La vieja Europa
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2 de diciembre del 2003
Los medios españoles y la muerte de los espías
Conjeturas y patriotismo
Ramón Pérez Almodóvar
Rebelión
¿Puede un medio de comunicación de masas, un diario de tirada nacional, abrir su periódico con un texto montado sólo sobre conjeturas y adjetivos, peyorativos en la mayoría de los casos? Sí, en España el diario El Mundo lo ha hecho hoy, 30 de noviembre. ¿Puede alguien escribir el texto y firmarlo? También puede. Ese alguien es Alfonso Rojo, adjunto al director.
El Mundo, que tanto defiende la Constitución cuando se trata de Euskadi y que tiene en su ideario, en su línea editorial, la Unidad Nacional de España –no sabemos si como destino de lo Universal-, se pasa por el arco del triunfo el artículo 20 de esa misma Constitución: los ciudadanos tienen derecho a recibir una información veraz, entre otros derechos. Y abrir un periódico nacional el día de mayor tirada con las conjeturas de Alfonso Rojo mientras se toma un café en Bagdad es, ni más ni menos, una gran tomadura de pelo a sus lectores.
Veamos el titular: "7 espías españoles mueren en una emboscada y jóvenes iraquíes pisotean sus cadáveres". ¿Cuál es la noticia aquí? ¿La muerte de siete espías o que jóvenes iraquíes –dos o tres- pisotean sus cadáveres? ¿Es necesario destacar que 'jóvenes iraquíes pisotean los cadáveres de siete espías españoles? Evidentemente sí, si lo que se quiere es fomentar el odio entre el resto de los compatriotas, es decir, entre nosotros, los compatriotas. "7 espías españoles mueren en una emboscada y perros iraquíes se comen sus entrañas". ¿Se podría titular así? Compartimos patria, pero como quien comparte un desplazamiento en autobús sin conocer a nadie alrededor. Al tiempo que se trata de fomentar el odio ante el repugnante hecho de un pisoteo de cadáveres (¿sería igual si en lugar de españoles fueran iraquíes? ¿Veremos alguna vez titulado a cinco columnas en El Mundo que 'Soldados americanos asesinan a 10 iraquíes y los arrastran con sus Hammer por las calles de Bagdad'?)– se desvía la atención del núcleo de la noticia: ¿Qué hacían ocho espías españoles en Irak? Es más, ante esta noticia, la pregunta sería cuántos espías españoles hay en Irak, pregunta que, obviamente, no tendrá respuesta oficial.
Rojo nos ilustra con un nuevo capítulo de novela de serie B. "Alberto, el comandante que dirigía el grupo, era un veterano con gran experiencia. Es muy probable que fuera él quien diera la orden de partida -si era el jefe, sí, es lo más probable-. No quería viajar de noche y una vez terminado el almuerzo en la capital, seguro que metió prisa a sus compañeros para que se pusieran en camino". ¿Por qué? ¿Por qué seguro que metió prisa a sus compañeros? ¿Acaso Alfonso Rojo estaba allí? No, él mismo lo aclara todo en el último párrafo de este texto inventado en la primera página del periódico antes de seguir con sus especulaciones más adelante. "A falta del testimonio de los asesinos, sólo pueden hacerse conjeturas". ¿Habrá leído alguna vez Alfonso Rojo un código deontológico?
La página 22 mantiene la artificial construcción de la primera. La continuación del texto inventado por Alfonso Rojo lleva por título "Asesinan a siete agentes de los servicios secretos españoles en una emboscada al sur de Bagdad", que bien podría haber sido el de la primera página. Pero la intención política en el tratamiento de la noticia queda bien clara, al reiterarse el planteamiento de la portada en la página interior. Con una foto similar a la que abre el periódico, la foto tomada de Sky TV donde se observa, borroso, cómo dos jóvenes iraquíes –uno de ellos descalzo, aunque no se especifique- pisotea un cadáver, se da cobertura para el despiece situado justo debajo, entre el texto inventado de Rojo, y que se ha titulado: "Los cadáveres fueron pisoteados por jóvenes iraquíes". Acompaña al título una foto pequeña del reportero de la televisión Sky TV que llegó al lugar de la emboscada media hora después de ocurrido el ataque.
Tras acabar el texto de la portada advirtiéndonos que se trata de conjeturas, no de hechos contrastados, la única verdad en todo el papel gastado por el periódico para este asunto, Rojo prosigue con su novela negra: "Parece poco probable que los terroristas supieran que una pequeña comitiva de agentes del servicio secreto español pasaría por Al Mamudiya. Los facinerosos debieron planear un golpe y les daba igual la identidad de las víctimas o su condición. Sólo querían sangre". Morbo.
¿Cómo escribir de algo de lo que no se sabe y sin haber estado en el lugar donde ocurrió? No importa, Rojo tiene tiempo en Bagdad para tomarse dos cafés: "Posiblemente, antes de atacar a los españoles, los sadanistas (en cursiva en el texto original) desecharon alguna de las patrullas norteamericanas que cruzan a menudo aquellos parajes. Entraña cierto riesgos abrir fuego contra media docena de Hammer, cuyos tripulantes (¿?) van con los cinco sentidos alerta y el dedo curvado sobre el gatillo de la ametralladora". ¿Será que Rojo es, en realidad, guionista de películas de guerra? De todos modos, la imagen de los soldados con el dedo en el gatillo puede servir para explicar la suma facilidad con que mueren civiles iraquíes, inocentes, al ser confundidos con muyahidines...o no ser confundidos.
Y, claro, si en lugar de café tomas carajillo, puede salirte esto: "Toda esa zona al suroeste de Bagdad es territorio comanche: un lugar donde los malvados te miran, aunque no los veas y abundan los fusiles, las granadas y el odio. La comarca está salpicada de granjas y aldeas, habitadas por fieros suníes que veneraban a Sadam Husein y detestan a los extranjeros". Ya mentó al Demonio y sus secuaces.
El texto prosigue con una serie de invenciones, entre la descripción de la autopista (cómo coño lleno una página y media si no tengo ni un dato, habrá pensado Rojo) y la confesión del periodista a mitad del texto: "Todo sigue muy confuso y hasta que José Manuel Sánchez Riera, el único superviviente, no relate con detalle la verdad de lo ocurrido, todo seguirá en esa nebulosa. Los datos claros es que viajaban en dos vehículos, que marchaban uno detrás de otro, separados por apenas una veintena de metros. Es así como se mueven los extranjeros en Irak, sean militares, espías, periodistas o empleados de multinacionales". Vaya. Al fin sabemos lo que sabe Rojo, parte de ello lo que ha visto por la tele en el Hotel. Pero se llega a la siguiente conclusión interesante: los extranjeros que hay que Bagdad son todos militares, espías, periodistas o empleados de multinacionales (entre las multinacionales, seguro que incluye a alguna ONG).
Pero seguimos en la nebulosa que nos provoca el carajillo porque los malvados y fieros iraquíes suníes sadanistas, armados con granadas, fusiles y odio, cometen actos terroristas contra sus demócratas libertadores. Ese es el esquema preconcebido desde Madrid.
Dice Rojo: "No se puede descartar (otro impersonal) que los dos todoterrenos fueran incendiados por los lugareños. Es lo que suelen hacer, una vez completado el saqueo. También cabe la posibilidad de que el fuego fuera provocado por el impacto de las granadas RPG-7, un arma que usan con profusión por estos lares tanto los terroristas como los criminales comunes". Como decía, más o menos, Les Luthiers: "Mastropiero procedía de una familia con gran tradición musical, por lo que siguió los pasos de sus padres...O, por el contrario, en su casa no querían ni oír hablar de música. El caso de Mastropiero es el típico de uno de estos dos casos".
El texto acaba del siguiente modo: "...carreras hacia la embajada vacía y a oscuras, frenético ajetreo por las desiertas calles de Bagdad, llamadas angustiadas a los militares de Diwaniya, truncadas conversaciones con el Ministerio de Defensa en Madrid y la confirmación terrible de que siete valientes jóvenes españoles habían sido asesinados".
Comparando esta 'información' con la que publica El País, concluimos que El Mundo ha hurtado parte del testimonio del periodista de Sky News, donde el reportero David Bowden declara que el equipo de televisión sólo permaneció unos minutos, "durante los cuales el camarógrafo Adam Murch filmó, a media distancia, a un grupo de iraquíes que bailaba sobre los cuerpos de los españoles. (...) Un grupo de iraquíes levanta los brazos en gesto de alegría mirando a la cámara. Uno de ellos pone su pie encima de uno de los cuerpos como signo de victoria y mira a la cámara levantando los brazos y riendo. Mientras, un niño hace como si diera patadas al cadáver. Murch aseguró que 'la gente actuaba para la cámara' nada más ponerse a grabar. 'El niño se acercó a hacer como que daba patadas al empezar a grabar'. Testimonio bastante curioso, por cierto. Los iraquíes de Al Mumadiya están tan familiarizados con los cámaras de televisión que saben cuando tienen que actuar y cuando no.
El tratamiento informativo de El País a este asunto se resume en los siguientes titulares. Abre el periódico a cinco columnas: "Siete agentes del servicio secreto mueren en una emboscada al sur de Bagdad". Ilustra esta información y el apoyo una gran fotografía de los jóvenes iraquíes pisoteando los cadáveres. Debajo de la foto, se titula así: "Gritaban vivas a Sadam sobre los cadáveres", testimonio del reportero de Sky News. La página 2, a cinco columnas, lleva el siguiente titular: "España sufre su mayor ataque en Irak". La información aparece adobada con cuatro imágenes capturadas de la televisión, con primeros planos, de los jóvenes iraquíes y los cadáveres. La página 3, lleva por titular: "El Gobierno pide solidaridad a los ciudadanos" y la 4, donde se recoge el testimonio del periodista de Sky News, "Fiesta sobre los cadáveres".
¿Acaso fue solidario el Gobierno de Aznar y Trillo con los millones de españoles que salieron a las calles a manifestarse en contra de la guerra? ¿Por qué apelan al patrioterismo ahora, para unirnos en el dolor y en todos los lugares comunes, cuando el Gobierno es el único responsable de lo sucedido? ¿Es que pretenden que nos solidaricemos a la fuerza por compartir un autobús? ¿Y qué hacen los ciudadanos que no van a hablar en voz baja con un señor metido en una especie de cabina al que se confiesan las malas acciones y pensamientos y que nos encarga unos cuantos padresnuestros y avemarías y que nos comamos una oblea para que se nos quite el mal rollo? Porque Trillo se confiesa y salda sus pecados. Pero, ¿y los que no?
Si este asunto se tramita como atentado terrorista, las familias afectadas recibirán las compensaciones económicas que establece la Ley, mucho mayores que si se trata de una muerte por accidente. De ahí que se insista en la idea del terrorismo, no en que se trata de una guerra, con resistencia y todo. Los espías españoles en Bagdad estaban trabajando, es decir, podría enfocarse el asunto como un accidente laboral. En España, ha habido 1.014.116 accidentes laborales entre enero y julio de este año, con el resultado hasta entonces de 582 muertos. Y como se sabe, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dictado una resolución en la que culpa al obrero del accidente mortal que sufrió cuando trabajaba como gruista en el puerto de Barcelona. Pero no era un joven valiente español. En el caso del obrero, la empresa recurrió la sentencia inicial favorable a la viuda, a la que indemnizaron con 12.000 euros, que "le vinieron muy bien para salir adelante y dejar de fregar escaleras y vivir de la asistencia social. La pareja se separó hace 12 años, pero la mujer siguió criando a los cuatro hijos de ambos", según el diario El País del pasado 28 de noviembre. La mujer declara: "Yo el dinero ese no lo tengo, porque nadie me dijo que lo guardase. O sea que como no lo puedo devolver, ¡qué me metan en la cárcel!". ¿Por qué ningún ministro ha pedido a los españoles que nos solidaricemos no sólo con la familia de este obrero, sino con la del resto de muertos en accidentes laborales en este país? Son 582 trabajadores muertos, 6.859 heridos graves y 517.994 heridos leves en siete meses. Pero, además, han muerto por su culpa.