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Internacional

14 de febrero del 2003

Bombas de speed
Militares drogados en EE.UU

Mark Donham
CounterPunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Parece que soy el único que lo ha visto, pero hubo una pequeña noticia trivial que se deslizó recientemente por los medios noticiosos que fue un verdadero bombazo, sólo que no ha sido tratada como tal, lo que me parece un misterio, por eso vale la pena considerarla de más cerca. Apareció como resultado del incidente en el que dos pilotos de la guardia nacional de mi propio estado, Illinois, "accidentalmente" mataron a 4 canadienses e hirieron a varios más en un incidente de "fuego amigo" en Afganistán durante nuestra supuesta "derrota aplastante" de los talibán. ¡Los pilotos (como parece ser el caso con la mayoría de los pilotos) estaban drogados! Para ser exactos con "píldoras de anfetamina". Sólo las conocemos como "speed"..
"¡Así se ve tu cerebro con drogas!" ¿Quién podrá olvidar el anuncio de servicio público (ASP) en la televisión sobre el tipo que rompe huevos sobre una sartén caliente mientras recita tranquilamente esa memorable línea? Se puede apostar a que el "speed" estaba y está incluido en la palabra "drogas" tal como aparece en esa frase. El asunto es que ahora "si usted usa drogas, incluso un poco, está apoyando el terrorismo". De nuevo, no cabe duda de que los guionistas de ese ASP tenían la intención de que "drogas" incluyera el "speed" [anfetamina, N.d.T.] ¿Esperan que lleguemos a la conclusión de que o los militares apoyan el terrorismo o que el gobierno tiene un suministro secreto de esas drogas ilegales que no provienen de terroristas? .
Piensen en la vehemencia de la "guerra a la droga", y cómo hemos construido y mantenemos un "complejo carcelario industrial" (en mi región, Illinois del sur, la economía, por ejemplo, se basa ahora en las prisiones) como Jesse Jackson lo llama adecuadamente, basado ampliamente en arrestos por la posesión de drogas, y cómo nuestras libertades están siendo aplastadas para librar esa guerra, Cuando pienso en el miedo y la paranoia que he sufrido porque quería cultivar un par de plantas de cannabis en mi propia tierra para utilizarlas en mi propio hogar, y consciente de cuánto más fuerte y peligroso el "speed" es que la yerba, me llena de aún más disgusto y cólera. Sí, para mí la revelación de que nuestro gobierno está financiando los hábitos ilegales con las drogas de nuestros militares, mientras financia prisiones para mí si me descubrieran con la misma sustancia, es particularmente indignante..
En las últimas semanas, a medida que mi mente tamizaba esa noticia, he tratado de determinar qué exactamente me enfurece más. Volví a recordar mi primer encuentro con el "speed". Yo era un mechón en 1970 en Western Illinois University (WIU) en Macomb, Illinois, y vivía en Olson Hall. Olson Hall era casi un símbolo de la expansión del sistema de Illinois State Teacher a un sistema universitario estatal. Desde fines de los años 50 hasta los años 70, los colegios del Illinois State Teacher recibieron mucho dinero para construir residencias de estudiantes y toda clase de edificios, a la espera de un gran flujo de chicos de clase media como yo, que trataban de conseguir un título universitario que los condujera a un buen trabajo y a la seguridad de por vida. Existía una historia de que Richard Nixon había venido una vez a WIU y la había llamado "el Harvard del Midwest" [región central de EE.UU.]. ¡No! Basta con leer el ensayo de Kurt Vonnegut sobre su noche en Macomb. Macomb no ofrecía entonces, ni ofrece ahora, ningún tipo de atmósfera indulgente o liberal. En realidad, es probablemente un sitio tan conservador como cualquier otro en una ciudad universitaria en Illinois. Es el contexto de mis recuerdos y la base de mi indignación..
Nadie más proveniente de mi escuela secundaria iba a WIU. Cuando se combina ese hecho con que TENÍA que vivir en la residencia de estudiantes como mechón, (alguien tenía que pagar por esos edificios), no tuve otra alternativa que marcar "no me importa con quién me coloquen en una habitación de la residencia" en uno de los numerosos formularios que tuve que firmar. Mi compañero de pieza fue Michael John, de Brookfield, Illinois, un suburbio de Chicago. (Sí, donde está el zoológico). Fue la colisión aleatoria de la pequeña ciudad del sur de Illinois y del Chicago suburbano de 1970. Sobra decir, que existían diferencias entre nuestros puntos de vista sobre lo que era rutinario y normal en la vida. Pero sucedió durante la Guerra de Vietnam, los Beatles, Timothy Leary, los Grateful Dead, etc. Las "drogas" formaban parte del propio crecimiento. Las zonas residenciales en las afueras de la gran ciudad las tuvieron mucho antes de que llegaran a las áreas rurales, es lo que aprendí de Michael John..
Los detalles de cómo Michael John corrompió mi inocente mundo, constituyen de por sí una comedia, y no son el tema de esta historia. Sin embargo, hay cierta relevancia respecto al tema de este ensayo. Recuerdo un día después que habíamos vivido juntos durante un mes o algo así. Estaba en la habitación con él. Compartíamos una cómoda. Estaba acostado sobre su cama cuando entré a la pieza, viniendo de clases. Black Sabbath resonaba en el tocadiscos. Puse mis libros sobre el escritorio y me senté en mi cama..
Michael John me preguntó cómo iban las cosas. Le dije que mis clases eran casi todas una porquería y que jamás me volverían a engatusar para que me registrara para otra clase a las 8 de la mañana. Me dijo que mirara en el tercer cajón de la cómoda. Le dije, "es uno de los tuyos". Me dijo, "ábrelo". Me acerqué y lo abrí. El cajón estaba prácticamente repleto de pequeñas píldoras blancas. Todas tenían una "X" blanca grabada. Me preguntó si jamás había probado alguna "cruz blanca". No sabía de qué estaba hablando, pero llegué a comprender que estaba hablando de "speed". Cruz blanca - la forma más común de "speed" o anfetamina- y tenía cientos de tabletas y las vendía baratas. Siendo compañero de cuarto, y el muchachito de la pequeña ciudad que era, Michael John estaba ansioso por corromperme aún más. Sonrió irónicamente y me dijo que tomara algunas y que las probara..
Desde luego, estaba tratando de aparecer como si estuviera más en la onda que cualquier otro estudiante campesino de una pequeña ciudad promedio. Me dejaba los cabellos largos, usaba camisetas de colores. Incluso había tratado de fumar yerba. Pero era mi primer encuentro con el "speed". Agarré unas pocas y las puse en mi cajón. Me explicó que podía quedarme despierto toda la noche si tomaba una. Comencé a preguntar a otros conocidos sobre lo que sabían al respecto. Nadie parecía saber mucho del asunto, fuera de que ayudaba a quedarse despierto toda la noche y que la gente lo tomaba para estudiar para los exámenes. La noche antes de mi próxima gran prueba, abrí el cajón, miré una de las píldoras, la levanté, la miré de nuevo, salí al bebedero y me la tomé. No tardó mucho y la cabeza me daba vueltas. Me sorprendió. No me cansaba. Me quedé en pie toda la noche como si no fuera nada. Me sentí bien -no intoxicado como si fuera trago o incluso marihuana, sino como un golpe de energía que me hacía continuar, sentirme bien, positivo, vivo, y despierto. Me pregunté dónde había se había ocultado esa droguita durante toda mi vida..
A pesar de todo, me recordaba una y otra vez de que era ilegal -por diversos medios. Siempre las escondía por todas partes. Las ocultaba. No estaba enviciado ni mucho menos. Sólo las tomaba durante los exámenes y en fiestas que duraban toda la noche. OK, los bajones eran algo duros. Sólo duraban un día o dos. Trataba de quedarme solo y de evitar a mis amigos ya que tendía a sentirme algo deprimido y rezongón. Pero cuando era cosa de memorizar toda la noche antes de un examen, de quedarme hasta tarde en una fiesta o incluso de quedarme con una amiga en la habitación de la residencia durante toda la noche, no había nada mejor..
Luego descubrí que la cruz blanca no era el único tipo de speed existente -era sólo el más barato y más disponible. También había árboles de Navidad -cápsulas que eran mitad verdes y mitad rojas, bellezas negras -cápsulas que eran todo negras, y esas tabletas grandes, amarillo claro, de "speed". Esas dosis eran mucho mayores que la cruz blanca promedio. Uno podía esperar quedarse un par de días antes del bajón. Sí, terminas por pagar, pero el trip fue tremendo. Y créanme -yo no era el único que lo hacía. Había speed por todas partes y era una práctica común..
Pero, como dije al principio -supe desde la primera vez que vi el cajón de Michael repleto de cruces blancas en el otoño de 1970 que se trataba de contrabando. Mis flirteos con el speed sólo duraron un par de años y renuncié. El miedo de que me detuvieran y el cansancio de los bajones me derrotaron. Sólo tenía el sentimiento después de una euforia con speed y el inevitable bajón, que la cosa me había dañado. Pero nunca he olvidado la subida del buen speed, aunque han pasado casi 30 años desde que la sentí..
Pero el speed no ha abandonado a la sociedad como una mercancía del mercado negro. De ninguna manera. Cuántas noticias ha habido aquí en el Midwest rural (y en todo el país) en los últimos años sobre gente que roba amoníaco anhidro de tanques de fertilizante, que compra grandes cantidades de Sudafed, y los mezclan en cocinas convertidas en laboratorios para producir lo que comúnmente llaman "met". ¿Cuánto dinero reciben los polis para eliminar los "laboratorios de met"? No tengo cifras, pero tiene que ser mucho..
Y a pesar de todo, ¿qué es "met" sino metanfetamina? Anfetamina es speed. Básicamente, los laboratorios de met son medios baratos para producir speed, porque la gente gusta cómo los hace sentir, y les puede ayudar a adaptarse al ritmo del mundo de hoy, o a olvidar sus tensiones y fracasos. Es un high barato y efectivo -no cabe duda. Pero no hay que equivocarse -la guerra contra las drogas apunta firmemente contra los laboratorios de met, y probablemente esté bien. Todo el que trate de abrir un tanque de amoníaco anhidro no está lejos de meterse en un lío en todo caso. Pero además, no se equivoquen -metanfetamina es speed. Tal vez no sea exactamente la misma fórmula que reciben nuestros pilotos, pero es muy parecida y provoca las mismas reacciones en el cuerpo -alias "Así se ve tu cerebro con drogas". Si te sorprenden con una de las píldoras de "speed" de la Fuerza Aérea en tus bolsillos y vas conduciendo, no te puedes imaginar los problemas que podrías enfrentar, especialmente si mataste a alguien mientras lo hacías..
Pero nadie menciona las resacas que esos militares también sufren después de bajarse de las drogas. ¿Tienen suficiente tiempo para reponerse entre los episodios con drogas? ¿Cuáles son los efectos para la salud y la mente de todo esto? ¿Son sólo los pilotos los militares que toman drogas? ¿Podría esto contribuir a las crisis domésticas en el ámbito militar? Tantas preguntas, tan pocas respuestas..
¿Es esto el epítome de la hipocresía? Está bien que tomes drogas si eres un piloto de la Fuerza Aérea (o tal vez un marine) que necesita quedarse despierto para poder matar y destruir más efectivamente. Los militares pueden comprar grandes cantidades de drogas y no se habla de apoyo al terrorismo. Pero si eres un estudiante universitario, que necesita quedarse despierto para prepararse para un examen, entonces deben encarcelarte por violar nuestras leyes sobre las drogas y ponerte en duda por apoyar el terrorismo -"aunque sea un poquito". Es el mensaje que extraigo del asunto, y me confunde y me enfurece. El gobierno debe al pueblo una explicación del asunto más allá de lo que hemos recibido, y de nuevo la prensa dominante no quiere saber del asunto y no lo investiga más..
Sí, es el símbolo perfecto de la hipocresía de la derecha. Está OK olvidarse de sus rígidos estándares morales cuando se trata del poder y de la fuerza militar, pero cuando se trata de la libertad del individuo, de sus derechos, y de su placer, oprimen al pueblo e imponen duros castigos por hacer lo mismo que lo que hacen sus militares. Éste es un gobierno que es incapaz de auto-controlarse y de auto-vigilarse. Y es sólo un ejemplo de tales contradicciones. Esta pequeña noticia ha desenmascarado las profundas falsedades y la retórica que rodea la guerra contra la droga, que ahora es más que nunca una guerra contra la integridad, la justicia, y la compasión..
10 de febrero de 2003
Mark Donham vive en Brookport, Illlinois, EE.UU. Su correo es: markkris@earthlink.net.