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Argentina: La lucha continúa

CASO WITTIS-RIQUELME

CORREPI

Si los jueces son reaccionarios y pro-canas en todo el país, existe un departamento judicial donde tienen su cuartel general. Si los policías son protegidos por el poder judicial siempre, hay un departamento judicial donde saben que tienen la impunidad garantizada. Si en todos los rincones del país hay un profundo odio de clase, hay uno que es la Meca. Y es el departamento judicial de San Isidro.
En San Isidro, hasta el caso del Frente Vital, nunca, lo que se dice nunca, se había detenido a un policía por un gatillo fácil. Lo que increíblemente sucedió en el Juzgado de Garantías se "subsanó" en el Tribunal Oral cuando sin hacer el juicio oral, absolvieron al funcionario policial y le pidieron disculpas.
Fueron los jueces de San Isidro los que dejaron en libertad a Patti, porque entendieron que quemar con cigarrillos o hacer submarino seco no es tortura sino simples y excarcelables "apremios ilegales".
El viernes pasado, el departamento judicial de San Isidro dió muestras - una vez más- de ser la quintaesencia de la protección judicial a la violencia institucional, pero también de ser también "lo más" en ideología de derecha.
El 20/9/00 Mariano Wittis y una amiga fueron tomados como rehenes por Riquelme y un cómplice, hasta hoy prófugo, cuando intentaban robar el Banco Itaú de Gral. Pacheco. Alertada la policía se inició una persecución que terminó cuando el auto donde viajaban ladrones y rehenes chocó y Champonois disparó contra los ocupantes del auto, matando a los dos jóvenes por la espalda.
El fallo del Tribunal Oral Criminal 3 de San Isidro en la Causa Wittis-Riquelme tiene un par de lecturas. Por un lado, porque condena al policía Emir Champonois a una pena mínima por la muerte del rehén Mariano Wittis y lo absuelve por la del ladrón Darío Riquelme.
La condena por la muerte de Wittis y la absolución por la muerte de Riquelme estuvieron enmarcadas en la teoría (tantas veces escuchadas por sectores pseudoprogresistas) de la "víctima inocente". Ambos, Wittis y Riquelme fueron ultimados de la misma manera. En las mismas circunstancias de modo, lugar y tiempo. Pero Wittis era rehén y Riquelme era chorro. Wittis era la "víctima inocente" y Riquelme la "víctima culpable".
Uno no merecía morir, por ser inocente, y el otro, por ser culpable, merecía morir aunque el tiro que puso fin a su vida ingresara por la espalda y a un metro y medio de distancia. La vida de los "buenos ciudadanos" vale. Poco, pero vale.
La de los "pibes chorros" no vale nada. Para los "inocentes" reconocimiento austero, para los "culpables" pena de muerte. Para los que matan inocentes, reproche tipo tirón de orejas. Para los que matan culpables, reconocimiento y quizás hasta un ascenso. Como dijeron los jueces, para uno "conducta temeraria". Para el otro, conducta de verdadero "valiente".
Pero el fallo tiene otro costado que se desprende del voto del juez Vales Garbó, que criticó a los periodistas y a los organismos de DDHH por presionar al tribunal intentando, parece, ejercer censura previa. Vale destacar que la familia Riquelme estaba representada por el CELS. Vales Garbó, que como su apellido lo indica no puede ser menos que un oligarca de todo pelaje, sostuvo también que las organizaciones de derechos humanos son -somos- detractoras de las instituciones.
Tenemos que ser francos. En el caso del CELS no nos atrevemos a compartir la opinión del magistrado. Pero en lo que a CORREPI atañe, el juez tiene razón. Detractamos la institución policial porque está llena de asesinos, represores y corruptos. Y detractamos al poder judicial porqué está lleno de fascistas, encubridores, represores y corruptos, que sólo responden a su interés de clase.
Ambas instituciones representan una sociedad que no queremos, que queremos cambiar. Para instaurar una nueva, con nuevas instituciones al servicio del pueblo y de la clase obrera. Y para ello tenemos que detractar a las instituciones podridas, como la policía bonaerense y los jueces del departamento judicial de San Isidro.