América Libre En el momento em que sectores neoliberales localizados en los Ministerios da Hacienda, de Desarrollo, Industria y Comercio y de Agricultura, organizan una presión para anular la política externa brasilera, marcada por una línea de soberanía, de independencia y de integración cooperativa con otras naciones que intentan resistir la línea de anexión impuesta por los Estados Unidos, a través de la propuesta del ALCA, es indispensable que la sociedad brasilera, a traves de sus organizaciones populares, sindicales, partidos políticos y personalidades del mundo de la cultura y de la intelectualidad se manifiesten públicamente para sustentar nuestro derecho a la autodeterminación y a la formulación de nuestra política internacional, sin sumisiones a intereses externos.
Estamos seguros que la política exterior del gobierno -coherente y sintonizada con las diretrices de nuestra Carta Magna - traduce con realismo y conciencia la necesidad de hacer frente a la voracidad imperial de los Estados Unidos, que pretende reducir el mundo a sus designios, transformando las economías de las naciones periféricas en meros apéndices de su núcleo central, ampliando la fosa abismal entre los países ricos y la gran mayoría de los países no desarrollados, sometiéndolos a un empobrecimiento sin límites e inviabilizando la afirmación de sus proyectos nacionales.
Los sectores contrariados con la política externa brasilera son los mismos que pregonan sumisión a la tiranía financiera del FMI, que defienden la nefasta apertura a los oligopolios productores de transgénicos, proclaman la autonomía del Banco Central, impiden una imperiosa investigación sobre las privatizaciones irregulares, y que apoyaron el proceso de desmantelamiento del parque industrial brasilero y del desmonte del estado. Si sigue este curso, Brasil se verá totalmente inmovilizado frente a uma economía internacional cada vez más oligopolizada, desequilibrada y a un mundo caracterizado por el aumento de las tensiones y de los chantajes contra los países menos desarrollados. La política internacional del gobierno, hasta ahora, ha buscado correctamente el fortalecimiento del Mercosur, la integración con el bloque sudamericano, la ampliación decidida del intercambio mutuamente ventajoso con otros socios, tales como China, Rusia, India, África del Sur, único modo para la creación de condiciones para resistir las presiones norteamericanas, en particular en relación al ALCA, y también para la afirmación de proyectos caracterizados por una cooperación constructiva, reductora de las desigualdades internacionales.
Estas presiones contra la postura de Itamaraty, aunque operadas por segmentos instalados en el interior del gobierno, son dirigidas desde el exterior, configurando una estrecha identificación con todas las exigencias más desubicadas de las autoridades norteamericanas sobre el Brasil, con el lamentable aplauso editorial de unos medios de comuniación de masas que sustentaron el largo curso de desnacionalización de la economía brasilera, la entrega del patrimonio público y la sangría desatada de nuestras riquezas naturales. No por casualidad, este período enterrado por el voto popular que elegió al actual gobierno, se caracterizó en política externa, por una vergonzosa conducta de vasallaje, también superada por la actual administración de Itamaraty.
Así, ante la presión del poder imperial, y del comportamiento antinacional de sectores del actual gobierno, que con su ceguera y su ausencia de visión estratégica conducen al Brasil al suicidio como país independiente, llamamos a la sociedad a manifestar su más expresa solidaridad para la continuidad de la política externa conducida por Itamaraty, en especial a su Secretario General, Embajador Samuel Pinheiro Guimarães, profesional que honra a la diplomacia brasilera y encarna los más elevados designios de la soberanía nacional, impidiendo que más de una transacción tenebrosa sea efectuada contra el pueblo brasilero, llevando al Brasil a inviabilizarse como Nación.
São paulo, 13 de octubre de 2003
Joao Pedro Stedile, por la dirección nacional del Movimiento Sin Tierra, y por la coordinación de Vía Campesina Brasil