Crecen en las filas de la oposición las peticiones para "dosificar" el paro
El allanamiento de bodegas de alimentos continuará, advierte el mandatario
Arturo Cano Enviado
Caracas, 18 de enero. Los "amigos" complican el escenario venezolano. Las declaraciones del presidente Hugo Chávez desde Brasilia, adonde fue a entrevistarse con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, fueron conocidas aquí muy temprano: "Hemos llegado a la conclusión (Lula y Chávez) de que el grupo (de Países Amigos) se debe ampliar en una segunta etapa", dice. Pero la respuesta no tardó en llegar: "Le explicamos (a Chávez) que el equilibrio encontrado para la participación de esos países permite fomentar el diálogo. Creo que el presidente venezolano entendió los argumentos y decidió dar un crédito de confianza. Probablemente mantenga su opinión de que en el futuro pueda ser ampliado, pero el futuro pertenece a Dios", dijo el canciller brasileño Celso Amorín.
El episodio del día comienza cuando, de madrugada, el presidente Hugo Chávez comenta para el canal estatal de televisión: "Hablé con José Vicente (Rangel, el vicepresidente) y con María Cristina (Iglesias, ministra del Trabajo), y el equipo que está en la mesa de diálogo. Estamos pensando levantar nuestro equipo de ahí, porque esa gente no da muestras de querer tomar de verdad el carril democrático". Según Chávez, la decisión se tomará en consejo de ministros en los próximos días, con lo cual es de suponerse que sí se realizará la sesión programada para este lunes, con la participación del ex presidente estadunidense James Carter.
Por la manaña, Chávez vuelve a los micrófonos, tras su reunión con el presidente de Brasil. Según el venezolano, él y Lula llegaron a la conclusión de que el Grupo de Países Amigos, ya formado a propuesta de Brasil y cuya constitución fue formalizada por César Gaviria, secretario general de la OEA, "es sólo un embrión".
El viernes, en su discurso ante la Asamblea Nacional, había expresado que su gobierno no aceptaría que los países amigos dieran a la oposición el mismo estatus que a su gobierno y había exigido la integración de más naciones al grupo. En Brasilia, según Chávez, consigue uno de sus objetivos: "Hemos llegado a la conclusión que esta es una primera etapa. Ahí faltaron muchos países..."
Le responde Amorín: "Brasil no tiene poder para colocar ni retirar integrantes. La idea del grupo fue brasileña y los países que lo integran fueron acertados consensualmente".
¿Dos oposiciones?
En una jugada que sus opositores ven como un intento inútil por dividirlos, Chávez se dice dispuesto a negociar con los "factores verdaderamente democráticos de la oposición". Y cita al ex candidato presidencial Claudio Fermín; al presidente del partido democristiano Copei, Eduardo Fernández; y a Teodoro Petkoff, director del diario Talcual y hombre con influencia en la izquierda de oposición. Con los dos últimos, el mandatario se reunió el sábado de la semana pasada. Chávez dice que estos opositores "discrepan y se distancian de la Coordinadora Democrática", la instancia donde converge el amplio abanico opositor.
"En Venezuela hay una oposición dividida. Una con dirigentes democráticos y otra que se salió de la Constitución, con quienes no podemos negociar", insiste Chávez, y acepta que los países amigos pueden ayudar a la democracia venezolana siempre que condenen a "los grupos terroristas o golpistas.
"Estoy dispuesto a dialogar con una oposición constitucional. Pero eso de 'elecciones ya', o se paraliza la empresa petrolera, y que se le niegue a los venezolanos el agua y el alimento, ahí no hay concesión posible. Cuando se trata de terrorismo y golpismo, no hay concesión posible", machaca Chávez.
Del lado opositor, la amenaza gubernamental de retirarse de la mesa es vista simplemente como un amago. "Nosotros seguimos en la mesa", dice Timoteo Zambrano, líder del partido Acción Democrática y uno de los seis integrantes de la mesa por el bando opositor.
En la perspectiva de Zambrano, Chávez no tendría forma de justificar ante la comunidad internacional su abandono de la mesa de diálogo y por ello "no va a ser fácil" que lo haga.
"Dosificar" el paro
Las secuelas del allanamiento de varias empresas distribuidoras de alimentos, refrescos y cervezas ocupa este día la atención de los venezolanos. Algunos opositores usan las imágenes que las televisoras siguen mostrando cada hora, para subrayar el carácter "autoritario y fascista" del gobierno.
Desde Brasil, el presidente Chávez asume la responsabilidad de la toma de instalaciones de la Coca-Cola y de la cervecera Polar. Fue una acción, dice, "totalmente legal. He dado instrucciones a los cuerpos de seguridad del Estado (...) y hemos comenzado a allanar bodegas donde están depositados esos alimentos, que son parte de la dieta básica del venezolano. Estamos cumpliendo una tarea suprema de velar por la seguridad alimentaria de nuestro pueblo", sostiene.
Los empresarios "alineados con el golpismo", asegura, "han pretendido crear un caos por hambre y han estado acaparando alimentos desde diciembre".
Los allanamientos provocaron que la embajada estadunidense y diversos organismos ligados al comercio con Estados Unidos expresaran malestar por la presunta afectación de intereses de ese país. Chávez pide al gobierno de Estados Unidos entender que "en Venezuela hay un gobierno facultado para aplicar la ley".
La Guardia Nacional y funcionarios de una oficina de protección al consumidor allanaron el viernes una embotelladora de Coca-Cola y una planta de la cerveza Polar, y sacaron de ahí los productos presuntamente acaparados. Tras 48 días de paro, la escasez de algunos productos se ha agudizado. Es prácticamente imposible conseguir refrescos de cola y cervezas, y en ocasiones difícil encontrar harina para las arepas. La escasez de esos productos ha dado lugar a la especulación.
En ese escenario, en su habitual conferencia, que suele transmitirse completa en cadena de los medios privados, Haydee Deuscht, intregrante de la dirección de la Coordinadora Democrática, lanza duras diatribas contra el presidente Chávez y asegura que el paro va a continuar.
Sin embargo, el ya prolongado paro sigue mostrando síntomas de desgaste. Son cada vez más los negocios que han decidido abrir sus puertas y las voces que piden "dosificar" el paro crecen en las filas de la oposición.
Los diarios de hoy, por ejemplo, recogen declaraciones de los dirigentes de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, uno de los principales pilares de la lucha contra el gobierno, que apuntan a la necesidad de convertir el paro en una "protesta nacional", sobre todo para evitar mayores daños en los sectores más sensibles de la población.
Aunque ninguno de los líderes opositores se atreve a usar la expresión "levantar el paro" la CTV informa que busca opciones para "flexibilizar" el movimiento "porque no buscamos destruir al país, como sí lo quiere el presidente".
A la postura sindical se suma el conglomerado de organizaciones no gubernamentales que integran el Comité Promotor del Sí, en el referéndum del 2 de febrero (cuya realización está cada día en más duda). Este comité solicita a la Coordinadora Democrática "minimizar" los efectos del paro sobre las clases populares. Se refieren, por ejemplo, a la escasez de gas doméstico. Alfredo Padilla, miembro del comité, dice que "debe evaluarse el paro para reforzar sus aciertos y corregir sus omisiones, en especial las que afectan al pueblo".
La jornada venezolana cierra con el presidente Chávez de nuevo en el país, sonriendo en un acto de apoyo de los deportistas, con sus simpatizantes en un mitin para exigir castigo a los "medios de comunicación golpistas", y con la oposición en las calles, en una marcha de antorchas.
Paralelamente, miles de venezolanos, acompañados de representantes del anticastrismo de Florida, participaron hoy en una manifestación opositora al gobierno de Chávez en Miami, donde exigieron la celebración de elecciones anticipadas.