se acercara a ellos y no dejaron entregarles coca, cigarros y mantas para que se cubrieran del frío.

La gente no se dejó amedrentar. Gritó con más intensidad ¡Justicia! ¡Gloria a los caídos por la defensa del gas! Y explicó a los transeúntes los motivos de su marcha y movilización. Alrededor de las 21.00 los familiares se aprestaban a acomodarse para pernoctar creyendo que esa presión es la única forma de ser escuchados por los políticos aunque muchos de ellos estén ahí "gracias a esos muertos y heridos". Fue eso lo que se recordó una y varias veces al Ministro de Gobierno, como advertencia de que si no se soluciona esta demanda de emergencia y humanitaria, el próximo grito será: ¡Goni y Mesa, la misma porquería!