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La vieja Europa

6 de febrero del 2003

El País y "Vamos a por ellos"

Manel Martínez González de la Rubia
Rebelión .

Faltan pocos días para el comienzo de la guerra contra Iraq por parte del gobierno estadounidense. Hemos asistido durante meses a su preparación. Deberíamos decir años puesto que su origen se remonta a la propia alianza entre Iraq y EE.UU. Esa alianza geo-estratégica alcanza el mismo destino que la alianza y alimento de la gran potencia con el terrorismo islámico:.
Ser su liquidador (mediático, por supuesto). El Imperio, figura divina (o Dios reencarnado en un solo país, monoteísmo ortodoxo) aplica a sus antiguos aliados la misma medicina que a sus enemigos (el súbdito no sabe de dónde y por qué le llueven los golpes). En esta ceremonia de la confusión el olvido amnésico de los hechos hace que cada día sea un "nuevo amanecer" y la búsqueda de soluciones diplomáticas "una actividad frenética" (palabras de la Sra. Palacio), a pesar que todos sabemos que la decisión está tomada hace mucho tiempo. Ni que decir tiene que la concentración de tropas prestas para el combate solo se hace cuando se van a utilizar -¡oh!, sentido común, ¿dónde estás?-..
El diario El País, se ha empeñado en representar el papel de sucursal mediática de la política imperial. Es posible que en el gran reparto saque su parte de botín. Ya lo realizó en la crisis venezolana de manera estepitosa. Durante meses este diario ha convertido a Saddam Hussein en una figura maldita, en la nueva reencarnación del mal..
Cada artículo de los inspectores ha estado ilustrado con una foto de Saddam con un fusil en la mano y gesto amenazante. Ha realizado el correspondiente perfil psicológico estaliniano- milosevico, presentando a este dictador como una patología clínica que el psicoanálisis armado de occidente debe "curar". En este caso no hablamos de reinserción sino de amputación. El mal se estirpa y se destruye. Algo parecido a la política antiterrorista del gobierno Aznar, cuyas semejanzas ideológicas con la de Bush habla bien del alto grado de rentabilidad política y económica que les proporciona. Que buenas armas para dedicarlas a todos los dictadores y no solo a los convenientes..
Hace unos días este diario presentó una foto, digna de "Cosmopolitan", de una niña israelí sentada en una silla junto a una mesa de mascarillas de gas. Por supuesto, fotos suministradas por agencias que aceptan y difunden las fotos de los servicios de inteligencia israelíes y norteamericanos. Durante esos mismos días el ejército israelí perpetraba matanzas, destruía casas, barrios y sometía a la población palestina a la muerte y la humillación, al no tener siquiera una causa "presentable". Ser víctima es odioso, pero ser víctima y ser ignorada por los medios de comunicación es doblemente patético..
Esa niña posó frente a un fotógrafo, se iluminó convenientemente la escena, se situaron las máscaras de gas en un extremo y se esperó a que la niña tuviese esa mirada tierna que impactase en los corazones de los lectores occidentales. Una imagen vale mil palabras. Si, además, esas mil palabras son destinadas a apoyar la imagen, mejor que mejor..
Me pregunto qué tendrá que pasar para que el pueblo palestino vea publicadas sus fotos de niños juntos a los cadáveres de sus padres, las mujeres llorando mientras su casa es destruida por un máquina israelí,... su sangre derramada haría ganar un Pulitzer a cualquier aficionado..
Pero esas columnas vergonzosas, la complicidad en convertir la administración ultraderechista norteamericana en algo "vendible" y razonable, ese capote de súbdito (con macroartículo del suplemento a la agente de la CIA Condolezza Rice, en su faceta más humana; por cierto, con una absurda "fijación" por Stalin, tema de psicólogos especializados, esta vez no interesados en una patología estadounidense) convierte a ese diario en cómplice de una estrategia que puede ser, sin ninguna duda, calificada de terrorista..
Y puesto que el terrorismo del gobierno norteamericano y sus aliados terroristas van a realizar una matanza de civiles en Iraq (no perderse el artículo de El País, hablando de "un país con fronteras artificiales", algo tan artificial que se puede cambiar cuando a uno le dé la gana), ellos mismos han marcado el límite en el uso de esta palabra y, a partir de ahora, condenar las acciones suicidas palestinas, incluso condenar el atentado por definición, el de las Torres Gemelas y el Pentágono (¡ay!, ¿por qué habrá desaparecido el Pentágono de las imágenes televisivas?) será un gesto de ufanía tal que merecería ser expuesto en el futuro Museo Para la Tolerancia y la Democracia, con futura sede en New York, por supuesto..
"Terroristas no son solo quienes disparan el gatillo. Son los que colaboran, los que fabrican coartadas, los que preparan a la opinión pública, los que utilizan la administración para esconder sus motivaciones. Los cogeremos, y lo vamos a hacer, allí donde se encuentren"..
Esta frase la ha repetido hasta la saciedad Aznar y Bush. ¿Qué esperamos?. Vamos a por ellos.