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Latinoamérica

Marcos, a quien corresponda

El Subcomandante Marcos, en una nueva misiva enviada al diario "La Jornada", explica que no permitirán el desalojo de pueblos zapatistas en los llamado MontesAzules. Asimismo, pide disculpas al «noble pueblo de Navarra» porque en la anterior carta «quedó como aparte del pueblo vasco». En otro momento, Marcos, en tono irónico y en forma de preguntas, insinúa un próximo viaje a Europa.
Saludos. Sí, acá el frío y la lluvia nos ciñen con su abrazo y ni con una fogata, hecha con todas las críticas que me (nos) han dirigido, alcanza uno a calentarse siquiera medianamente. Debe ser por la mediocridad de la mayoría de ellas.
Claro que hay de unas y hay de otras. Algunas buscan afanosamente que nos disculpemos. Y no por la supuesta simpatía hacia ETA (que cualquiera con un poco de vista y de vergüenza sabe que no existe ni en teoría ni en práctica). No. Lo que quieren es que nos diculpemos por habernos salido del tema en el que ellos nos encasillaron, a saber: los zapatistas sólo pueden y deben hablar de la cuestión indígena. Cualquier otro tema, nacional o internacional, nos está vedado. Y como en las siete últimas cartas nos salimos (¿nos salimos?) del tema indígena, ergo, debemos pedirle disculpas a las neocomisarios de las «buenas maneras». Y es que sólo les faltó decirnos, en el mismo tono altanero y regañón, que no pongamos los codos en la mesa y no eructemos en presencia de su majestad.
Y, fíjese usted, después de todo sí debemos pedir disculpas. Pero no a ellos, ni al reyecito, ni al Aznar o al Felipillo (a Garzón, sólo si gana el debate). Si a alguien hay que pedirle disculpas es al noble pueblo de Navarra, el cual, por un error a la hora de transcribir la carta que tanto entusiasmo ha provocado en la intelectualidad mexicana e hispana, quedó como aparte del pueblo vasco. Así que al pueblo de Navarra, nuestras disculpas sinceras: Navarra es vasca. ¡Gora Nafarroa! ¡Gora Euzkera! ¡Gora Iparralde! ¡Gora Hegoalde! Ni son todos los que están, ni están todos los que son. Porque es justo decirlo: no todos los intelectuales mexicanos están ocupados en darse palmaditas al hombro y en felicitarse mutuamente («¿ya viste cómo tundí al cabeza de trapo? Hasta le mandé una copia de mi columna a Felipe. Estoy seguro de que me pondrá en la lista de los candidatos al premio Príncipe de Asturias. ¿Sí? Bueno,pues a mí mis etcéteras contra el enmascarado de algodón me parecieron muy superiores...»). No, algunos sí se dan cuenta de lo que está ocurriendo alrededor y saben que, ahí nomás, al doblar esa esquina, se están acumulando el rencor y la desesperanza. Saben que de esa combinación se alimenta el terror (el de arriba y el de abajo). Saben que cuando eso ocurra no habrá declaración de guerra, ni comunicados, ni cartas cursis y/o melodramáticas, ni nadie a quien regañar por maleducado e irrespetuoso.
¡Ah, los intelectuales del Poder! Siempre esforzándose por comprender y absolver a los de arriba y por juzgar y condenar a los de abajo.
Pero en México y en la península ibérica hay intelectuales que libran las trampas del Poder. Justo como los intelectuales estadunidenses, que con valentía denuncian la demente belicosidad de Bush aunque los acusen de simpatizar con Bin Laden; o los israelitas que se niegan a avalar las masacres que protagoniza el ejército de su país sin que eso signifique un aval a las acciones de los palestinos.
Claro que en el río revuelto de las órdenes (¡cuántos comandantes me salieron!), los regaños y llamados a bienportarse (inútiles todos) de intelectuales y columnistas, el gobierno mexicano ha metido su pezuña y pretende ahora desalojar a varios poblados que, empujados por la guerra y la miseria, se han visto obligados a asentarse en los llamados Montes Azules. Y ahí también ni están todos los que son ni son todos los que están.
Por ejemplo, en el nuevo poblado llamado 12 de Diciembre (nombre claramente subversivo) viven unos 160 zapatistas. La historia de ellos no mereció ninguna carta en pro de las buenas maneras. Son originarios del pueblo Salina Cruz. El 2 de noviembre del año 2000, militantes de esa organización que se hace llamar MOCRI asesinaron a Manuel Méndez Sánchez y a Gloria Méndez Sánchez. Les tendieron una emboscada, los balearon y, aún moribundos, los machetearon.
¿El motivo? Los dirigentes del MOCRI estaban en ese tiempo de tórrido romance con El Croquetas Albores y eran parte de aquella fracasada estrategia zedillista de compraventa de conciencias. Manuel y Gloria eran, son zapatistas y, como tales, promovían la resistencia. Con argumentos de palabra, Gloria y Manuel convencían a la comunidad de que resistiera y no aceptara las limosnas del gobierno. Eso iba contra el presupuesto económico de la dirigencia del MOCRI y dieron el aval para el asesinato. Los del MOCRI además amenazaron al resto de los zapatistas con el mismo estilo que usó el gobierno para el reciente "desalojo pacífico" que tanta difusión mereció en la prensa mexicana: o se salían de zapatistas o tendrían el mismo destino de Manuel y de Gloria.
Los compañeros y compañeras prefirieron desplazarse a darse de tiros con el MOCRI y protagonizar así una de tantas historias de enfrentamientos entre indígenas. El crimen no quedará impune. Y no será aplicando la ley del talión ni usando los métodos "humanitarios" del gobierno de Chiapas. Se hará justicia, pero con sabiduría y serenidad. Tal vez sirva también para que Garzón aprenda que el terror no se derrota con el otro terror que se esconde detrás de las leyes y los jueces, que tortura prisioneros y que ilegaliza las ideas.
Doce de Diciembre no es el único poblado zapatista amenazado de desalojo (no pongo los nombres de los que sí son para no descobijar a los que no son zapatistas), pero todos los zapatistas que se encuentran en el mismo predicamento están ahí no porque carezcan de tierra o tengan el morboso placer de destruir la selva, sino porque se han visto obligados a dejar todo para no engrosar el silencio con que el Poder y sus intelectuales sepultan la desgracia y la muerte de los indígenas mexicanos.
Hemos hablado con los representantes de esos poblados zapatistas y con las autoridades de los municipios autónomos que les corresponden. Ellos nos han comunicado su decisión de mantenerse ahí, aun a costa de su propia vida, mientras no se solucionen las demandas zapatistas.
Nosotros les hemos respondido que los apoyamos totalmente.
Así que es bueno que lo sepan todos y con tiempo: en el caso de los pueblos zapatistas no habrá «desalojo pacífico».
Volviendo a la súbita proliferación de expertos en la cuestión vasca, no sé por qué se angustian tanto: a los aludidos (salvo a Garzón) no les ha afectado en lo más mínimo. Al rey, por ejemplo, lo acabo de ver en una foto reciente y sigue con la misma cara; Aznar, no obstante la posdata que le dio el Prestige, sigue rebuznando con singular entusiasmo, y el Felipillo, bueno ése sí se enojó, le puso mordaza a la prensa ibérica y movilizó a todos sus cuates en esta república mexicana que, si por algunos intelectuales nacionales fuera, sería monarquía.
Aun así, les pido perdón a todos esos intelectuales entusiastas de la corona española (y de sus premios literarios). Yo no quise faltarle el respeto a su majestad ni nada por el estilo. Lo que yo quería en realidad era decir, para ponerlo en un término españolista como el que más, que me cago en la monarquía.
Porque sepan que para nosotros no hay más reyes terrenales que los de la baraja (española, para más señas), ni más reinas que las que, de tanto en tanto, nos roban el sueño con apenas una mirada y así nos va.
Pero, bueno, puesto que se han permitido elucubrar sobre la improbable simpatía del EZLN por el terrorismo, aquí les van algunos temas más (convenientemente disfrazados de preguntas): ¿Por qué el EZLN quiere iniciar su pretendida marcha por la Europa social (¡ah!, ¿de modo que se trata de una marcha europea?) en el Estado español y no, por ejemplo, en Italia, donde hay muchos zapatistas presos y libres (casi tantos de unos y de otros como los que hay en México)? ¿Por qué los zapatistas eligieron un tema tan espinoso y complejo como el vasco, respecto al cual hay un silencio cómplice y generalizado para evitar la acusación de «terroristas»? ¿Pretende el EZLN desmentir en el Parlamento Europeo las afirmaciones de Fox de que en México hay paz? ¿No sabe el EZLN que en Europa, y en el mundo, la derecha es gobierno y está más beligerante que nunca? ¿Por qué el EZLN intenta agotar aún la vía pacífica de solución a la guerra en lugar de lanzarse con un caballo (sólo tenemos aviones de papel) cargado de explosivos en contra del World Trade Center y así darle tema a los columnistas por las «simpatías» zapatistas con los métodos de Al Qaeda? Cuando visite Francia, ¿el EZLN asistirá a una de las presentaciones de Zorró, el Zapató que los niños de los barrios marginados presentan en condiciones heroicas? ¿Hablará el EZLN con Chirac y Le Pen o con los Sans Papiers? ¿Volverá a recorrer el Barrio Latino? ¿Irá a Place Pigalle? ¿Llevará el EZLN ropa adecuada para resistir las inclemencias del clima en los países nórdicos, en Suiza, en Holanda, en Bélgica, en Alemania? ¿Visitará la Grecia rebelde? ¿Le dirigirá muestras de elegante desprecio a los reyes de Suecia, perdiendo así la oportunidad de un Premio Nobel? ¿Supone el EZLN que sus cayucos podrán cruzar con bien el Canal de la Mancha y desembocar en la Gran Bretaña, emulando así el día "D" pero a la inversa? ¿Irá a Irlanda a rendirle homenaje al Batallón San Patricio? En fin, son temas que siguen aún en el rango de los supositorios.
Hay más, pero ya está saliendo muy larga esta carta y todavía faltan las posdatas.
Bueno, last but not least, el objetivo de esta carta era desearle a usted un feliz Año Nuevo.
Y, cualquiera lo sabe, será feliz si uno no deja de luchar por lo que cree.
Vale. Salud y, ya se ve, también hay de globalizaciones a globalizaciones.
Desde las montañas del Sureste Mexicano. Subcomandante Insurgente Marcos.
México, diciembre de 2002.
P.D. Envuelta para regalo: Siguiendo su costumbre de servir a su amable clientela, la Posdata Recurrente recomienda a sus lectores los siguientes regalos para, sumándose al entusiasmo intelectual por la corona, el próximo Día de Reyes, el 6 de enero: para el reyecito Juan Carlos un laxante (los hay en varias presentaciones); para Pepillo Aznar, una flauta; para Felipillo (ese oscuro objeto del deseo que se disputan (a)Nexos y Letras Vencidas) un amparo (para el improbable día en que la justicia española lo llame a cuentas por el padrinazgo del grupo terrorista GAL).
P.D. Con la boina calada y un pitillo en los labios: ¡Viva la República! ¡Abajo la monarquía! ¡Vivan las Comisiones Obreras! ¡Abajo los Francos reditados! ¡Viva la España Republicana! ¡Viva la Brigada Internacional! ¡Viva España! ¡Gora Euskera! ¡Gora Zapata! ¡Viva la vida! ¡Muera la muerte! ¡Vivan los fantasmas que volverán a recorrer Europa! P.D. Para Berlusconi: No te rías, porque seguís vos. Recuerda que «todos los caminos llevan a Roma».
P.D. Ilegal: Parece que insistimos en no respetar las leyes de la buena conducta. La única Ley que nos merece respeto es el grupo musical del mismo nombre (hasta creo que es chileno), y eso sólo cuando acompaña a la mexicana Ely Guerra en la canción titulada El duelo, que si no, pues ni esa ley.
P.D. Que insiste en salirse del tema: La Argentina sigue siendo generosa; antes dio al mundo al Che, ahora da todo un plan de acción mundial. Porque ese «¡Que se vayan todos!» no es sólo una consigna. ¡Viva la rebeldía Argentina! P.D. Latinoamérica: ¡Respeto a la soberanía de Venezuela! P.D. Masoquista: ¡Sígannos pegando! ¡Más periodicazos! ¡Así! ¡Más! ¡Oh! ¡Yes! ¡More! ¡More! ¡Oh my god! ¡Ahhh! (mmh, me encanta cuando se enojan). -