El ex general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, condenado por el 'caso Lasa y Zabala', no oculta ya ni su malestar ni su impaciencia desde la celda que ocupa en el Centro Penitenciario de Ocaña II. Un tercer grado denegado y un indulto del que se oyen insistentes rumores, pero que no acaba de concretarse, le han llevado a manifestar a familiares y amigos su "desencanto" con la actitud de ciertos ministros y ex ministros del Partido Popular que han "incumplido" sus promesas.

"Está harto de que le den largas. Está harto de que el expediente sobre su indulto lleve más de un año finalizado, con todos los informes, y no se haya tomado una decisión. Y, sobre todo, está harto de que determinados ministros del actual gabinete de José María Aznar le sigan pidiendo "paciencia" a él y a su familia".

Uno de los políticos contra el que el ex general carga sus críticas es el primer ministro del Interior de Aznar, Jaime Mayor Oreja. "Cuando estaba en la oposición, no dudaba en ir a Intxaurrondo (en referencia al complejo que la Guardia Civil tiene en San Sebastián, al frente del que estuvo durante años Rodríguez Galindo) para solicitar información y ayuda, y ahora se ha desentendido totalmente de la situación del ex general", apuntan personas cercanas a su defensa.

Tampoco salen bien librados los actuales titulares de Justicia e Interior, José María Michavila y Ángel Acebes, que "no hacen más que dar largas y su actitud alimenta los rumores sobre un posible indulto", añade otra fuente consultada. Este mismo interlocutor recuerda que el XXV aniversario de la Constitución "ha servido para alentar dichos rumores, como anteriormente lo fueron otras efemérides. ¡Si hasta se ha llegado a hablar de una medida de gracia masiva por la boda del Príncipe en la que entraría el ex general!", añaden. "Rodríguez Galindo empieza a estar harto", concluyen.

No todo son reproches en boca del antiguo mando de la Guardia Civil. Un ex ministro, en este caso socialista, José Barrionuevo, es alabado por el ex general, según reconocen a este diario desde su entorno: "Barrionuevo no deja pasar ninguna ocasión en la que coincida con Michavila o Acebes para recordarles la situación del ex general. Es de las pocas personas que sigue insistiendo en su puesta en libertad y eso él lo agradece".

Mientras tanto, la defensa de Rodríguez Galindo mantiene su pugna legal para conseguir el tercer grado penitencio del ex general y del que fuera su mano derecha, el ex teniente coronel Ángel Vaquero, también condenado por el 'caso Lasa y Zabala'. Su recurso ante el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional contra el acuerdo de la Junta de Tratamiento de la cárcel de Ocaña II, que le negó el tercer grado a ambos, cuenta, además, con el apoyo del fiscal de este Tribunal Pedro Rubira. Éste, en su dictamen, considera que los dos ex guardias civiles cumplen los requisitos para que les concedan el régimen de semilibertad que les permitiría ir a la cárcel sólo a dormir de lunes a jueves.

Mientras la Audiencia Nacional toma una decisión al respecto -o el rumor sobre su indulto se hace efectivo-, el ex general Rodríguez Galindo desespera y empieza a cargar, aún en privado, contra los que pensó que iban a ayudarle.