Lisandro Otero
Rebelión
El estallido de Bombay, los asesinatos de dirigentes de Hamas desde helicópteros israelíes, la bomba en el autobús en el corazón de Israel, la voladura de la misión de Naciones Unidas en Irak, hechos que se acumulan en los últimos días, son síntomas de que la acción terrorista está lejos de extinguirse. Desde el atentado contra las torres gemelas en Nueva York Bush declaró la guerra a una fuerza irreconocible y secreta que ha demostrado su capacidad de sobrevivencia. La concepción de la presidencia imperial de la pandilla petrolera de la Casa Blanca ha demostrado su ineficacia.

Hay que añadir la encuesta de la revista Newsweek de la semana pasada donde se demuestra que la popularidad de Bush está decayendo en picada. Si ello fuera poco debe verse advertirse que el 67% de los británicos considera a Blair un embustero y lo responsabilizan con la muerte del científico David Kelly por haber revelado que las supuestas armas de destrucción masiva en Irak eran un embaucamiento a la opinión pública para justificar una guerra de rapiña petrolera.

La política que Bush declaró ante el Congreso "conmigo o contra mi" ha demostrado su deficiencia al no haber podido convencer a la opinión pública mundial. Muchos analistas están convencidos en Estados Unidos que la reelección de Bush ya se advierte como una meta imposible. Para colmo se detecta una reacción de los demócratas que están comenzando su artillería preparatoria con vistas a demoler la argumentación ideológica del clan Cheney- Rumsfeld- Condoleezza.

En un reciente artículo en el Washington Post, Arthur Schlesinger, ex asesor de Kennedy, manifestó que los estadounidenses reaccionan muy vivamente cuando descubren que han sido manipulados o engañados. Por eso cree que la falsedad manifiesta de Bush al enarbolar una amenaza ficticia para invadir Irak no es un asunto que morirá fácilmente en el olvido. Schlesinger estima que la llamada doctrina Bush concedió potestades excesivas al Presidente y compara esto con una situación similar que enfrentó Lincoln cuando se quiso atribuir al Ejecutivo poderes especiales para invadir Canadá, como una guerra preventiva para impedir que los británicos intentaran reconquistar Estados Unidos desde aquél territorio. Lincoln rechazó, entonces, esa posibilidad como una manera de corromper y desviar la naturaleza democrática de la Unión. Schlesinger estima que en la Guerra Fría se aventajó a la Unión Soviética usando una mezcla de frenado y persuasión, que es muy distante de la agresividad actual.

Por su parte la ex Secretaria de Relaciones Exteriores, Madelin Albright, afirma en un artículo publicado en el último número de la revista Foreign Affairs que la política de la actual administración no es efectiva en su intento de proteger a la ciudadanía norteamericana. Lo único que ha servido es para desacreditar a Estados Unidos y basa su afirmación en una encuesta de PEW Actitud Global donde se mide una declinación en el aprecio mundial. En el país más populoso del universo islámico, Indonesia, el 87% de los ciudadanos piensan negativamente de Estados Unidos.

Según Albright de haber ganado la presidencia Al Gore no habría procedido como lo hizo Bush y habría actuado con la cooperación de la OTAN y no desdeñando a Naciones Unidas, es decir no le hubiese vuelto la espalda a sus tradicionales aliados europeos. Luego pasa la Albright a considerar la legitimidad de la violencia. Considera que en tiempos del imperio romano se estimaba lícito el pillaje del resto de Europa, de la misma manera que los católicos consideraron positiva la violencia empleada por la Santa Inquisición para implantar la fe, o los padres fundadores de los Estados Unidos aprobaron como un democrático orden social la implantación del esclavismo. Y cita al poeta Archibald McLeish: "No se absuelve al crimen de ser inmoral cometiendo otros crímenes. El crimen es absuelto de su inmoralidad convenciendo a los hombres de que no es una inmoralidad."

Es exactamente lo que la administración Bush ha estado haciendo: la crueldad intrínseca del terrorismo trata de ser anulada cometiendo actos de monstruosa agresividad contra la soberanía de otras naciones. Los ideólogos del partido Demócrata comienzan a despertar de su letargo y preparan sus obuses con vistas a las elecciones del próximo año.

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