La política prohibicionista de las drogas impuesta por EEUU
Otra faceta de la guerra
Maria Botey
La política prohibicionista de las drogas impuesta por los EEUU y avalada por la ONU es otra de las facetas de esta guerra imperialista que socava los intentos de crear un mundo más equitativo y libre..
A lo largo de décadas y sobretodo de los últimos años cada vez más personas de todo el planeta se ha dado cuenta de que ésta es una guerra criminal y criminilizante, que atenta contra las libertades individuales, fortalece las mafias (incluso las de estado), fomenta la corrupción a todos los niveles, incita a los más ambiciosos a participar del negocio tan lucrativo del narcotráfico y fuerza a los empobrecidos por el sistema económico imperante a hacer lo mismo (recayendo generalmente sobre estos últimos el peso de la ley)..
Está a la vista de todos, y los datos lo avalan, que a pesar de la prohibición internacional de una larga lista de sustancias narcóticas y psicotrópicas, su producción y consumo ha aumentado y se ha extendido a grupos de población que antes no las consumían. Ésta no es sólo una guerra fracasada, sino que más bien parece otra estrategia de ciertos grupos para militarizar el mundo, mantener a las naciones subyugadas e impedir que éstas dediquen sus presupuestos a potenciar el desarrollo social de sus ciudadanos (véase salud, alimentación y educación, los grandes retos que debería afrontar urgentemente la humanidad, junto con la protección medioambiental del planeta)..
Así, en varios países europeos, en Canadá, en Ecuador y en algunos estados de los EUA se ha avanzado en los últimos años hacia la despenalización del consumo de ciertas sustancias ilegales pero, por razones de desconocimiento, miedo e intereses económicos en la sombra, ningún país o sociedad se ha atrevido a dar pasos hacia la legalización, estrategia que es probablemente - según la opinión de numerosos expertos de distintos ámbitos - la única forma sensata de acabar con la violencia y la corrupción que rodean la producción, el transporte y el comercio de lo que llaman genéricamente (eso parece ser otro de los trucos para engañarnos con esta guerra) la droga..
Como ha repetido varias veces Gustavo de Greiff, ex Fiscal General en Colombia y ex embajador de este país en México, la despenalización sólo consigue que los narcotraficantes y vendedores encuentren a un consumidor más tranquilo y que los adictos no vayan a la cárcel y puedan acceder a tratamiento médico si así lo desean (lo cual ya es un paso adelante), pero el flagelo de la violencia y la corrupción galopante que el narcotráfico trae consigo por generar beneficios obscenos sólo podría evitarse con la regularización de la producción y el comercio de la droga, que según datos de la ONU mueve un 10% de la economía mundial..
Una de las dificultades para acabar con esta farsa que dice pretender liberar al mundo de las drogas por su propio bien (żno les recuerda algo tal pretensión?), son las tres convenciones de la ONU al respecto (1961, 1971, 1988) y su plan definitivo de 1998 que pretende erradicar las sustancias catalogas por ellos como drogas peligrosas en diez años, fuera su aprobación por ingenuidad, preocupación mal enfocada o presiones de intereses ajenos a los problemas que provocan su abuso..
Observando la dificultad que tiene el organismo de la ONU en afrontar el tema de la invasión de Irak con dignidad y respeto a su propia misión constituyente de preservar la paz en el mundo, una se pregunta con preocupación si en la ya muy próxima reunión que realizará en Viena este mes para valorar los avances en el combate a la droga a cinco años del establecimiento del plan de 1998, realmente será posible un acto de sinceridad y valor suficiente que permita aceptar lo erróneo y perjudicial del enfoque prohibicionista hacia las drogas (promovido principalmente por los EEUU) y abra la puerta a la posibilidad de que los países tengan cierto margen para diseñar nuevas propuestas legales acordes con su idiosincrasia que reduzcan los daños provocados por la "Tolerancia Cero (a las drogas)" establecida internacionalmente..
Al respecto cabe decir que en el encuentro Saliendo de las Sombras que tuvo lugar el pasado febrero en Mérida (México) con el fin de sumar fuerzas por la paz y por el fin de la guerra contra las drogas, los ponentes expresaron con énfasis que su prohibición es mucho más dañina que el consumo de las mismas, y denunciaron los intereses económicos e imperialistas que subyacen en una buena parte del sector prohibicionista. Sin embargo globalmente no se propuso un modelo ideal de regularización de la producción, comercio y consumo de las drogas, más bien del encuentro se desprendió que cada nación debe experimentar con fórmulas legales acordes a sus necesidades. Lo que sí quedó bastante claro es lo absurdo de prohibir vegetales existentes en la naturaleza como el cannabis, el arbusto de la coca o la amapola, y la necesidad de catalogarlas separadamente de las sustancias producidas por la mano del hombre a partir de éstas como son la cocaína o la heroína. Y que en lugar de erradicar las drogas más bien parece necesario aprender a convivir con ellas mediante la difusión de información veraz (y no manipulada como abunda actualmente), educación para la prevención o para un uso responsable y respetuoso de los no consumidores, y tratamiento de los adictos que lo soliciten. La legislación sobre el alcohol se utilizó como ejemplo de ello..
Las próximas dos semanas varias decenas de ONG y numerosos activistas preocupados por las nefastas consecuencias para la humanidad de la Guerra contra la Droga se reunirán en Viena para presionar a la ONU que lleve a cabo un cambio en su política hacia las sustancias narcóticas y psicotrópicas, aprovechando sus sesiones acerca del tema a mediados de mes en la misma ciudad. A pesar de que algunos parlamentarios van a plantear en el organismo internacional la necesidad de dar los pasos necesarios para terminar con la prohibición, las previsiones de los analistas en general son poco optimistas y se teme que el resultado sea la intensificación de las medidas represivas, un buen pretexto para seguir militarizando el mundo y criminalizar a los disidentes del sistema..
Con la concentración de los medios de comunicación en la invasión a Irak se corre el riesgo de que lo que ha sido llamado por la Coalición Internacional de ONGs que estará presente en la capital austriaca "Viena 2003, una Oportunidad para el Mundo", pase más desapercibida de lo que desgraciadamente acostumbran los temas básicos. Este es otro "beneficio" de la agresión iniciada el 20 de marzo para sus impulsores. Sólo una difusión amplia y veraz del problema de la prohibición y sus consecuencias, podría conseguir que los millones de seres humanos que hoy rechazan la actuación del gobierno de George W.Bush, enfocaran su energía también en el llamado combate a la droga, otra faceta de la misma guerra..
El negocio de la droga proporciona beneficios económicos inmensos (y no hablamos de los implicados en la producción, de la que se dice supone un 1% del total, ni de los desgraciados que intentaron sin éxito mover un par de kilos de cocaína y soportan largas penas de cárcel o incluso han sufrido la muerte). Es un gran capital a la sombra żal servicio de qué intereses? El fin de la prohibición quizá pondría estas enormes sumas en otras manos más favorables al planeta.