19 de enero del 2003
El retorno de la práctica del control obrero en Argentina y sus perspectivas
«¡Tocan a una, tocan a todas!»
Franck Gaudichaud
El control obrero y la Autogestión: un espectro que corre América Latina
Desde sus inicios, el movimiento obrero internacional ha estado marcado por la tendencia autoorganizaciónal de los trabajadores en tiempos de crisis económica y social o de polarización política. En Argentina, en la década del 70, cuando el desempleo era mucho más bajo y los cierres de empresas escasos, hubo varios casos de control obrero de la producción. Entre ellos, la planta General Motors de Barracas, Astilleros Astarsa y Petroquímica Sudamericana. Unas de las más ricas experiencias de este tipo ocurrió en 1974 en la empresa petroquímica PASA, ubicada en Rosario(15). Entre otras cosas, estos obreros químicos demostraron la posibilidad de producción y cuidado del medio ambiente, tema de total vigencia en la actualidad.
Son varias las experiencias históricas de autogestión en América del Sur(16). En Bolivia, donde los mineros, tras la revolución de 1952, defendieron sus derechos a la gestión de la mina y que condujo al surgimiento de la Asamblea Popular Nacional, en 1970. En Perú que experimentó, vía una seudo revolución dirigida desde arriba por el general Velasco Alvarado, un proceso de participación de los trabajadores en las empresas nacionalizadas. En Chile, con la instalación del Área Social de Producción y el proyecto de participación de los trabajadores, bajo el gobierno de Salvador Allende. Este programa impulsado por la Unidad Popular y el aparato sindical de la CUT se fue radicalizando bajo la presión de los propios trabajadores como de la acción de las clases dominantes, hasta sobrepasar el programa de la UP y construir los "Cordones Industriales", producto de una ola de toma de empresas. Los Cordones Industriales se oponían al boicot patronal, defendían las plantas de los ataques de grupos fascistas, mejoraban las condiciones sociales de trabajo, trataron de coordinar los asalariados desde las bases y de prepararse en vista de la defensa del movimiento revolucionario.
Es cierto que a todos estos casos históricos se puede (y se debe) oponer sus propias limitaciones: la de Perú estaba hecha "desde arriba" por militares lo que impidió su desarrollo; en Bolivia los mineros no supieron unirse al movimiento campesino, ni como en Chile, pasar de un poder local a un poder nacional o organizar su autodefensa; en Chile, el movimiento estaba atado al mito de la "vía chilena" y de que las instituciones estatales podrían modificarse sin entrar en contradicción fundamental con el poder popular.
Todas esas experiencias son lecciones históricas esenciales que nos pueden ayudar a entender mejor los desafíos que espera al movimiento de control de obrero en Argentina.
franck.gaudichaud@libertysurf.fr
Notas
1- Sociólogos como el norteamericano James Petras hablan de alrededor de 200 empresas controladas por sus obreros.
2- En Elio Brat, "Un pañuelo de las madres se quedo en Zanon", Pagina/12, 20/10/02.
3- En este sentido es de gran interés consultar las revistas electrónicas alternativas