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Latinoamérica

El de Uribe Vélez, es un régimen Fascista

tomado de www.farcep.org

Uno de los debates más acalorados en la vida pública del país, desde la posesión como presidente de la república de Álvaro Uribe Vélez, AUV, es si éste es o no un exponente de la ideología fascista y si sus acciones de gobierno lo son o no. Una mirada breve a sus cinco meses al frente del poder político no dejan ninguna duda: estamos frente a la consolidación desde el poder de un régimen de dominación fascista.
Al servicio del gran capital La principal característica de Álvaro Uribe Vélez es su concentrada filiación clasista. Aunque proveniente de los sectores más retardatarios y reaccionarios del latifundio, Uribe representa principalmente los intereses del capital financiero nacional e internacional, pero también están presentes en su gobierno los grandes conglomerados de la producción industrial. En síntesis, AUV es un agente del gran capital, veamos: El presidente del Fondo Monetario Internacional, FMI, en su reciente visita a Colombia, afirmo que "el gobierno colombiano sí cumple con los compromisos de la deuda", después de confirmar que el programa económico y presupuestal del gobierno esta edificado en función del pago de la deuda pública y el cumplimiento de los compromisos con la banca mundial ( el 37.8% del presupuesto nacional esta destinado al pago de su servicio) y no del cubrimiento de las necesidades de su población.
Luego, el Banco Interamericano de Desarrollo BID, condicionó el otorgamiento de un préstamo de 2.800 millones de dólares a la aprobación de las regresivas reformas laboral, de régimen de pensiones y tributaria, condición cumplida a cabalidad por el genuflexo congreso colombiano tras la presión uribista.
En sólo 150 días, este gobierno, ha atentado y socavado los derechos de los trabajadores y de las capas pobres de la población, más que ninguno de los anteriores, ya caracterizados por sus políticas antisociales. Al tiempo que el avance de los procesos de lucha social de los pueblos latinoamericanos y la subordinación a la política económica de los EEUU de Álvaro Uribe lo han convertido, sin duda, en el hombre de Washington en la región norte de Sudamérica y en punta de lanza de su política intervensionista.
La reforma laboral extiende la jornada de trabajo diurno a 16 horas; el doble del tiempo que hace más de un siglo los trabajadores del mundo conquistaron como un derecho y que permite a los empresarios doblar la jornada de producción; elimina el pago de horas extras dominicales y festivos; baja la indemnizaciones para el trabajo nocturno. Así se desregulariza y salvajiza el mercado laboral en beneficio de los patrones, dicho en otras palabras, aumenta de manera vertiginosa la producción de plusvalía.
Del mismo corte es la reforma pensional, a la cual tienen derecho un mínimo de los trabajadores colombianos, eleva la edad de jubilación a 65 años y aumenta en trescientas semanas las cotizaciones necesarias para obtener el derecho a recibir la delgada mesada.
La trilogía antisocial aprobada por el sometido congreso, la completa la reforma tributaria, que favorece el bolsillo de los ricos y las grandes empresas, mientras grava con el impopular IVA todos los productos de la canasta familiar. El destino de los dineros percibidos será para el financiamiento de su política militar y policial, esto es que las victimas financiaran a sus verdugos.
El Estado Autoritario La política de "seguridad democrática" que consumirá en el año 2003 el 15% del presupuesto general de la nación, equivalente al 4.3% del PIB, tiene una fuente ideológica en la famosa "doctrina de la seguridad nacional" y sintetiza todo el acervo represivo que el Estado a acumulado en 45 años de poder violento y bicéfalo de la oligarquía colombiana.
En las medidas adoptadas bajo el estado de conmoción se condensan los mas antidemocráticos y represivos elementos del "estatuto de seguridad" de Turbay; de la "ley de seguridad nacional" de Gaviria; del "estatuto antiterrorista" de Pastrana y del "estado de sitio" casi permanente para consolidar así un estado Autoritario y excluyente.
Estamos frente a un gobierno que tiene como misión el reforzamiento de un Estado autoritario dotado de todos los instrumentos legales y extralegales para profundizar por la vía de la fuerza el modelo neoliberal.
Al mismo tiempo, busca AUV la captación de apoyo popular a través de un programa asistencialita dirigido a sectores pauperizados aparentemente de de fácil manipulación ideológica, los cuales servirán de base a su proyecto de organizar paramilitarmente a la población por medio de la red de informantes o cooperantes, como denomina este gobierno el ejercicio del sapeo y la delación.
Paralelamente da pasos en la legalización del principal instrumento del terrorismo de Estado, el paramilitarismo, dándoles ciudadanía política, reciclando a sus jefes y reinsertando a sus miembros a la institucionalidad a través de la figuras de "soldados campesinos" y " red de cooperantes". En realidad el proceso de diálogos con el paramilitarismo es una treta entre sus jefes naturales (la oligarquía) y los ejecutores de las acciones sicariales.
Fascismo puro El proyecto fascista busca crear una base de masas que sirva de soporte a su dominación, compuesta por la burguesía más reaccionaria, sectores lumpenizados de la sociedad intrumentalizados a través de cierto populismo y sectores desclasados del movimiento obrero inmersos en las centrales de trabajadores, carcomidos por la corrupción que dicen combatir y cooptados gracias al otorgamiento de dadivas y sobornos.
Al tiempo se encamina la creación del partido fascista, para lo cual no necesitaran, como típicamente lo ha hecho el fascismo, destruir los otros partidos burgueses ya que en Colombia éstos son parte fundamental de la construcción misma del proyecto fascista, sin duda, quienes si serán purgados en el futuro serán los sectores extraídos del campo popular.
Los elementos anteriores, sumados al desespero de la burguesía por el avance del movimiento revolucionario, son suficientes y contundentes para poder caracterizar desde la teoría política el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, como una dictadura fascista.
Es el fascismo un régimen político de dominación del gran capital y busca enfrentar las crecientes luchas sociales y políticas de carácter popular y de variada expresión en Colombia, en momentos que varios países de nuestra América, incluidos algunos fronterizos, desarrollan importantes procesos democratizadores y antineoliberales