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Latinoamérica

La imposición del mañana
"¡El fascismo es una forma infinita de la maldad!"

Manuel Quintana Castillo
Stefania Mosca

¿Qué lo caracteriza? Hay una reiteración de sus símbolos, pero lo que notaba Karl Kraus es la aviesa manera de colarse y enturbiar la ética, trocarla en moralismo y poder.
Impone, no importa cuál sea, la verdad de una voluntad que emana de arriba hacia abajo, monologante, dispuesta en torno a pocas finalidades. Sin escrúpulos, pragmática, con el menor de los esfuerzos argumentativos: Chávez vete ya. Castrocomunista.
Sin escuchar, sin entender, ni estimar la nacientes formas de la América. No quiero emular un sentido ampuloso de la historia, nada más ajeno a mi espíritu, pero debemos exigir cierto respeto en las propuestas y contenidos que se ofrecen a los habitantes de Venezuela. Somos mi méticos, como todos los seres de humana condición. El conocimiento y el reconocimiento. Lo inscrito y lo escrito. Pero no somos automáticos. Poseemos sentido crítico, es decir, libertad.
Las marchas y las ferias, los circos y hasta Sábado Sensacional también son expresiones culturales, pero no sé si crean tradición.
Son efectos. Contenidos impuestos. Pequeños parlamentos de un espectáculo que pretende actuar como fuerza política.
Nunca pensé que el Circo de Ferdinand llegara a ser cierto.
Chávez, no sé si su revolución sea falsa, histórica o nostálgica, pero ciertamente ha logrado que nos veamos a nosotros mismos con dignidad, como ciudadanos queridos y protegidos por el Estado al que pertenecen y esto ha sido en acciones, en auxilios, en políticas, en prioridades administrativas y planificación estratégica. Sin embargo, la estafa y la mentira persis ten, y parecen a todas luces más poderosas y eficientes. A tal punto, que los gerentes de
Pdvsa aprueban o desaprueban los métodos y planes de la Coordinadora Democrática, es decir, son un Supraestado que toma acción en prejuicio de los ciudadanos venezolanos. Este acto es multiplicado y vendido por los medios de comunicación como civilidad. Imposible comprender que aquello que contribuye al empobrecimiento y debilitamiento del Estado sea cívico ¡¿Cómo puede ser cívico no pagar impuestos?! si hasta el Papa piensa que es pecado la evasión tributaria. De qué o desde qué patria me habla la oposición.
La imposición de contenidos, me atrevería a decir, es el eje de acción del fascismo. La quema de libros y la censura son denominadores comunes de las manifestaciones fascistas.
Es por eso, acaso, que este difícil ejercicio político que nos manifiestan los medios, más que comunicar, por la prioridad de sus finalidades, impone contenidos. Y los impone globalmente. Pero usaré el copretérito: los imponía porque ya el mundo ha visto la perversa situación que estamos superando los venezolanos.
El silencio ha sido vehículo de comunicación entre los oprimidos y, paradójicamente, estando Chávez en el poder, al parecer, lo sigue siendo. Esta falta de comunicación masiva efectiva ha limitado seguramente los logros de nuestra entrada al siglo XXI. Hemos aprendido a no creer en las palabras. Ahora sabemos que nos obligan a ver, a vivir y actuar. Nos imponen voceros y representantes que no son el resultado de ningún proceso eleccionario. Nos meten en su mundo de imágenes y transforman el país real. Vuelven a castigar al pueblo para que aprenda que no debe resistirse a la imposición de contenidos.
Que Chávez no ha podido ayudarlos.
Esta enorme aflicción no respetó siquiera nuestra navidad.
Allí siguen, esperando Los Reyes, me imagino, augurando que no habrá clases, por supuesto, tampoco gasolina ni alimentos.
Nos hablan de cómo pueden ellos destruir al país si Chávez no termina de obedecerles como todos los democráticos presidentes que le antecedieron.
Esta historia es mucho peor que las historias de caballerías que infligieron su mal a Alonso Quijano. La perversión de los mecanismos de acceso al poder es el riesgo máximo de cualquier contrato social, de cualquier forma o sistema democrático.
Y esto es el hilo donde encajan todas las cuentas del mensaje mediático que ha actuado comofuerza política y ha impuesto sus contenidos, sus amenazas, sus prejuicios, sus juicios inmediatos: las formas del fascismo.