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Latinoamérica

El pueblo Aymara se levanta en Bolivia

Autor: TMO
Tercer Mundo Online


Pablo Benito-Insumisos al español, los aymaras se rebelaron por lo menos una veintena de veces entre los siglos XVI y XIX. De estas rebeliones, se destaca la que a fines del siglo XVIII comandó Tupac Katari, quien al frente de diez mil hombres y mujeres, estuvo a punto de expulsar al poder colonial. En 1781, Tupac Katari mantuvo cercada a La Paz durante meses, provocando el hambre y la desesperación en los colonizadores y sus familias.
Un reportaje a Felipe Quispe sobre la problemática de la coca, explica el porque la represión es tan fuerte en la Republica de Bolivia. La lucha del Pueblo Aymará pone en jaque no sólo el negocio del Gas, sino también el de los grandes popes del narcotráfico. El Operativo Aguila 3, encuentra su explicación en un conflicto real por el poder entre el imperio sus complices locales y un pueblo ideologizado hasta el punto de poseer una conciencia ideológica, de clases y étnica, que va más allá de la simple reivindicación socio-económica.

-Hablemos un poco de la hoja de coca y la situación actual del narcotráfico en este país...
-Bueno, la coca ha sido ancestralmente una hoja sagrada. Nosotros los indígenas le hemos tenido un respeto muy profundo... un respeto que implica no pisarla, porque la coca castiga [pisar hojas de coca, triturarlas mezcladas con algún precursor, es uno de los primeros pasos de la producción de cocaína]. Por lo general, nosotros sólo la utilizamos para acullicar: la masticamos en tiempos de guerra, en las ceremonias rituales para brindar a la Madre Tierra (la Pachamama ) o al Padre Sol y a otras divinidades aymaras, como los cerros. Entonces, como nación indígena, nunca hemos desnaturalizado, prostituido a la Coca Mama, porque es una madre. Son los occidentales lo que la han prostituido, los que han creado una droga. Esto no implica que nos desentendamos del asunto, no, porque sabemos que este flagelo amenaza a la humanidad entera y, con esta perspectiva, pensamos que los que han prostituido a la coca tienen que ser castigados.
Ahora, ¿quién paga en esta vida? Nosotros, los que labramos y cultivamos la coca. Incluso hemos recibido críticas por masticarla. Esto ocurre sobre todo con los campesinos de las zonas yungueñas y del Chapare. En esas zonas estamos en peligro, porque los Estados Unidos tiene la saña de destruir, de aniquilar nuestra sagrada hoja de coca, luego de que tuvimos esas zonas de cultivo tradicional por varios siglos.
Tarde o temprano la droga será legalizada, y seguramente nos convertiremos en consumidores, vamos a depender de ellos, de los que la industralicen en el norte, y en vez de masticar nuestras hojas vamos a comprar la que ellos cultiven. Ésta es la mentalidad que parecen tener los gringos, o al menos eso vemos desde nuestras comunidades.
Para nosotros seguirá siendo igual una hoja sagrada, porque también gracias a ella podemos trabajar en la construcción de edificios, en el campo y en las minas. Es la que amortigua el hambre y la miseria... la coca tiene muchas propiedades, no es una planta cualquiera.
-La primera prohibición de la coca en la historia fue durante el periodo colonial español, pero fracasó...
-Sí. En un principio los españoles dijeron que era una hoja diabólica, pero finalmente, movidos por la ambición, empujaron el aumento en la producción. Fueron ellos los que vieron las ventajas económicas, porque en las minas [como la del Cerro Rico de Potosí], se consumía mucha hoja de coca. Así que para satisfacer esa demanda, por ejemplo, fueron los primeros en cultivar coca en los Yungas... han preparado grandes extensiones de tierra para el cultivo. En tiempos del Imperio Inca no existía el cultivo masivo, era una producción ligada a lo sagrado de la coca, y los españoles la extendieron (y lo mismo hicieron los gobiernos luego de la independencia de Bolivia)... y ahora resulta que Estados Unidos trata de quitarnos hasta lo que nos corresponde a los indígenas, esa parte esencial de nuestra cultura.
-Hablando un poco de la situación presente, las Fuerzas Armadas Bolivianas parecen haberse subordinado a una potencia extranjera, pero por otra parte, cada día aparecen evidencias de que el Estado se ha ido narcotizando. ¿Cuál es el papel que juegan los gobiernos extranjeros en este país?
-Mire, en este país llamado Bolivia, desde 1825 [año de la fundación e independencia de Bolivia] hasta hoy han gobernado más los militares que nadie. Y en el caso de la producción de cocaína, pues no son ajenos al suceso: el ex dictador Luis García Meza o el propio Hugo Banzer, quien fue uno de los primeros impulsores del narcotráfico en Bolivia. Yo pasé cinco años en la cárcel, y ahí conocí a todos los grandes narcotraficantes bolivianos, que han sido además miembros de la clase política y los partidos tradicionales: del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario), del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y de otros partidos. Los partidos a su vez se han servido del narcotráfico para financiar sus campañas; definitivamente, la política boliviana está narcotizada... muchos de ellos están afuera, ni siquiera conocen la cárcel... están por ejemplo en el Parlamento.
La gran mayoría de los presos por narcotráfico son indígenas que han pisado coca o traficaron en pequeña escala. Ya lo dije, es esa gente la que paga: los indios. Los últimos meses todos los días están cazando indios en el Chapare. Y como los otros controlan el poder económico, político y social, pues van a seguir controlando el narcotráfico. Nos haría falta un gobierno imparcial, porque la ley tiene que medir con la misma vara a todos., y más que nada a ellos, que son los verdaderos culpables de miles de muertes en el mundo entero. Éste es el tipo de política que tenemos aquí.
-Esto último es, con sus variantes, el mismo problema que podemos apreciar en casi toda América Latina, especialmente en los países andinos: Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. El Plan Colombia inventado por Washington casi ha fracasado y, según mi análisis, hay tres factores decisivos para este fracaso: el primero es que el rechazo se ha internacionalizado, por ejemplo con el desacuerdo de la Comunidad Europea a este plan militar; en segundo término, muchos sectores de la sociedad colombiana se han pronunciado en favor de la legalización de la droga en Estados Unidos como una salida al problema; y el tercer factor es que se puede observar una confluencia entre el movimiento por la legalización y el movimiento indígena de ese país. ¿Usted cree que esta dinámica pueda aplicarse a Bolivia de alguna forma?
-Bueno... usted dijo que este tipo de problemas [se refiere al narco] existe en lugares donde también existimos los indígenas, ya sea en Perú, México o cualquier otro país.

Y para nosotros esta política es nuestro enemigo, es la que nos discrimina y nos mata... en otras palabras, yo diría que el Plan Colombia fue creado con la intención de aniquilarnos a los indígenas. No sólo eso, también para quitarnos nuestro trabajo y nuestras tierras, nuestros hogares. Pero estamos organizados y no vamos a permitir que nos los quiten; nos vamos a defender si es necesario con dientes y uñas... no podemos perder nuestra sagrada coca, y con esto no estoy defendiendo al narcotráfico, estamos hablando de la coca en forma sana, viva, y que es una herencia que nos han dejado nuestros antepasados. El problema de la droga se lo dejamos a los Estados Unidos, porque los indios no consumimos droga, sólo pijchamos (verbo ayamara que se refiere al acto de mascar coca, en pequeños alijos, entre las encías y la parte interior de las mejillas); es una cuestión política, religiosa y hasta económica, ya que muchos campesinos viven en Bolivia del cultivo de coca, trabajando tierras que sólo pueden producir coca, ningún otro producto agrícola... por más que haya miles de proyectos como el Plan Colombia, u otros planes que pueda producir el imperialismo gringo, yo creo que acá no van a resultar.
Una nación indígena...
-En algunos de sus discursos, usted ha planteado el tema de la autonomía indígena, con lo que sus ideas se relacionan con las de los zapatistas en México y otros discursos similares en todo el planeta. Háblenos del tema...
-Nosotros los indígenas tenemos nuestro propio territorio. Este territorio [se refiere a Bolivia] no es de los occidentales, de los colonizadores, es nuestro. Tenemos nuestra propia historia, nuestra propia filosofía, nuestras leyes, religión, idioma, hábitos y costumbres. Desde esa perspectiva, nosotros los aymaras nos consideramos una nación y de ahí la idea de autodeterminarnos. Nosotros no seguimos la bandera tricolor boliviana que cargan nuestros opresores; nosotros tenemos la wiphala [la bandera de siete colores, a cuadros].