Rafael Lara
Apdha

La confusión en las agencias y en las noticias de los diferentes medios es lo que resalta de la nueva tragedia en aguas de Fuerteventura. De dos naufragios aún a estas horas no se sabe con certeza el número de muertos y desaparecidos Parece ser que en un primer naufragio, tras una llamada de un inmigrante alertando de una patera a la deriva, al acudir las patrulleras de la Guardia Civil, como ocurre ya con demasiada frecuencia, la patera volcó, y sólo pudieron ser rescatados trece personas de sus 29 ocupantes. Eso sí, todos los rescatados adquirieron inmediatamente la condición de detenidos y pasaron a disposición judicial..
El resto, los otros 15, continúan desparecidos, que es una forma de decir ahogados, muertos ellos y la ilusiones de encontrar un futuro digno..
Parece ser que otra patera encalló, en lo que llaman Los Charcos de Jacomar, también en el municipio de La Antigua, habiéndose localizado seis cadáveres de un número indeterminado de ocupantes de esa segunda patera. Aunque posteriormente, un pescador decía que el número de cadáveres localizados era de diez ¿en la misma playa de Jacomar?..
Las agencias y los medios están de mínimos. Por supuesto, el Gobierno acaba de entrar en período vacacional. Incluso las gentes de aquí y de allá, los solidarios o los menos, estamos abatidos por el sopor. Algunos, tal vez incluso un poco desfondados de un semestre de continua movilización contra la guerra..
Pero el buen tiempo continua y las pateras, mas o menos frágiles, mas o menos cargadas de personas. Y es que las ilusiones de un futuro mas digno o las ansias de libertad no se aletargan en verano. Al contrario..
Muchos son los que lo logran, pero dejan detrás a miles de detenidos y a centenares de cadáveres..
Lo pero que podría pasarle a esta sociedad es que nos acostumbráramos a este genocidio de los pobres como si fuera algo normal. El sopor no debe hacernos olvidar que tan sólo unos kilómetros mas arriba, por 30 euros, se puede viajar en un ferry ultrarrápido desde Marruecos a Europa..
Los vapores veraniegos tampoco debieran de dejar que el Gobierno siguiera adelante con su enésima reforma de la Ley de Extranjería. Es más tendríamos que pensar en que esa Ley, con o sin reforma no vale. Porque esa Ley es la que está en la base de la política de cierre de fronteras de este país y es la causa de fondo de esta tragedia cotidiana. No por repetirlo una y mil veces, aun a costa de ser cansinos, debiera de convertirse en una cantinela. Porque la verdad es la verdad: los responsables de estos 25 o más muertos como de tantos otros que nos encogen las entrañas, se sientan en sillones de cuero repujado, de color azul y de otros colores, que uno no sabe, en la Carrera de San Jerónimo, allí donde los Parlamentarios y el Gobierno.