INFORME DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO
En el conflicto boliviano había dos visiones encontradas, la norteamericana
y las de las sociedades que están en proceso de cambio y de movimiento
que están haciendo un ejercicio distinto de democracia con mayor participación
y con políticas más sociales.
La definición de la situación boliviana ponía en evidencia,
sobre todas las cosas, cuál iba a ser la influencia de Bolivia sobre
el continente, porque por primera vez hay un pueblo que se levanta triunfante
contra el modelo.
Para el resto de los países de Latinoamérica, Bolivia es un ejemplo
y esa es la principal preocupación del gobierno estadounidense.
La visión norteamericana se centraba en tratar de mantener un gobierno
que garantice las políticas económicas neoliberales y los intereses
de las transnacionales.
El interés manifestado por los presidentes de Argentina y Brasil, a partir
de la visita de sus delegados presidenciales, demuestra que se va a fortalecer
una posición latinoamericana en el área económica para
enfrentar las políticas del imperio contra el Mercorsur.
La experiencia boliviana es una inyección de optimismo para todos los
movimientos sociales latinoamericanos que también están en la
búsqueda de fortalecerse para cambiar el modelo económico.
Se abre también la perspectiva de apoyo por parte de la comunidad europea
que se encuentra enfrentada a la potencia norteamericana.
El movimiento popular La participación incluyente en todos los ámbitos
sociales ha hecho de esta experiencia una victoria popular.
El Alto fue el epicentro de las movilizaciones y demandas de todo el movimiento.
Su forma de organización vecinal marcó después la que fue
inclusive la participación de la gente en La Paz.
Las bases determinaron el accionar de los dirigentes, no tanto por una actitud
dirigencial sino que esta vez, las bases hicieron respetar sus decisiones, reuniéndose
en asambleas barriales, primero y después de las juntas vecinales. Fue
tal la fuerza y el peso de las bases que algunos dirigentes, comprometidos con
partidos del oficialismo, se veían en la obligación de transmitir
decisiones que iban incluso en contra de sus lineamientos.
Encontrar un canal por el que se pueda manifestar la voluntad de la clase media
fue un acierto de la Asamblea de Derechos Humanos y la ex Defensora del Pueblo,
Ana María Romero. Los piquetes de huelga de hambre fueron elementos aglutinadores
y movilizadores de este sector de la sociedad que no iba a marchar y a enfrentarse
con el ejército, como lo hacía el pueblo, pero la masificación
de los piquetes demostró el malestar del sector y su necesidad de manifestarse.
A partir de esta experiencia que hemos vivido, de alguna manera se han dado
gérmenes de un poder popular alternativo al poder legalmente constituido.
Esto no es más que la expresión de la capacidad que tiene el pueblo
de organizarse y de luchar, y de intuir la política de manera tal que
puede llegar a constituir un poder propio capaz de romper con la atomización
en la que el neoliberalismo lo había atado de pies y manos.
El pueblo, esta vez, hizo conciencia de la defensa de sus intereses como es
la recuperación de los hidrocarburos para beneficio propio con la industrialización
del gas.
Algunas corrientes, aunque muy débiles, plantearon maximalismos que no
hacían una correcta lectura de la realidad. ³Un gobierno de obreros y
campesinos², ³un triunvirato², fueron algunos extremos que se escucharon cuando
la realidad objetiva no daba las condiciones para llevar adelante un cambio
de esta magnitud.
La historia nos enseña que las reservas físicas y morales del
pueblo son inextinguibles cuando tras ellos hay políticas claras, coherentes
y de profundo contenido nacional en beneficio de las grandes mayorías.
Pero también la historia nos da cuenta de otros momentos históricos
en que el pueblo logró ser el actor principal en la escena política,
tal es el caso de los gobiernos de J. J. Torres y Lidia Gueiler, en ambos casos
las profundas crisis políticas, sociales y económicas hicieron
del pueblo el único mecanismo de resolución a la situación
existente. El innegable aporte popular, la cuota de sacrificios expresada como
siempre en vidas humanas no bastó para arribar a una salida popular y
democrática a las crisis de aquel entonces y en ambas situaciones caímos
en procesos dictatoriales de amargos recuerdos.
Pero lo más impactante fue ver gobiernos nacidos del poder popular, caer
solos, aislados, ante un movimiento popular que sólo se planteaba exigencias
desmedidas y no hacían nada por consolidar una propuesta política
constitucional para conducir el país. No debemos olvidar las experiencias
de los gobiernos de Torres y Gueiler, más bien debemos tener la capacidad
de aprender las lecciones del pasado para no cometer los mismos errores.
Una de las condiciones que generó el neoliberalismo fue precisamente
corromper a los actores políticos y sociales. Por tanto, hoy día
no contamos ni con una clase política ni sindical que sea coherente y
transparente y que cuente con la confianza del pueblo. Hay una serie de mecanismos
de corrupción en estos ámbitos que han impedido el trabajo de
políticos y sindicalistas, por ejemplo, las llamadas comisiones en el
ámbito sindical y los plus y cuoteos en el político.
Los últimos acontecimientos nos han mostrado también la falta
de confianza, falta de credibilidad y hasta repudio por parte de la sociedad
civil hacia los partidos políticos. Este rechazo que también ha
tocado al MAS es producto de la no presencia de nuestros militantes en la conducción
de los sectores populares de base.
El espacio democrático ganado por el pueblo está amenazado por
los siguientes elementos: . Carlos Mesa es un político liberal convencido
de las bondades del gran capital pero consciente del fracaso del modelo neoliberal
en el país y por lo tanto está dispuesto a impulsar cambios que
no pongan en cuestión al bloque dominante y los intereses transnacionales.
Mesa podría articular un movimiento populista de centro apolítico
de corte nacionalista pero subordinado a los intereses de los Estados Unidos.
. En otro plano tenemos a los aparatos militares y represivos del Estado los
cuales tienen una sumisión total en sus altos mandos, al gonismo y a
la embajada norteamericana, como también son proclives a la corrupción.
. Un tercer elemento lo podríamos encontrar en la medida de la inexistencia
de una propuesta política nacional y orgánica que articule a los
diversos sectores tras los intereses de orden mayoritario, ante ello los pequeños
grupos que pregonaban salidas políticas radicales a la crisis pueden
capitalizar el descontento y la frustración popular y llevarnos a la
derrota y la masacre popular.
El MAS El momento político que estamos viviendo exigirá de nosotros
la mayor de las cautelas y el mejor análisis posible de la situación
política nacional. Si bien el presidente ha hecho suya una serie de demandas
sentidas por la población y planteadas en su origen por el MAS, estas
se constituyen en un arma de doble filo puesto que deberemos armonizar una línea
política que permita la continuidad del sistema democrático y
el manejo de la expresión y movilización del movimiento popular.
Podríamos definir que el MAS debe plantearse un apoyo crítico
al gobierno sin tener participación alguna en el gabinete u otras formas
de dirección ejecutiva. El MAS debe claramente diferenciarse del resto
de los partidos con una posición que dé cuenta de su vocación
democrática y su ineludible compromiso con los sectores populares. El
MAS debe dejar claro frente a la opinión pública que no es uno
de esos partidos que debe recuperar su legitimidad frente al pueblo, debemos
diferenciarnos en el sentido de que no entramos en la misma bolsa que los otros
partidos totalmente desprestigiados por la corrupción y los cuoteos.
También debemos profundizar y clarificar nuestras propuestas referentes
a los temas centrales planteados por el presidente Mesa, pues a simple vista
pareciera que Carlos Mesa ha hecho suyo el discurso del MAS, por tanto, es necesario
profundizar nuestros conocimientos y asegurar que la implementación de
dichas medidas tendrá como sectores beneficiados a las amplias mayorías
nacionales.
Lo que quedó claro es que el MAS tuvo la capacidad política de
ponerse en sintonía con las grandes aspiraciones nacionales en los temas
referidos al gas, asamblea constituyente, tierra y territorio, etc., espacio
que manejó con soltura hasta el 19 de septiembre. Con posterioridad,
asomaron todas nuestras falencias tanto en el plano de la conducción
política como la social, también se pudo apreciar la carencia
de una orgánica para dar respuestas a las demandas de conducción
provenientes del mundo popular.
De igual forma, quedó de manifiesto que nuestra profunda visión
sindical de las organizaciones nos ha llevado a descuidar otros espacios, los
cuales fueron fundamentales y definitivos en las protestas sociales, o sea el
MAS tiene una falla enorme en cuanto al descuido de los espacio territoriales
organizados, especialmente en lo que hace a lo vecinal y barrial que ha sido
lo más fuerte y fundamental para la caída del anterior gobierno.
Esta situación nos plantea la necesidad de reformular nuestra visión
sobre la sociedad y sus componentes, como también establecer con meridiana
claridad lo que es la lucha política y la lucha sindical. Tenemos una
confusión enorme para distinguir los componentes que hacen a cada espacio,
situación que también se transforma en inseguridad en el discurso
y confusión al interior de la militancia y los sectores sociales afines.
El momento político que empezamos a asistir pone en relevante situación
la necesidad de contar con un planteamiento que tenga carácter nacional,
ya no podemos quedarnos adscritos a particularidades sectoriales o en su defecto
a un discurso que sólo contempla generalidades o consignas. Es necesario
entender que si queremos participar de la refundación del país
debemos tener una visión global sobre el país que queremos construir
y ello pasa por entregar elementos que hagan a todo lo que concierne a un Estado
o nación por ejemplo, en lo jurídico, constitucional, económico,
etc. Debemos tener presente que las realidades son distintas en cada región
del país y debemos tener una propuesta que sea capaz de englobar las
diversas visiones y aspiraciones de los distintos departamentos, clases, etnias
que componen nuestro país.
Una de las lecciones que debemos aprender a partir de los últimos sucesos
es que necesitamos la expresión real de una dirección política
capaz de tener un espacio orgánico permanente que le permita de manera
ágil la entrega de elementos y de análisis para la conducción
del movimiento social. Ha quedado en evidencia nuestro pobre espacio de discusión
interna y por tanto, ello se convirtió en un entrabamiento a la necesidad
de fluidez de respuestas oportunas a las demandas del movimiento social. También
podemos constatar que tenemos y déficit en la capacidad de elaboración
y generación de propuestas políticas y visiones sobre la realidad
nacional, a pesar de que a nuestro interior coexisten visiones de los diversos
ámbitos territoriales, estas no se expresan en una discusión política
que nos permita acercarnos más certeramente a la realidad que vive el
país desde el punto de vista popular.
La falta orgánica se manifestó en graves consecuencias para el
MAS que se expresan en: descoordinación, confusión, ausencia de
liderazgo, repudio en algunos casos y la aparición de organizaciones
y personajes que antes de estos hechos, estaban al borde de la desaparición
política como la COB, Felipe Quispe, Mayor Vargas, etc. Se hace imprescindible
una estrategia de formación política ideológica que permita
a nuestros militantes tener la capacidad de distinguir y reconocer el momento
político que viven, lo cual le permitirá convertirse en auténticos
conductores y orientadores de las luchas populares. De esta manera, el partido
ganaría en agilidad, en presencia y lograría romper las barreras
de dependencia del dirigente superior en casos de crisis, permitiéndole
un manejo autónomo dentro de las líneas políticas de la
organización.
Generalmente lo social se expresa por cuestiones sectoriales, sindicales, reivindicaciones
particulares u otras formas, lo político tiene como eje central la problemática
nacional y sus derivaciones. Estos elementos tienden a ser confundidos en nuestros
análisis lo cual deriva en propuestas a veces erróneas o extemporáneas
por tanto, debemos hacer claridad en torno a estas diferencias. En el marco
político actual es necesario establecer con claridad cuáles son
los objetivos de orden social y cuáles los políticos.
Por ejemplo, son objetivos políticos la asamblea constituyente, la recuperación
de los hidrocarburos, tierra y territorio, etc. y son objetivos sociales el
cese de la erradicación forzosa, el código tributario, etc.
Todo este análisis plantea tareas impostergables para el Instrumento
Político que no deben ser dejadas de lado frente a las cuestiones burocrático-políticas
a las cuales somos tan aficionados, el país exige definiciones en las
cuales el MAS no puede estar ausente. Caso contrario, el MAS se convertirá
en uno de esos partidos políticos que tienen que recuperar su legitimidad
y credibilidad frente a la sociedad.
Las tareas que se visualizan son las siguientes y las cuales deben ser discutidas
por la dirección y los militantes: ¿Elecciones municipales o Asamblea
Constituyente, cuál primero? Juicio de responsabilidades a los culpables
de las masacres Qué hacer con los espacios territoriales descuidados:
barrios, distritos, etc.
Nuestra idea de nuevo país que llevaremos a la Asamblea Constituyente
Aprovechar el sentimiento antigonista para investigar los negociados de Sánchez
de Lozada: revisión de los contratos de la COMIBOL, transferencia de
Vinto, etc.