EL PUEBLO FESTEJA LA CAÍDA DE GONI
por Econoticias
El Alto, octubre 17, 2003 (Hrs. 22:30).-
Desbordante de alegría, el pueblo rebelde del Altiplano derramó lágrimas y se abrazó en las calles y esquinas en las que luchó, sufrió, sangró y venció a los tanques y a la metralla.
"Este es el triunfo del pueblo boliviano", dijo el principal dirigente de la Central Obrera de El Alto, Roberto de La Cruz, rodeado de hombres, mujeres, viejos y niños forjados en la pobreza y dignidad.
"El Alto de pie, nunca de rodillos", gritan los héroes anónimos, los héroes del gas, mientras la televisión muestra al arrinconado Parlamento, donde se leía la renuncia del ahora ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el millonario que escapó de la furia popular bajo la protección directa de la Embajada de Estados Unidos.
El festejo de El Alto se repite en las calles de La Paz, regadas con sangre de los más pobres, de los más humildes. Allí cayeron muchos para demostrar, hoy y siempre, que La Paz es "cuna de libertad y tumba de tiranos". En la Plaza San Francisco están los mineros, estallan las dinamitas, se abrazan y lloran. Suenan las zampoñas, truenan las tarkas.
En el Congreso ya ha jurado como nuevo Presidente, Carlos Mesa, empresario neoliberal. "No hay confianza en Carlos Mesa. Tiene que ponerse a las órdenes del pueblo, si no lo vamos a sacar", advierte de La Cruz, que instruye a no bajar la guardia. La gente lo abraza, lo besa, lo escucha como cuando llamó a sus hermanos y hermanas a resistir. "Diosito nos va ayudar", decía cuando llovía la metralla.
Mesa ya está dando su discurso. Dice que hará un referendum para que el pueblo decida si se vende o no el gas. Todos los medios están ahí. Nosotros preferimos estar acá a cuatro mil metros de altura, en la ciudad de El Alto, donde hoy brillan como nunca las estrellas. El pueblo está festejando, mañana otra vez estará luchando.
Mesa habla de la Asamblea Constituyente, pide plazo para hacerlo y ofrece convocar a nuevas elecciones cuando así lo quiera el Congreso, dominado en sus dos tercios por los partidos que han acompañado hasta la víspera a Sánchez de Lozada. Habla de cumplir la ley, de luchar contra la corrupción y los parlamentarios lo aplauden. Pide tregua a los sectores sociales, los parlamentarios vuelven a darle un aplauso.
Afuera, lejos de la Plaza Murillo, donde recién empieza la Patria, el festejo popular se repite y multiplica en los pueblitos del Altiplano, en Oruro y Cochabamba, en los Yungas de La Paz, en las minas, en los valles de Cochabamba, Chuquisaca y Santa Cruz. En toda la Patria, en todo lugar, dentro y fuera de Bolivia, donde están los bolivianos dignos.