Diez Tesis sobre el proceso de acceso a la UE de los países del Este europeo
Francisco Brown Infante
Rebelión
1.- La discusión acerca de las posibilidades de que se logre o no la ampliación hacia el Este de la Unión Europea ha perdido virtualidad en el debate académico y no es siquiera una cuestión retórica, en la medida que este proceso posee todas las precisas para su puesta en práctica –al menos en su primera etapa- a partir del 1º. de mayo del año próximo.
2.- La inevitabilidad histórica de este proceso, sin embargo, no supone que el mismo esté exento de contradicciones, dificultades y de significativos costos sociales, esto último referido básicamente a los países candidatos a nuevos miembros. Ello se expresa en las siguientes particularidades que le habrán de caracterizar:
3.- La ampliación de la UE hacia el Este constituye una nueva forma de colonialismo. En este sentido, se adelanta la siguiente hipótesis: las relaciones entre la Unión Europea y sus nuevos miembros habrán de reproducir a escala regional la polarización que a escala global existe entre un centro dominante y una periferia dependiente.
4.- Los países del Este europeo que acceden a la UE lo hacen en calidad de miembros de segunda clase, con significativas limitaciones en las esferas del libre tránsito de personas y de fuerza trabajo, con subvenciones agrarias que constituyen sólo un 25% de las que reciben los actuales miembros, y la aplicación de severas presiones por parte de la UE para la reducción de su producción agrícola, lo que causará trastornos y tensiones sociales en este sector de la economía. En este sentido, las condiciones que en materia agrícola impone la UE a los países aspirantes a ser admitidos, constituye un obstáculo adicional a la marcha de la transición al capitalismo.
5.- Como consecuencia del virtual naufragio del Tratado de Niza, que en principio prometía para los nuevos miembros un cierto reparto ventajoso de peso o influencia en los ulteriores destinos de la Europa ampliada, existe la posibilidad de que en ambos aspectos lo que realmente se logre estará muy por debajo de las expectativas de los gobiernos de los países del Este.
6.- Los países de Europa occidental han iniciado un proceso de desmontaje del Estado de Bienestar como consecuencia de los problemas actuales que enfrentan sus economías y la ideología neoliberal que inspira la gestión gubernamental. Su eventual "exportación" hacia el Este europeo, unido a las cargas financieras que el acceso a la UE le impone a los países de esa región, en la práctica ya está determinando la aplicación de severos programas de ajuste en las economías esteuropeas, con negativas proyecciones en salud, educación y otras áreas sociales, lo que creará importantes elementos de inestabilidad política y social en los países de esa región.
7.- La ampliación europea creará mayor corrupción, tanto en cada país que ingresa como en las instituciones de la UE. El Instituto Open Society, una fundación en Hungría que financia el millonario estadounidense de origen húngaro George Soros, considera que los efectos del crecimiento de la UE con otros 10 países miembros a partir de 2004, hará que también aumenten los dobles estándares, la hipocresía política e incoherencia en la toma de decisiones. El nepotismo, las coimas y la violencia política, que son práctica corriente en los países bálticos y balcánicos, repercutirán en la marcha de las instituciones comunitarias.
8.- Los nuevos miembros se plantean la adopción del Euro antes del fin de esta década, adelantando incluso fechas para materializar esta finalidad: 2006 para Estonia, 2007 para Lituania, Letonia y República Checa; 2008 para Eslovaquia, Hungría y Eslovenia, y 2009 para Polonia. Aunque ello parece realizable, se corre el riesgo de frenar el crecimiento económico como consecuencia del cumplimiento de los criterios de adhesión que tal adopción supone.
9.- La ampliación hacia el Este tendrá importante proyección en la Política Exterior y de Seguridad Común. Con este proceso aumentará la seguridad, pero a la vez acercará a la UE a zonas conflictivas. Ello plantea el desafío de extender una zona de seguridad alrededor de Europa, evitando al mismo tiempo que la ampliación cree nuevas líneas divisorias en el continente. En esencia, de lo que se trata es de la necesidad de formular un nuevo concepto de frontera, ajeno a cualquier evocación de conflicto o división, lo que se refiere de manera particular y más apremiante en los casos de Belarús, Moldova, y Ucrania.
10.- La ampliación de la UE no podrá impedir el futuro aumento de la significación periférica de los países del Este europeo. Las perspectivas son la del establecimiento de un "capitalismo pobre", más parecido al existente en los países de Latinoamérica, por ejemplo, que al del rico y desarrollado Occidente europeo. La ampliación no será, no podrá ser, como tampoco nunca lo ha sido, una asociación entre iguales. Lo preocupante es que la Europa de los 25 se caracterizará por una mayor diferenciación entre sus asociados