Aznar y su tribu, causantes de un delito ecológico
Antonio Doctor
Rebelión Nos quejamos de las consecuencias del efecto invernadero sobre todos los seres vivos del planeta, nos quejamos de la desaparición de especies, nos quejamos del despilfarro de productos naturales no renovables y nos quejamos de la destrucción de parajes naturales. Nos quejamos y nos seguiremos quejando y combatiendo con la palabra y la acción a los depredadores, a los causantes visibles de este desastre. Sabemos que los equilibrios ecológicos son inestables y la propia naturaleza los destruye periódicamente con cataclismos que provocan cambios duraderos de temperatura y modifican la orografía de la tierra condenado a morir especies y dando entrada a otras y a otros equilibrios. Por supuesto, esto son hechos naturales, con los que tenemos que convivir, mientras que la acción destructora del ser humano, aunque venga a causar los mismos efectos, no es un hecho natural, sino la consecuencia de colocar la codicia por encima de cualquier otra consideración de cara a conservar ese entorno natural, vital incluso para el mantenimiento de nuestra especie.
Pero hay otra ecología, mas olvidada, que es la que mantiene el equilibrio social, la que nace junto con el concepto "sociedad", aunque solo tardíamente ha sido objeto de análisis, precisamente en los Estados Unidos, aplicado a las sociedades urbanas y buscando como no podía dejar de ser viniendo de allá, una funcionalidad, no un equilibrio general, no una armonía. Aunque la degradación ecológica de las relaciones sociales tenga tanta o más importancia que la del medio. Pero la verdad es que un ataque a nuestro equilibrio mental no se está tratando hoy de la misma manera que un ataque a nuestro entorno material. Contra este nos insurgimos realizando estudios, redactando denuncias y divulgando nuestros análisis para intentar frenarlo, contra aquel echamos mano del humor, de la critica ácida o de la ironía, pero sin ese toque alarmista que se le da a un asunto cuando hemos reflexionado sobre la magnitud de sus consecuencias.
Verdaderamente poco se ha investigado sobre las consecuencias en la degradación de la ecología social de los desmanes de Aznar y su tribu (hay que llamar así a los que le rodean, aplauden y obedecen, no para darle una connotación peyorativa desde el comienzo, sino porque sus relaciones se asemejan extraordinariamente a las de las tribus primitivas, que aún mantienen esos aspectos irracionales de la manada de animales con relación al jefe). Entre todo lo que hemos leído al respecto se nos ha quedado algo que puede servirnos de punto de partida para encajar los hechos que se vienen sucediendo desde que Aznar se puso incondicionalmente al lado del gobierno norteamericano colocando el terrorismo como el principal problema de las sociedades de hoy en todo el mundo. Se trataría de un infantilismo, tal como vulgarmente se entiende, que tampoco es real, sino más bien peyorativo. Hagamos una incursión en el concepto:
¿Cuales son los rasgos principales del infantilismo? Los cogemos examinando el comportamiento del niño. No tiene todavía frenos, si quiere algo lo quiere ahora, si le quitan lo que quiere llora y patalea hasta que se lo devuelven, en fin su mundo está ligado a sus sensaciones: es bueno lo que le agrada (la teta, el juguete preferido, una postura cómoda y, no lo olvidemos, la satisfacción de sus necesidades fisiológicas en el momento en que el cuerpo se lo pide) y es malo lo que le irrita (la retirada de la teta cuando aún quería mas, la medicina amarga, la inyección, el azote en el culo, la desaparición de su juguete...). Es su mundo, cerrado sobre si e inmune tanto a las criticas, como a las consecuencias de sus actos. Lo vemos normal, porque es un organismo en formación y todo eso lo consideramos mecanismos para sobrevivir. Pero cuando vemos a un adulto regirse por los mismos impulsos, ajeno a toda critica por fundamentada que esté, tendremos que encender las luces de alarma, máxime cuando es un jefe de gobierno, que tiene a su disposición a todos los medios de comunicación para transmitir a los cuatro vientos todo lo que se le ocurre. Porqué: ¿qué es lo que se le ocurre?
Colocarse desde el principio al lado de Bush en la invasión de un país soberano, consagrando el principio de la ley del mas fuerte.
En el Estado de la Unión donde más han muerto a manos del verdugo denunciar la existencia de la pena de muerte....en Cuba.
En Irak, un país invadido por tropas extranjeras calificar la resistencia como terrorismo. Por esa lógica terroristas fueron Daoiz, Velarde y Agustina de Aragón en la guerra de la Independencia, por solo citar los más conocidos.
Perseguir artistas vascos por las letras de sus canciones. Por esa lógica, Goya sería sospechoso de hacer apología del terrorismo con sus pinturas.
Dejar que se olvide lo de Couso, muerto por las tropas invasoras del Irak y montar ahora todo un aparato de investigación sobre la muerte de un espía español por la resistencia. Dos pesos y dos medidas.
Negar ante todas las instancias nacionales e internacionales la existencia de torturas contra los detenidos por presunta colaboración con ETA, sin abrir ninguna investigación. Patente de corso a los torturadores.
En el desfile de las Fuerzas Armadas en Madrid el 12 de octubre se pone a desfilar un grupo de militares norteamericanos con banderas de los países sometidos a su control en Latinoamérica, que los únicos que han mandado tropas a Irak, previo pago, naturalmente (y no precisamente a los soldados) y se avisa por megáfono: "Son los países que colaboran con España en tierras iraquíes". Puesta en pie de los políticos y altos cargos de la tribu y encendidos aplausos.
¿Seguimos? De cara a la convivencia social, a la formación de humanidades de nuestros jóvenes, a nuestra defensa ante ellos de valores morales y éticos en nuestro comportamiento y en el de ellos, este ataque a la razón, este insulto repetido a la inteligencia, ¿no es esto un ataque ecológico al equilibrio de las relaciones sociales en toda regla, que merecería una vigorosa y constante denuncia de estos depredadores y de todos los que pudiendo denunciarlo permanecen callados? Ese tenebroso silencio parece que nos convida a quemar todos los libros de todos los pensadores que, desde Confucio hasta hoy, pasando por Grecia, Roma y la Europa de la Ilustración, se han esforzado por intentar que el primate vaya rompiendo lentamente sus ataduras a lo irracional. ¿Qué argumento vamos a usar para defender todo ese acervo cultural ante nuestros hijos? ¿Les vamos a decir que asuman todos los valores que han conformado lo que llamamos "civilización"... para retirarse inmediatamente después Porque vamos a trompicones, porque nadie va a venir de otro planeta a organizar esto, se impone la denuncia permanente de esta abdicación de todos los principios penosamente elaborados a lo largo de siglos y la implantación de este clima de terror, que lleva el terrorismo legalizado a cotas jamás imaginadas por ninguna banda armada de las que han existido a lo largo de toda la historia.
Entiéndase bien, el concepto "ecología social" nada tiene que ver con ideologías al uso en estos tiempos, sino con el mantenimiento de la salud mental y un mínimo de equilibrio entre el ser individual y el social. Tiene que ver con el mensaje que irradian (no con sus discursos, naturalmente, sino con sus hechos) los políticos que alcanzan el poder a través de las urnas. Situado pues los hechos sociales bajo un prisma ecológico, después de las turbulencias del período de transición, donde incluimos los vaivenes "izquierda-derecha" de los gobiernos de Suarez, podemos colocar un punto de partida en el triunfo electoral del PSOE en 1982 y las expectativas que despierta.
Puede decirse que el deterioro ecológico empieza casi inmediatamente después de las elecciones, con la expropiación de Rumasa y su posterior entrega del cadáver a buitres carroñeros, los primeros aleteos del GAL y los primeros asomos de corrupción dentro de las instituciones. Hechos que empiezan a poner en estado de alerta a las personas y sectores mas sanos de la sociedad española. Aparecen los secretos a voces ante los cuales el partido socialista responde cerrando filas, esto es, comportándose como una tribu, con un jefe que ante todo conflicto actúa como la última instancia, como el juez supremo. A esta tribu le sucedió la del PP, que mostró sus rasgos más acusados cuando se afianzó en el poder. Mas de lo mismo. Este proceso de deterioro tan prolongado ha terminado por arrinconar a esas personas y grupos mas sanos de la sociedad, que estamos asistiendo a un espectáculo para el que ya no encontremos calificativos. Las sesiones de la Comisión de investigación de lo sucedido en la Asamblea de Madrid y los entresijos del caso Marbella, sacados a la luz pública por sus actores, son espectáculos aterradores, pero los montajes de las dos tribus estos últimos días, con millares de comparsas agitando banderitas y jaleando a los jefes de esas tribus, después de todo lo que ha llovido, nos indica el grado extremo de degradación a que ha llegado el ser social. Estamos ya muy cerca de aquellos que han elegido a Schwarzeneger para Gobernador de California.