Alexander Frolov. Sovietskaya Rossia. Traducido para Rebelión por Josafat Sánchez Comín
Opinión de un comentarista político.

Las cuartas, por número de orden, elecciones a la Duma (parlamento ruso) celebradas este domingo, no han supuesto apenas variaciones relevantes ni en el numero, ni probablemente en la composición social de los principales contendientes electorales rusos: 1) de la izquierda, 2) de los conformistas, que siempre se acaban sumando al "partido del poder", 3) de los liberales de derecha y 4) de los marginales, que votan por Zhirinovsky y similares, pero que al fin y a la postre son utilizados para sustentar el orden de cosas existentes. Esto en primer lugar.

En segundo lugar, los grupos mencionados se han reconfigurado, haciéndolo además en plena concordancia con lo establecido en los guiones de los politecnólogos del Kremlin. Es decir, ha funcionado el sistema de la "democracia dirigida". Ha hecho solo lo que ha podido, pero lo ha hecho de una manera muy inteligente, sin errores. Sin pretender alterar la correlación general de fuerzas en la arena social, ha sabido reconstruir esas fuerzas, sacando el máximo provecho posible para sus intereses.

Para convencernos de lo que estoy diciendo echemos una ojeada (ya habrá tiempo más adelante para análisis concienzudos) a los resultados de la votación del 7 de diciembre.

1. El electorado de izquierdas no se ha ido a ninguna parte. No ha descendido, pero tampoco se puede decir que haya aumentado. Si sumamos los votos dados al PCFR, a "Rodina" (Patria), al Partido Agrario, al Partido de los Pensionistas y al "bloque de los dos speakers" , obtenemos el sacramental 30 % que ya teníamos hace no solo cuatro años, sino incluso en 1991 (la misma proporción que se declaró contraria entonces de introducir el puesto de presidente en Rusia). Lo único que ha variado ha sido la distribución de estos votos entre las diferentes organizaciones políticas. Si en las pasadas elecciones del 99, de la izquierda solo consiguió representación el PCFR, en estas se ha metido el bloque de Glazev y Rogoshin "Rodina", con el mismo resultado si sumamos los votos de ambos, aproximadamente el 22 %. Así pues, se podría decir que "Rodina", contrariamente a sus promesas, no ha servido para añadir nada a la hucha de las fuerzas patriótico-populares. Pellizcar algo del electorado de otros grupos no ha podido, sin embargo lo que si se le ha dado bien es arañarle votos al PCFR. Para saber si "Rodina" se comportará en la Duma de acuerdo con la retórica de izquierdas empleada en la campaña, no tendremos que esperar mucho.

2. "Rusia Unida" ha hecho lo que había estado anunciando a bombo y platillo todo el tiempo: recibir alrededor del 37% de los votos, es decir lo mismo que sumaban en 1999 "Yedinstvo" (Unidad) y "OVR" (Nuestra casa común -Rusia). No han tenido fuerzas para más. Lo suficiente para tener la mayoría absoluta en la Duma, algo que de hecho ya tenía. Sin embargo aquí cabría añadir un "pero" importante.

3. No pudiendo arañar nada por la izquierda, "RU" si que ha arrancado el porcentaje que le faltaba para la mayoría absoluta a los liberales de derecha. Todos los estudios sociológicos serios preelectorales, así como las encuestas a pie de urna, indicaban que aunque fuese por los pelos, tanto la SPS (Unión de fuerzas de la derecha) como "Yabloko" conseguirían superar la barrera del 5% necesaria para entrar en el parlamento. Sin embargo no fue así. Si sumamos, les ha faltado apenas el 3% de los votos. El mismo 3% que ha "recibido" Rusia Unida por encima de las estimaciones sociológicas más realistas. El significado de lo acontecido está claro. El kremlin mantiene firmemente su línea "antioligárquica": ya que Khodorkovsky está en la cárcel, los partidos que han recibido ayuda financiera, deben seguir su camino. De momento los mantienes apartados y luego ya veremos. ¿Le perdonarán esto Chubais y Yablinsky al Kremlin? De momento no lo sabemos. Lo que si sabemos es que Chubais y sus compañeros de armas una semana antes de las elecciones predijeron la composición fraccionada de la futura Duma. Bueno no es que lo predijesen claro está, sino que más bien lo sacaron de algún archivo ultrasecreto del Kremlin. Eso explicaría porqué Chubais pidió en la víspera verse con Putin. Por lo visto no se pusieron de acuerdo.

4. Por último los liberales también se han quedado en sus porcentajes, delegando a la duma a Zhirinovsky. Allí él, claro, se sumará a la mayoría.

Las conclusiones que podemos sacar de todo lo dicho no nos consuelan. La nueva configuración parlamentaria dará sin duda mucho material sobre el que trabajar a los politólogos. Pero para los políticos en su mayoría nada ha cambiado. Rusia desde hace más de diez años se ve inmersa en un auténtico estancamiento socio- político. Manipular la sociedad en este estado, como es lógico, se le da mejor a quien tiene el poder real.

La naturaleza del estancamiento está suficientemente clara. Lo que no queda tan caro de momento es otra cosa: Que hay que hacer para sacar al país y la sociedad de este punto muerto en que se encuentra, para que dejen de ser un juguete en manos de los manipuladores. Esta pregunta, es la primera en el orden del día para cualquier fuerza política. Tanto más para los comunistas y toda la oposición de izquierdas.