Lula define prioridades de política externa de su gobierno
Leonel Nodal
Agencia Prensa Latina
Brasilia, 1 ene (PL) - El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva definió hoy, 1 de enero, como la gran prioridad de su política externa "la construcción de una América del Sur políticamente estable, próspera y unida, basada en ideales democráticos y de justicia social".
Lula formuló la concisa precisión diplomática en el discurso programático pronunciado después de prestar juramento ante el Congreso de la Nación, que lo proclamó presidente constitucional de Brasil.
El tornero mecánico y dirigente sindical metalúrgico, fundador del Partido de los Trabajadores (PT), aclaró su futura política externa ante el mayor número de delegaciones extranjeras que asiste a un traspaso de mando en Brasil.
Según puntualizó el diputado petista Paulo Delgado, responsable del ceremonial, 300 delegaciones foráneas vinieron a Brasilia, de ellas 146 misiones oficiales de gobierno, entre las cuales figuran 18 jefes de Estado y cuatro presidentes de parlamentos.
Lula enfatizó que para alcanzar los objetivos trazados por su gobierno en el plano externo, "es esencial una acción decidida de revitalización del Mercado Común del Sur (Mercosur)", integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, como miembros plenos, más Chile y Bolivia en calidad de asociados.
Señaló que el bloque comercial sudamericano se vio debilitado por las crisis de cada uno de sus miembros y "por visiones muchas veces estrechas y egoístas del significado de la integración".
El flamante presidente subrayó que en su criterio "el Mercosur, así como la integración de América del Sur en su conjunto, es sobre todo un proyecto político".
Lula prometió apoyar los arreglos institucionales necesarios para que pueda florecer "una verdadera identidad del Mercosur y de América del Sur".
Sin mencionar cualquier país, pero con los casos latentes de Argentina, Colombia y Venezuela a la vista, el gobernante brasileño dijo que "varios vecinos viven hoy situaciones difíciles" y aseguró que su gobierno contribuirá, siempre que sea llamado y en la medida de sus posibilidades, a encontrar soluciones pacíficas para tales crisis.
Enfatizó en solucionar esos problemas "sobre la base del diálogo, los preceptos democráticos y las normas constitucionales de cada país".
En contrapartida, al referirse a Estados Unidos, anunció que buscará una relación "madura, basada en el interés recíproco y el respeto mutuo".
La presencia en la ceremonia de los presidentes Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, líderes con los cuales Lula sostenía relaciones de amistad mucho antes de ser electo y que visitó meses antes del comienzo de la campaña electoral, aumentó el interés por el acento latinoamericanista puesto por este a su política externa.
Tras participar en la ceremonia del Congreso, Chavez expresó a la prensa que "Brasil arranca hoy", en el sentido de abrir un camino de beneficio para el país y las demás naciones de América Latina.
Lula respaldó el reciente envío de un tanquero de gasolina a Venezuela, en respuesta a un pedido de Chávez para atenuar el desabastecimiento de combustible y los perjuicios a la población ocasionados por un paro oposicionista.
El mandatario venezolano calificó de "extraordinario" el discurso de Lula y agregó que "habló con el corazón y eso es muy importante para un líder que dirige un país con alma".
Es importante para nosotros –agregó- reforzar la alianza de integración entre nuestros pueblos, nuestras economías. Nuestro modelo, nuestro sueño, es el mismo sueño.
Un poco más tarde, al concluir en el Palacio de Planalto la ceremonia de traspaso de la banda presidencial, tras la retirada de Lula que inició en ese instante un recorrido en auto abierto, el público presente en esa área dirigió sus atenciones a Fidel Castro, con vivas y llamados.
En reciprocidad el líder cubano autografió camisetas, sombreros y banderas que le eran extendidas por los simpatizantes.
Al llegar al hotel donde se hospeda, volvió a enfrentar el asedio de la prensa, a la que respondió algunas preguntas, la más incisiva relativa a las acusaciones formuladas por un diario de derecha de Washington que pronosticó que con la victoria de Lula surgiría un presunto "eje del mal entre Brasil, Venezuela y Cuba".
Nadie tiene derecho a incluir a Brasil en ningún eje, a no ser el de la integración latinoamericana, respondió el comandante Fidel Castro, quien elogió el discurso de Lula por su valentía, franqueza y claridad.