21 de noviembre del 2003
Intermon denuncia que la ayuda humanitaria de la ONU se desvía para atender los desastres provocados por la guerra contra el terrorismo
Pascual Serrano
La organización Intermon ha denunciado que la ayuda humanitaria de los países ricos obedece a criterios políticos y mediáticos en lugar de a criterios de necesidad. Según un informe editado por esta organización bajo el título "Más allá de los titulares", la mayor parte del dinero se destinó en 2003 a Iraq, al igual que en el 2002 fueron a Afganistán. Del informe se desprende por tanto, que la ayuda humanitaria parece ir destinada a ir parcheando la muerte y la guerra provocada por EEUU y sus aliados, más que a atender las necesidades de los países ricos.
Así, según Intermon "durante el 2003 la comunidad donante destinó a Iraq a través de Naciones Unidas una media de 73 dólares por cada ciudadano iraquí, mientras que en crisis olvidadas como las africanas apenas se destinaron 38 dólares per cápita a la población beneficiaria de Sudán, y 15 y 16 respectivamente en los casos de Liberia y RD Congo".
Del mismo modo, el año anterior 2002, casi la mitad de los fondos para ayuda humanitaria aportados por la comunidad donante "fueron a parar a Afganistán -un país prioritario en la "guerra contra el terrorismo"- y el resto se distribuyó entre las otras 23 crisis abiertas ese año. La historia se repite en 2003 en el caso de Iraq: la comunidad donante ha destinado más dinero a Iraq que a las 15 crisis humanitarias que hay en África".
Sin duda, son las propias Naciones Unidas quienes se prestan con su silencio a esa perversión de la ayuda humanitaria. "De los 2.218 millones de dólares solicitados por Naciones Unidas para ayuda humanitaria a Iraq, los donantes aportaron rápidamente un 91% de los fondos; sin embargo, de los 262 millones solicitados para ayuda humanitaria en Sudán sólo se ha recaudado un 42%. Este país sufre una violenta guerra desde hace dos décadas que se ha cobrado dos millones de muertos y cuatro millones de desplazados. Aún menos en el caso de Liberia: un 24% de los 46 millones solicitados. En Liberia, un tercio de la población ha sido desplazada por los combates y cada día hombres, mujeres y niños son víctimas de reclutamiento y trabajos forzosos", afirma el documento de Intermon.
Eva Quintana, responsable de estudios sobre ayuda humanitaria en Intermón Oxfam, afirma que "esta tendencia cada vez más marcada obedece a que los gobiernos cada vez utilizan más la ayuda humanitaria como instrumento de su política exterior, con lo cual desvirtúan la propia esencia de la ayuda, que ya no se rige por criterios humanitarios; para aquellos países que no están en el primer plano de la actualidad, la escasez de fondos puede tener consecuencias mortales".
El caso más paradigmático de la sumisión actual de la ayuda humanitaria a los intereses políticos y mediáticos es Afganistán, ahí es donde mejor se aprecia el uso político de las ayudas. Afganistán antes de la guerra ya vivía en una situación humanitaria muy crítica. Según datos de Naciones Unidas, el año anterior a la guerra la comunidad donante destinó menos de 3 millones de dólares a ayuda humanitaria a Afganistán. Sin embargo, en el año 2002, "cuando Afganistán se había convertido en el objetivo número 1 de la lucha contra el terrorismo, esta cifra se disparó hasta los 1.533 millones (600 veces más). Pasado el boom mediático afgano, en 2003 las donaciones han descendido a 360 millones". Es evidente que la ayuda humanitaria de las Naciones Unidas se desvía para tener como único objetivo lavar la cara de la tragedia y la muerte provocada por la supuesta guerra contra el terrorismo que lidera EEUU y sus socios.
Quintana señala que "ciertamente no podemos medir la implicación de los gobiernos únicamente desde una óptica monetaria; pero si comparamos los esfuerzos diplomáticos que ha hecho la comunidad internacional para los casos de Afganistán o Iraq, y los que ha hecho para resolver crisis como las de Liberia o Angola, nos damos cuenta que también en este capítulo prima únicamente la agenda política de lucha contra el terrorismo. Claro que es urgente abordar la crisis humanitaria iraquí, pero la comunidad internacional no puede dar la espalda a otras crisis".
Intermon también analiza el caso español. Según los datos publicados por Naciones Unidas, España es el penúltimo de los 21 países del CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo) en cuanto a contribuciones a los organismos de Naciones Unidas para respuestas humanitarias. Durante el 2003 España ha contribuido con poco más de 4 millones de dólares. Sólo Grecia ha dado menos.
"Los datos facilitados por Naciones Unidas revelan que el Gobierno español sólo ha hecho aportaciones a 3 de las 21 crisis humanitarias: 3,8 millones para Iraq, 240.000 euros para Colombia y 150.000 para Burundi (la única aportación en las 15 crisis abiertas en África). De cada 10 euros destinados a Naciones Unidas para ayuda humanitaria, España destinó, en 2003, 9 euros a Iraq y uno al resto de crisis", afirma Intermon. Lo que demuestra, también en la ayuda humanitaria, el carácter subsidiario a Estados Unidos de la política española.
La actitud de España no es una excepción, sino que confirma la tendencia general de politización de la ayuda humanitaria. Sin embargo, cabe destacar el escaso peso que la ayuda humanitaria tiene en el seno de la cooperación oficial española, así como la escasa respuesta de España a los llamamientos de Naciones Unidas. En el 2003, las aportaciones españolas significaron el 0,12% del total recaudado por Naciones Unidas.
Informe