VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Internacional

2 de julio del 2003

Conferencia de Arundhati Roy en The Riverside Church, en Harlem- New York
Deje que hierva, añada aceite y bombardee. Democracia Imperial Instantánea

Arundhati Roy
Tomado de http://www.otrarealidad.net/noticias/

"El Imperio está en movimiento y la democracia es su nuevo y astuto grito de guerra. (...) La muerte es un pequeño precio que la gente debe pagar por el privilegio de probar este nuevo producto:

Democracia Imperial Instantánea (deje que hierva, añada aceite, luego bombardee)."
"Nuestras libertades no nos fueron otorgadas por ningún gobierno. Nosotros se las arrancamos... La batalla por recuperarlas (...) tiene que comenzar en Estados Unidos. La única institución más poderosa que el gobierno estadunidense es la sociedad civil estadunidense".
"(...) Si se unen a la batalla, no en cientos de miles, sino en millones, el resto del mundo los saludará con alegría. Y verán cuán hermoso es ser suaves en vez de brutales, sentirse seguros en vez de asustados. Amados en vez de odiados.
"La de ustedes no es una gran nación. Pero podría ser un gran pueblo.
"La historia les está dando la oportunidad. Aprovechen el momento"

Tiempo atras, en 1988, el 3 de julio, el USS Vincennes, un misil crucero estacionado en el golfo Pérsico, accidentalmente derrumbó un avión de pasajeros iraní y mató a 290 pasajeros civiles. Se le pidió a George Bush, el Primero, quien en aquel momento estaba en campaña presidencial, que comentara sobre el incidente. El dijo, con bastante sutileza: "Nunca me disculparé por Estados Unidos. No me importa cuáles sean los hechos".

No me importa cuáles sean los hechos. Cuán perfecta máxima para el Nuevo Imperio Estadunidense. Quizá sería apropiada una ligera variación del tema: los hechos pueden ser lo que queramos que sean.

En Estados Unidos, el apoyo público a la guerra contra Irak se basó en un edificio con múltiples niveles de falsedad y engaño, coordinado por el gobierno estadunidense y fielmente amplificado por los medios corporativos.

Aparte de los vínculos inventados entre Irak y Al Qaeda, tuvimos el manufacturado frenesí respecto de Las Armas de Destrucción Masiva de Irak. George Bush, el Menor, llegó al extremo de decir que sería "suicida" para Estados Unidos no atacar Irak. Era un Frenesí con un propósito. Bush presentó una vieja doctrina en una nueva botella: la doctrina de un ataque preventivo, también conocida como "Estados Unidos Puede Hacer Lo Que Se Le Dé La Gana, Y Eso Es Oficial".

La guerra contra Irak se peleó y se ganó, y no se ha encontrado ninguna Arma de Destrucción Masiva. Ni siquiera una pequeñita. Quizá tengan que ser plantadas antes de que sean descubiertas. Y luego, los más latosos de nosotros necesitaremos una explicación de por qué Saddam Hussein no las usó cuando su país fue invadido.

Hay quienes dicen, ¿y qué si Irak no tenía armas químicas y nucleares? ¿Y qué si no hay una conexión con Al Qaeda? ¿Y qué si Osama Bin Laden odia a Saddam Hussein tanto como odia a Estados Unidos? Bush, el Menor, ha dicho que Saddam Hussein era un "Dictador Homicida". Así que, según este razonamiento, Irak necesitaba un "cambio de régimen". No importa que hace 40 años la CIA, con el presidente John F. Kennedy, ayudó a orquestar un cambio de régimen en Bagdad. En 1963, tras un exitoso golpe de Estado, el Partido Baas llegó al poder en Irak. Usando listas proveídas por la CIA, el nuevo régimen Baas sistemáticamente eliminó a cientos de doctores, maestros, abogados y figuras políticas reconocidas como de izquierda. En 1979, después de luchas de facciones en el Partido Baas, Saddam Hussein se volvió presidente de Irak. En abril de 1980, mientras masacraba chiítas, el consejero de Seguridad Nacional estadunidense, Zbigniew Brzezinski, declaró: "No vemos ninguna incompatibilidad fundamental de intereses entre Estados Unidos e Irak". Washington y Londres apoyaron abierta y encubiertamente a Saddam Hussein. Lo financiaron, equiparon, armaron y lo proveyeron de materiales de doble uso [civil y militar] para manufacturar armas de destrucción masiva. Apoyaron la guerra de ocho años contra Irán y el ataque con gas contra el pueblo kurdo en 1988, en Halabja, crímenes que 14 años después tomaron, los recalentaron y los sirvieron a la mesa como razones para justificar la invasión a Irak.

El punto es, si Saddam Hussein era lo suficientemente malvado como para merecerse el más elaborado, abiertamente declarado asesinato de la historia (la movida inicial de la Operación Conmoción y Pavor), entonces, ¿seguramente aquellos que lo apoyaron al menos deberían de ser juzgados por crímenes de guerra? ¿Por qué no están las caras de los funcionarios estadunidenses y británicos en la infame baraja de los hombres y mujeres buscados? Porque cuando se trata del Imperio los hechos no importan.

Sí, pero se nos dice que todo eso está en el pasado. Saddam Hussein es un monstruo que de-be ser parado ahora. Y sólo Estados Unidos lo puede parar. Es una técnica efectiva, este uso de la urgente moralidad del presente para oscurecer los pecados diabólicos del pasado y los malévolos planes para el futuro. Indonesia, Panamá, Nicaragua, Irak, Afganistán _la lista sigue y sigue. Ahora mismo hay regímenes brutales que son preparados para el futuro _Egipto, Arabia Saudita, Turquía, Pakistán, las repúblicas de Asia Central.

El Imperio está en movimiento y la democracia es su astuto nuevo grito de guerra. La Democracia, con entrega a domicilio a través de los daisy-cutters [bombas "corta margaritas"]. La muerte es un precio pequeño que la gente debe pagar por el privilegio de probar este nuevo producto: Democracia Imperial Instantánea (deje que hierva, añada aceite, luego bombardee).

La primera democracia del mundo

En estos últimos meses, mientras el mundo miraba, la invasión y ocupación estadunidense de Irak se transmitió en directo por televisión. Una civilización de 7 mil años de antigüedad se deslizó hacia la anarquía.

Antes de que la guerra contra Irak comenzara, la Oficina para la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria (ORHA, por sus siglas en inglés) envió al Pentágono una lista de 16 sitios cruciales a proteger. El Museo Nacional ocupaba el segundo sitio en la lista. Sin embargo, el museo no sólo fue saqueado, fue profanado. Era un contenedor de una herencia cultural ancestral. Irak, como hoy lo conocemos, era parte del valle de Mesopotamia. La civilización que creció a orillas del Tigris y el Eufrates produjo la primera escritura, el primer calendario, la primera biblioteca y la primera ciudad del mundo, y, sí, la primera democracia del mundo. El rey Hammurabi de Babilonia fue el primero en codificar leyes que rigieran la vida social de los ciudadanos. Era un código en el cual las mujeres abandonadas, las prostitutas, los esclavos y hasta los animales tenían derechos. El Código Hammurabi es reconocido, no sólo como el nacimiento de la legalidad, sino también como el inicio de una comprensión del concepto de justicia social. El gobierno estadunidense no pudo haber escogido una tierra más inapropiada en la cual llevar a cabo su guerra ilegal y demostrar su grotesco desdén de la justicia.

El último edificio en la lista del ORHA, de los 16 sitios a ser protegidos, era el Ministerio del Petróleo. Fue el único que se protegió. ¿Quizá el ejército ocupante pensó que en los países musulmanes las listas se leen al revés? La seguridad del pueblo iraquí no era su negocio. La seguridad de la herencia cultural iraquí o de lo poco que permanecía de su infraestructura no era su negocio. Pero la seguridad de los yacimientos petroleros sí lo era. Claro que lo era. Los yacimientos petroleros fueron "asegurados" prácticamente antes de que comenzara la invasión. El pasado 2 de mayo, Bush, el Menor, inició su campaña 2004 con la esperanza de ser al fin electo presidente estadunidense. En lo que probablemente representa el vuelo más corto de la historia, un avión militar aterrizó en el portaviones USS Abraham Lincoln, que estaba tan cerca de la costa donde, según The Associated Press, los funcionarios de la administración reconocieron que habían "posicionado el masivo barco como para dar el mejor ángulo televisivo al discurso de Bush, con el mar de fondo en vez de la costa de San Diego". El presidente Bush, quien nunca cumplió con su periodo en el ejército, emergió de la cabina en un disfraz _una cazadora militar estadunidense, unas botas de combate, unos lentes de aviación y un casco. Saludó a las tropas que lo vitoreaban y proclamó oficialmente la victoria sobre Irak. Tuvo cuidado de decir que fue "sólo una victoria en la guerra contra el terror... [la cual] continúa".

Era importante no hacer un anuncio de una tajante victoria porque bajo la Convención de Ginebra un ejército victorioso está forzado a cumplir con las obligaciones legales de una potencia ocupante, una responsabilidad con la que la administración de Bush no quiere cargar. Además, conforme se acercan las elecciones de 2004, puede ser que se necesite otra victoria en la "Guerra contra el Terror" para cortejar a los electores vacilantes. A Siria la están engordando para la matanza.

La distinción entre las campañas electorales y la guerra, entre la democracia y la oligarquía, parece reducirse.

Según una encuesta de Gallup International, en ningún país europeo el apoyo a la guerra emprendida "unilateralmente por Estados Unidos y sus aliados" fue mayor de 11%. Pero los gobiernos de Inglaterra, Italia, España, Hungría y otros países de Europa del Este fueron alabados por Bush y Blair por desdeñar los puntos de vista de la mayoría de su población y apoyar la invasión ilegal. ¿Cómo se llama? ¿Nueva Democracia? (¿Como el Nuevo Laborismo de Gran Bretaña?)

En contraste con la venalidad exhibida por sus gobiernos, el 15 de febrero, semanas antes de la invasión, en la más espectacular demostración de moralidad pública que el mundo haya visto, más de 10 millones de personas marcharon contra la guerra en cinco continentes. Fuimos menospreciados con un desdén absoluto.

La Puta del Mundo Libre

La democracia, la vaca sagrada del mundo moderno, está en crisis. Y la crisis es profunda. Todo tipo de ultraje es cometido en nombre de la democracia. Se ha vuelto poco más que una palabra hueca, un lindo cascarón, vacío de todo contenido o significado. Puede ser lo que tú quieras que sea. La democracia es la Puta del Mundo Libre, dispuesta a vestirse y desvestirse, dispuesta a satisfacer una amplia gama de gustos, disponible para ser usada y abusada a voluntad.

Las democracias modernas han estado entre nosotros el tiempo suficiente como para que los capitalistas neoliberales hayan aprendido a corromperlas. Dominaron la técnica de infiltrar los instrumentos de la democracia _el poder judicial "independiente", la prensa "libre" , el parlamento_ y a moldearlos a su antojo. El proyecto de la globalización empresarial rompió el código.

Elecciones libres, una prensa libre, un poder judicial independiente significan poca cosa cuando el libre mercado los ha reducido a bienes en venta al mejor postor.

La democracia se ha vuelto, para el Imperio, un eufemismo de capitalismo neoliberal.

La maquinaria de la democracia ha sido eficientemente corrompida. Los políticos, los barones de los medios, los jueces, los poderosos grupos de presión empresariales y los funcionarios gubernamentales están imbricados en una elaborada y solapada configuración que socava completamente el arreglo lateral de contrapesos y balances entre la Constitución, las cortes de la ley, el parlamento, la administración y, quizá la más importante, los medios independientes que conforman la base estructural de una democracia parlamentaria. Cada vez más, la imbricación no es ni sutil ni elaborada.

El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, por ejemplo, tiene una participación mayoritaria en los principales periódicos, revistas, canales de televisión y editoriales italianas. En Estados Unidos, Clear Channel Worldwide Incorporated es la dueña de la mayoría de las estaciones de radio del país. Maneja más de mil 200 canales. Su CEO [Chief Executive Officer] contribuyó con cientos de miles de dólares a la campaña electoral de Bush. Organizó los pro-guerra y patrióticos "rallies for America" ["mítines por Estados Unidos"] en todo el país y luego envió corresponsales a cubrirlos como si estuvieran dando la nota. La época de fabricar consenso ha cedido su lugar a la época de fabricar noticias. Pronto, las salas de redacción de los medios dejarán a un lado la pretensión y comenzarán a contratar a directores de teatro en vez de periodistas.

Conforme la industria del espectáculo estadounidense se vuelve más y más violenta y parecida a la guerra, y las guerras de Estados Unidos se vuelven más y más parecidas a la industria del espectáculo, algunos interesantes cruces tienen lugar. El diseñador que construyó el escenario de 250 mil dólares en Qatar, desde el cual el general Tommy Franks dirigió la cobertura noticiera de la Operación Conmoción y Pavor, también construyó los sets para Disney, MGM y Good Morning America.

Es una cruel ironía que Estados Unidos, que tiene los más vehementes y vociferantes defensores de la idea de la Libertad de Expresión, y (hasta hace poco) la más elaborada legislación para protegerla, ha circunscrito tanto el espacio en el cual esa libertad puede ser expresada. En una extraña, complicada manera, el sonido y la furia que acompaña a la legal y conceptual defensa de la Libertad de Expresión sirve para disfrazar el proceso de la rápida erosión de las posibilidades de, en realidad, ejercer esa libertad.

El imperio de los medios en Estados Unidos es controlado por una diminuta camarilla. El presidente de la Comisión de Comunicaciones Federales, Michael Powell, hijo del secretario de Estado Colin Powell, ha propuesto una mayor desregulación de la industria de la comunicación, que llevará a una mayor consolidación.

He aquí la Democracia más Grande del Mundo, dirigida por un hombre que no fue legalmente electo. La Suprema Corte de Estados Unidos le relegó su puesto. ¿Qué precio ha pagado el pueblo estadounidense por esta espuria presidencia? Durante los tres años del mandato de George Bush, el Menor, la economía estadounidense ha perdido 2 millones de empleos. Los gastos militares extravagantes, el bienestar empresarial y los regalos fiscales a los ricos han creado una crisis financiera en el sistema educativo estadunidense. Según una encuesta del National Council of State Legislatures (el Consejo Nacional de las Legislaturas Estatales), las entidades estadunidenses recortaron 49 mil millones de dólares en servicios públicos, salud, beneficios sociales y educación en 2002. Planean recortar otros 25.7 mil millones de dólares este año. Eso suma un total de 75 mil millones de dólares. La inicial propuesta de presupuesto al Congreso para financiar la guerra en Irak fue de 80 mil millones de dólares.

¿De quién es la guerra?

Así que, ¿quién está pagando esta guerra? Los pobres de Estados Unidos. Sus estudiantes, sus desempleados, sus madres solteras, sus pacientes en hospitales y en el hogar, sus maestros y trabajadores de la salud.

¿Y quién está realmente librando la guerra?

Una vez más, los pobres de Estados Unidos. Los soldados que se están asando bajo el sol desértico de Irak no son los hijos de los ricos. Sólo uno de los representantes en la Cámara de Representantes y el Senado tuvo un muchacho peleando en Irak. El ejército "voluntario" de Estados Unidos, de hecho, depende de un reclutamiento de pobreza de blancos pobres, negros, latinos y asiáticos que buscan una manera de ganarse la vida y obtener una educación. Las estadísticas federales muestran que los afroamericanos representan 21% del total de las fuerzas armadas y 29% del ejército estadunidense. Sólo representan 12% de la población en general. ¿A poco no es irónica la desproporcionadamente alta representación de afroamericanos en el ejército y las prisiones? Quizá deberíamos verlo desde el lado positivo y mirarlo como una acción afirmativa en su máximo esplendor.

Este año, en el día en que Martin Luther King Jr. hubiera cumplido 74 años, el presidente Bush denunció el programa de acción afirmativa de la Universidad de Michigan en favor de negros y latinos. Lo llamó "divisor", "injusto" e "inconstitucional". El exitoso esfuerzo de mantener a los negros fuera del padrón electoral en el estado de Florida para que George Bush fuese electo no fue, claro, ni injusto ni inconstitucional. Supongo que la acción afirmativa para Chicos Blancos de Yale nunca lo es.

Así que sabemos quién está pagando la guerra. Sabemos quién la está luchando. ¿Quién se va a beneficiar? ¿Quién está llevándose a casa los contratos de reconstrucción estimados en hasta 100 mil millones de dólares? ¿Serán los pobres, los desempleados y los enfermos de Estados Unidos? ¿Serán las madres solteras de Estados Unidos? ¿O las minorías negras y latinas de Estados Unidos? La Operación Libertad Iraquí, nos asegura George Bush, consiste en regresarle el petróleo iraquí al pueblo iraquí. O sea, regresarle el petróleo iraquí al pueblo iraquí a través de las empresas multinacionales. Como Bechtel, como Chevron, como Halliburton.

De nuevo, se trata de un reducido círculo que conecta entre sí el liderazgo empresarial, militar y gubernamental. La promiscuidad, la polinización cruzada es escandalosa.

Consideren esto: el Defense Policy Board es un grupo nombrado por el gobierno, que aconseja al Pentágono. El Center for Public Integrity, con sede en Washington, encontró que nueve de los 30 miembros del Defense Policy Board están conectados a compañías a las que fueron otorgados contratos de defensa por un valor de 76 mil millones de dólares en los años 2001 y 2002. Uno de ellos, Jack Sheehan, un retirado general de la Marina, es vicepresidente en Bechtel, el gigante internacional de la ingeniería y la construcción. Riley Bechtel, el presidente de la compañía, está en el Export Council [Consejo de Exportación] del presidente. El ex secretario de Estado George Shultz, quien también está en el directorio del Grupo Bechtel, es el presidente del Consejo de Orientación del Comité para la Liberación de Irak. Cuando The New York Times le preguntó si no estaba preocupado por lo que parecía ser un conflicto de intereses, dijo: "No sé si Bechtel se va a beneficiar en particular con esto. Pero si hay trabajo que se tiene que hacer, Bechtel es el tipo de compañía que lo podría hacer".

A Bechtel se le otorgó un contrato de reconstrucción en Irak por 680 millones de dólares. Según el Center for Responsive Politics, Bechtel contribuyó con cientos de miles de dólares a la campaña de los republicanos.

Arqueando por encima de este subterfugio, haciéndolo verse enano por la pura magnitud de su malevolencia, está la legislación anti-terrorista de Estados Unidos, el USA Patriot Act, aprobado en octubre de 2001, se ha vuelto el documento maestro de similares proyectos de ley anti-terroristas en países en todo el mundo. Fue aprobado en la Cámara de Representantes por una mayoría de 337 contra 79. Según The New York Times, "muchos legisladores dijeron que fue imposible entrar en un verdadero debate o incluso leer la legislación".

El Patriot Act da la entrada a una época de sistemática vigilancia automatizada. Borra las fronteras entre el discurso y la actividad criminal, y crea el espacio para interpretar los actos de desobediencia civil como violaciones de la ley. Cientos de personas están indefinidamente detenidas como "combatientes ilegales". (En la India, el número es de miles. En Israel, 5 mil palestinos están detenidos). Los no- ciudadanos, claro, no tienen derechos. Pueden simplemente ser "desaparecidos", como la gente en Chile bajo el viejo aliado de Washington, el general Pinochet. Más de mil personas, muchas de ellas musulmanas o de Medio Oriente, han sido detenidas, algunas sin acceso a representantes legales.

Aparte de pagar los actuales costos económicos de la guerra, el pueblo estadunidense está pagando por estas guerras de "liberación" con sus propias libertades. Para el estadounidense ordinario, el precio de la "Nueva Democracia" en otros países es la muerte de la democracia real en casa.

Mientras, Irak es preparada para la "liberación". (¿O, acaso se referían a "liberalización"?) The Wall Street Journal informa que "la administración de Bush ha redactado extensos planes para rehacer la economía de Irak a imagen de la estadonidense".

La constitución de Irak es reescrita. Sus leyes comerciales, leyes tributarias y leyes de propiedad intelectual son rescritas para transformarlo en una economía capitalista al estilo estadunidense. La United States Agency for International Development [Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos] ha invitado a las compañías estadunidenses a entrar en la licitación de contratos que abarcan desde la construcción de carreteras, sistemas hidráulicos, distribución de libros de texto, hasta las redes de telefonía celular.

Poco después de que Bush, el Segundo, anunció que quería que los agricultores estadounidenses alimentaran al mundo, Dan Amstutz, ex alto ejecutivo de Cargill, el mayor exportador de granos en el planeta, fue puesto a cargo de la reconstrucción de la agricultura en Irak. Kevin Watkins, el director de política de Oxfam, dijo: "Poner a Dan Amstutz a cargo de la reconstrucción de la agricultura en Irak es como poner a Saddam Hussein en la presidencia de una comisión de derechos humanos".

Los dos hombres que fueron propuestos para dirigir las operaciones para administrar el petróleo iraquí han trabajado para Shell, BP y Flour. Flour está implicado en una demanda de trabajadores negros sudafricanos que han acusado a la compañía de explotar y brutalizarlos durante la época del Apartheid. Shell, claro, es bien conocida por su devastación de las tierras tribales de los Ogoni, en Nigeria.

Tom Brokaw (uno de los más conocidos locutores de televisión en Estados Unidos) fue, sin querer, sucinto respecto al proceso. "Una de las cosas que no queremos hacer _dijo_ es destruir la infraestructura de Irak porque en unos cuantos días vamos a ser dueños de ese país". Ahora que las escrituras de propiedad están arregladas, Irak está listo para la Nueva Democracia impuesta por Estados Unidos.

Aprovechen el momento

Así que, como decía Lenin: ¿Qué hacer?

Habrá que aceptar el hecho de que no hay fuerza militar convencional alguna que pueda exitosamente retar a la maquinaria de guerra estadounidense. Los ataques terroristas sólo le dan al gobierno estadounidense una oportunidad que está ansiosamente esperando para apretar más las manos alrededor del cuello. A pocos días de un ataque, puedes apostar que se aprobaría un Patriot II.

Usar el argumento de que la agresión militar estadounidense incrementará las posibilidades de ataques terroristas es inútil.

Es como amenazar a Brer Rabbit de que lo aventarás en un zorzal [Brer Rabbit es un personaje de cuentos infantiles, N. de la R.]. Cualquiera que haya leído los documentos escritos por The Project for the New American Century puede confirmarlo. La supresión gubernamental del informe de la comisión del Congreso sobre el 11 de septiembre _que encontró advertencias de la inteligencia respecto de los ataques y que éstas fueron ignoradas_ también confirma el hecho de que, a pesar de sus posturas, los terroristas y el régimen de Bush bien podrían estar trabajando en equipo. Ambos responsabilizan a los pueblos de las acciones de sus gobiernos. Ambos creen en la doctrina de la culpa colectiva y el castigo colectivo. Sus acciones se benefician unas a otras enormemente.

El gobierno estadounidense ya ha demostrado en términos claros el alcance y la extensión de su capacidad de agresión paranoica. En la psicología humana, la agresión paranoica es normalmente un indicador de inseguridad nerviosa. Podemos argumentar que no es distinto en el caso de la psicología de las naciones. El Imperio está paranoico porque tiene un talón de Aquiles.

Su "patria" puede ser defendida por patrullas fronterizas y armas nucleares, pero su economía se extiende por todo el globo terráqueo. Sus enclaves económicos están expuestos y son vulnerables.

Nuestra estrategia debe ser aislar los componentes del Imperio e incapacitarlos, uno por uno. Ningún blanco es demasiado pequeño. Ninguna victoria es demasiado insignificante. Podríamos modificar la idea de las sanciones económicas impuestas por el Imperio y sus Aliados a los países pobres. Podríamos imponer un régimen de Sanciones del Pueblo sobre cada una de las casas empresariales a las que les han otorgado un contrato en el Irak de posguerra, así como los activistas en este país y alrededor del mundo tenían como su blanco a las instituciones del Apartheid. Cada una de ellas debería de ser nombrada, expuesta y boicoteada. Sacada de los negocios. Esa podría ser nuestra respuesta a la campaña de Conmoción y Pavor. Sería un comienzo fenomenal.

Otro reto urgente es exponer a los medios corporativos y su función de comunicados-de-la-sala-de- juntas que realmente desempeñan. Necesitamos crear un universo de información alternativa.

La batalla para reclamar la democracia va a ser difícil. Nuestras libertades no nos fueron otorgadas por ningún gobierno. Nosotros se las arrancamos. Y una vez que renunciamos a ellas, la batalla para recuperarlas se llama revolución. Es una batalla que debe abarcar todos los continentes y países. No debe reconocer fronteras nacionales, pero, si va a triunfar, tiene que comenzar aquí. En Estados Unidos. La única institución más poderosa que el gobierno estadunidense es la sociedad civil estadunidense. El resto somos sujetos de naciones esclavas. De ninguna manera estamos desprovistos de poder, pero ustedes tienen el poder de la proximidad. Ustedes tienen acceso al Palacio Imperial y a los aposentos del Emperador. Las conquistas del Imperio se llevan a cabo en nombre suyo y ustedes tienen el derecho de no aceptarlas. Pueden rehusarse a pelear. Rehusarse a mover esos misiles del almacén al puerto. Rehusarse a ondear esa bandera. Rechazar el desfile de la victoria.

Cientos de miles de ustedes han sobrevivido a la incesante propaganda a la cual han estado expuestos, y están activamente luchando contra su gobierno. En el ambiente ultrapatriótico que prevalece en Estados Unidos, esto es tan valiente como cualquier iraquí o afgano o palestino luchando por su patria.

Si se unen a la batalla, no en cientos de miles, sino en millones, el resto del mundo los saludará con alegría. Y verán cuán hermoso es ser suaves en vez de brutales, sentirse seguros en vez de asustados.

Tener amigos en vez de estar aislados. Ser amados en vez de odiados. Odio no estar de acuerdo con su presidente. La de ustedes no es, de ninguna manera, una gran nación. Pero podría ser un gran pueblo. La historia les está dando la oportunidad. Aprovechen el momento.

La autora, actriz, activista y arquitecta india, ganadora del Booker Prize en 1997 por su novela El dios de las pequeñas cosas.

http://www.otrarealidad.net/galeria/



Este texto fue presentado en The Riverside Church, en Harlem, ciudad de New York, el pasado 13 de mayo, en un acto patrocinado por el Center for Economic and Social Rights (www.cesr.org) y la Lannan Foundation (www.lannan.org), la cual recientemente otorgó a Arundhati Roy el Lannan Prize for Cultural Freedom 2002. El texto fue publicado en la revista Outlook (India) el 17 de mayo. Se reproduce aquí con autorización de la escritora. Copyright © Arundhati Roy 2003. (Traducción: Tania Molina Ramírez)