Las acciones contra símbolos fascistas aún se persiguen
Juicio en Madrid contra cinco militantes castellanistas por haber pintado de rojo la estatua del dictador Franco
Rebelión
Jose Antonio de Torre, Diego Estebanez, Juan Carlos Gómez, Luis Ocampo y Paulino Reyero serán juzgados el próximo viernes, 17 de enero, por haber pintado con pintura roja la estatua de Franco que se halla a la puerta del Ministerio Español de Medio Ambiente. Los hechos ocurrieron el 19 de mayo del año 2001, cuando cinco simpatizantes de Izquierda Castellana decidieron llevar a cabo la acción de protesta para denunciar la pervivencia de elementos no democráticos en el sistema político español.
La acción fue llevada a cabo un sábado por la mañana, a plena luz del día, porque se entendía que pintar de rojo la estatua del Dictador no era una gamberrada, sino un acto político democrático del que se sentían orgullosos.
Algunos de los participantes en esta acción reivindicativa hubieron de encaramarse al enorme pedestal que sostiene la gigantesca escultura de homenaje al genocida. La policía ordenó a los bomberos que acudieran con una pluma para bajar a Paulino Reyero y Luis Ocampo. Tras bajarlos del pedestal fueron conducidos a comisaría, donde fueron fichados y permanecieron durante una noche en la cárcel.
El ministerio fiscal les acusa del lanzamiento de numerosos cubos de pintura roja sobre la efigie del dictador y de haber pintado a Franco con rodillos de grandes dimensiones.
Así como de haber rotulado el pedestal con frases como: "Genocida, asesino. Franco asesino" y de haber colocado una pancarta en la que podía leerse: "Fuera de la vista las placas fascistas". Las penas solicitadas son de 4.062 euros por los gastos de limpieza de la escultura, más 3.000 euros de multa a cada uno de los cinco participantes en la acción. Por su parte, el alcalde de Madrid, Alvarez del Manzano, valoró en su día los daños ocasionados en 676.000 pesetas.
Las defensas por su parte piden la retirada de la estatua en cuestión y de los demás símbolos fascistas, así como la libre absolución de todos los procesados. Estiman que la permanencia de la simbología franquista es una afrenta a la ciudadanía y una humillación permanente a las víctimas de la mismas. Al tiempo que aclaran que la intención de los acusados no fue dañar bienes, sino evitar el mal de la continuidad de la dictadura en las entrañas del Régimen de la Transición.
Igualmente estiman los acusados que el pintado no puede ser homenajeado, porque sus víctimas merecen un mejor trato. El terrorismo genocida de la dictadura merece la repulsa general de la ciudadanía. Uno de los detenidos, médico de profesión, denunció ante el juez que un policía estuvo estudiando minuciosamente su agenda personal, sin reparar en el hecho de que en dicha agenda se contenían datos relativos a la historia clínica de sus pacientes, que por su propia naturaleza son confidenciales.
Por su parte, los policías que reprimieron en la acción reivindicativa interpusieron, en la denuncia judicial, una queja ya que algunos de sus uniformes quedaron inutilizados para el servicio como consecuencia de haberse manchado de rojo en el contacto con las ropas de los detenidos.
En el comunicado emitido por Izquierda Castellana, con motivo de este juicio, se asegura que "el hecho de que cinco personas estén sometidas a juicio por una acción antifascista de este tipo pone de manifiesto que bajo la Monarquía de Juan Carlos I no hay justicia, o por lo menos no hay una justicia democrática, porque si la justicia fuera democrática los que deberían ser procesados serían los cargos políticos que mantienen símbolos de homenaje fascista en las calles y plazas más céntricas de nuestros pueblos. Así ocurre en Alemania y en Italia, países que sufrieron crueles dictaduras, donde los símbolos fascistas son perseguidos por las leyes penales". No sólo en Madrid
También en Ferrol el ayuntamiento de esta localidad decidió retirar la estatua ecuestre del dictador después de que militantes antifascistas hicieran acciones de este tipo e igualmente ha ocurrido en ciudades como Ávila, Palencia o Burgos, donde se han retirado símbolos fascistas después de denuncias y actos similares.
Por todo ello, Izquierda Castellana ha organizado dos convocatorias: la primera de ellas el viernes 17 Enero, a las 10:30 h. de la mañana, frente a la puerta de los juzgados de Pl. de Castilla (Madrid); y por la tarde, a las 20:00 h., un acto bajo el lema "Por la eliminación de la simbología franquista" en el Instituto Cardenal Cisneros (Metro Noviciado) de Madrid. Este acto contará con la presencia de Joaquín Navarro, Marcelino Camacho, Nines Maestro y Luis Ocampo.