La Corriente Alterna

Cincuenta empresarios españoles se sienten estos días unos privilegiados. El secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, ha confirmado a la patronal CEOE que un grupito selecto de sus miembros participarán en la reconstrucción de Irak. Un negocio millonario que administran en solitario los EE.UU. Desde principios de abril el Gobierno español, que entonces lo negaba, mantiene conversaciones sobre este asunto con Washington. Estas empresas trabajarán como subcontratadas de las firmas estadounidenses. Los elegidos son: BBVA, Aldeasa, FCC, ACS, Cepsa, Repsol, Iberdrola, Campofrío…

EEUU pretende ver a Irak funcionando con normalidad en año y medio. De los 1.900 millones de dólares que Bush pidió al Congreso para levantar el país (dentro de un paquete de 74.700 millones para gastos de guerra), cerca de 900, casi la mitad, irán a financiar proyectos ejecutados por compañías extranjeras, entre las que se encuentran las españolas. Junto a británicas, australianas y búlgaras Estas empresas trabajarán como subcontratadas de las firmas estadounidenses, elegidas casi a dedo por la Administración Bush, que no convocó concursos públicos. El hecho de que algunas tengan vinculación con dirigentes republicanos sembró más dudas aún sobre la transparencia del proceso. Las compañías españolas comparten pastel con, obviamente, las británicas, así como con danesas, australianas o búlgaras. La Casa Blanca recompensa así a los países que apoyaron la guerra y deja fuera las empresas de sus detractores -francesas, rusas, alemanas o sirias-, a las que incluso la Cámara de Representantes vetó en una resolución no vinculante.