En diálogo telefónico relató la situación de las dos comunidades mbyá guaraní de Puerto Iguazú y dió algunos de los motivos.
¿Cómo es tu nombre y hace cuanto trabajás con las comunidades?
Soy Angela Sanchez, hace 20 años que trabajo con las comunidades guaraníes, específicamente en Puerto Iguazú. Trabajé como maestra, fui la fundadora de dos escuelas bilingues, hasta hace 3 años que me jubilé. Hoy estoy haciendo un trabajo como voluntaria en las comunidades. Son esas cosas que le pasa al ser humano de conocer un grupo como son los guaraníes y es como que a uno le cuesta salir de ese ambiente al encontrar una gente tan sana, tan especial y todavía tan "pura".
¿Cuál es el conflicto que tiene actualmente la Comunidad Yryapú y desde cuándo?
Realmente la Comunidad Yryapú viene siendo perseguida desde 1990. En ese año le hicieron el primer desalojo de las 600 hectáreas donde viven, ya justamente porque las autoridades locales tenían un proyecto en ese lugar de realizar un emprendimiento turístico. En esa época los habían desalojado y los habían llevado a la costa de un basural, en la costa del río Paraná.
Para desalojarlos habían quemado sus viviendas, o sea que fue un desalojo compulsivo, muy violento. Junto con las organizaciones que había en ese momento trabajando en Puerto Iguazú luchamos y logramos reconstruir y devolver su lugar a este grupo de los guaraníes. Pudimos recuperar las tierras y en el 93 se creó una escuela bilingue, que hoy funciona con 78 alumnos. Una escuelita que realmente responde a lo que es la necesidad y el fortalecimiento cultural de ese pueblo.
Hoy a 13 años estamos con distinta forma de persecución, pero con la misma intención de que ellos tienen a salir de ese lugar. Y es gracias a los pobladores de la comunidad que estas 600 hectáreas sigan siendo monte, que hoy son bien vistas para la explotación comercial.
El proyecto de la expropiación, o mejor dicho del desalojo, de la planificación de las 600 hectáreas, viene de la provincia. Por supuesto con el consentimiento del municipio, ya que por más que la tierra sea provincial, el municipio debe tener injerencia en aceptar o no un plan que se desarrolle en su lugar. Al contrario, ellos son cómplices.
¿Cuántas personas viven en esta comunidad?
Son 250 habitantes distribuídos en 45 familias.
¿La planificación se hace pensando en algún grupo ecónomico en particular?
Más bien la planificación se hace para la vista de los inversores. Por ejemplo, una de las zonas está planificada para las canchas de golf, en otra para zona para deportes al aire libre, en otra zona para hacer cabañas de 4 y 5 estrellas, hasta un motel está planificado en el lugar.
¿Cuándo se hace público este proyecto y cómo respondió la comunidad?
El plan tiene fecha de aprobación el mes de diciembre del 2002, pero realmente se hizo público el 20 de marzo este año.
La respuesta de la comunidad fue la resistencia. Ellos no quieren abandonar su lugar por el hecho de tener sus pertenencias, como ser los lugares sagrados, el cementerio, donde tienen los restos de sus antepasados. Tienen una escuela, una salita de asistencia médica, tienen sus pequeños cultivos. O sea que ahí está su mundo.
Hay que entenderlo desde una cultura autóctona. No es el pedazo de tierra, es el territorio, es el lugar donde desarrollan su cosmovisión, para ellos es un lugar sagrado. Por ejemplo, tienen su templo donde desarrollan su religión y todas esas cosas para ellos son irrenunciables.
¿Cómo explicás que a pesar de siglos de presencia de la cultura occidental y del arrinconamiento, ellos pudieran mantener la cultura?
Yo apuntaría a lo espiritual. Uno de los motivos por el cual no fueron aculturados es la religión, porque son gente que profesan todos los días, creen profundamente en la religión que tienen. Su dios es el sol, y todos los días le hacen reverencias; a la salida y a la puesta. Eso los mantiene muy unidos. Son gente que como grupo humano son muy "mansos", no son agresivos, no son gente que guste de la violencia; al contrario están sumidos. Muchas veces han aceptado atropellos, como les vienen haciendo desde hace más de 500 años, y lo vienen respondiendo desde su mundo espiritual.
¿Cómo es la situación económica?
Su subsistencia es muy precaria. Ellos realizan los cultivos tradicionales de sus alimentos y como están cerca de un lugar turístico, lo que sí ayuda es la venta de sus artesanías. Todos son artesanos, hacen cestería todavía en forma muy natural. Y es muy apreciada por el turismo. Entonces esas son sus entradas, su forma de vida digamos. Pero no tienen la autogestión o la autosubsistencia que deben tener, porque no existe el apoyo ni el acompañamiento de los entes que tendrían que darlo. Hay entes sociales que trabajan para los aborígenes, nosotros en la provincia tenemos la "Dirección de Asuntos Guaraníes" que tendría que ser quien dé respuesta, el que dé acompañamiento y el que le dé seguridad a su forma de vida. Pero es nada más como que está en los papeles, son gente que realiza su trabajo desde una oficina en Posadas, a 300 km, y no viven la realidad con el Pueblo Guaraní.
En muchas comunidades sucede que los jóvenes tienen que irse a buscar trabajo a las ciudades. ¿Cómo es la situación en Yryapú?
No, acá viven en la aldea y mantienen su vida comuniaria. Quizás por ahí hacen relaciones de pareja muy jóvenes justamente por el hecho de que no salen afuera a tomar vida regional digamos, en la sociedad externa. Ahí otra vez apunto a lo espiritual: ellos son gente muy sumidos a su mundo, a su vida, y van formando familia desde muy jóvenes, a lo mejor una chica de 13 años -una nena para nosotros- ya es madre. Y todo eso hace que no estén mucho afuera, o que no hagan las migraciones que hacen otras comunidades.
Volviendo al tema del proyecto, ¿cuál fue la respuesta del municipio o del estado provincial cuando fueron a reclamar?
Absolutamente ninguna, no tenemos respuesta, solamente de palabra dicen "no se preocupen, nadie les va a tocar su lugar". Son los mensajes pero no hay ninguna reunión formal, que vaya por ejemplo a reunirse con las autoridades del lugar. Porque cada comunidad tiene su cacique, tiene su segundo cacique, tiene su jefe espiritual, ellos políticamente están muy bien organizados. Son los representantes de las comunidades y las autoridades locales tendrían que tener un dialógo con ellos pero no la tienen. No están respondiendo, es como que mandan mensajes por prensa o por un emisario: "no se preocupen", "nadie les va a tocar su lugar". Aquí estamos amparados en la ley, los guaraníes tienen una ley y una Constitución que los ampara, que dice que las comunidades son inamovibles. Entonces cuando las autoridades nos dicen "no, nadie va a quitarles su lugar", están reafirmando que ellos son los dueños de ese pedazo de tierra y reconociendo que el proyecto va en contra de sus derechos.
¿Cuáles son los problemas de desnutrición?
Aquí hay que entender que también ellos tienen una depresión como pueblo, con preocupaciónes de no estar seguros en las tierras que viven. Eso hace de que cada vez la depresión se vaya acentuando y son más proclives a muchas enfermades. Y ahí se suma la parte alimentaria. Al tener contacto con el mundo blanco se van introduciendo nuevas alimentaciones, como la de ser, por ejemplo, tomar gaseosa en vez de tomar leche. ¿Porqué? Porque aquello es nuevo para ellos, como también nos pasa a nosotros, a nuestra sociedad regional: es como que se aprecia lo rico y no la calidad.
¿Cómo es la situación en Fortín M´bororé, la comunidad cercana?
También están pasando por una situación bastante triste y grave desde la desnutrición. Ellos tienen 230 hectáreas que son sus tierras pero tienen el problema de un rebalsamiento. Históricamente los pueblos guaraníes se distribuyen de 30 o 40 familias por cada cacicazgo y en este caso son más de 180. Además esta es una de las comunidades que más introdución de blanco tiene porque está muy cerca de la ciudad de Puerto Iguazú. Entonces ese contacto permanente con el blanco hizo que se pierdan muchas partes de su cultura, como ser las comidas originarias. Al consumir comidas o alimentos no tradicionales, que el cuerpo de ellos no está acostumbrado, se produce una mala alimentación, y esa mala alimentación es la que conlleva a la desnutrición.
¿Cuántas comunidades hay en toda la provincia?
Están registradas 57 comunidades. En el norte de la provincia hay cuatro que están muy cerca de las cataratas y esas cuatro llevan casi el 20 % de toda la población indígena de Misiones. Igualmente sabemos que los registros de las comunidades nunca son exactos, porque algunas no aceptan la convivencia o porque al ser nómades viajan mucho y no se los encuentra en sus lugares. Esos son los motivos por los que no se puede tener el dato exacto.
¿Cómo es la relación con la población "blanca" y mestiza de la región?
Aquí hasta hace poco tiempo cuando llegaba el turista y preguntaba donde había una comunidad indígena, los pobladores de Puerto Iguazú contestaban que no conocían. Hay una actitud de negación que sabemos que es propio de los mestizos, de querer negar a su propia raíz.
¿Qué les dirías a los miles de guaraníes que habitan en las ciudades y que no reconocen sus raíces?
Yo les diría que hay que mirar como ser humano. Que en este mundo que vivimos, tan convulsionado y sobre todo tan deshumanizado, hay que pensar de que detrás de cada ser hay un ser humano. Nosotros pensamos que porque una persona tenga un buen apellido, o un lugar o un espacio en la sociedad es como que sirve más que el otro. Esas son las actitudes que nos deshumanizan. Hay que pensar que detrás de una persona hay un ser humano, volver a eso, volver a las fuentes, rescatar las cosas buenas y respetar las diferencias. Yo creo que eso es nuestro peor error, que no queremos rescatar las diferencias.
En la provincia de Misiones habitan más de 8.000 hermanos del Pueblo Mbyá Guaraní. La situación en la que se encuentran va desde la marginalidad y el rechazo de la sociedad regional blanca-mestiza hasta el acoso por parte de las industrias forestales y hoteleras. En total, son más de 50 comunidades distribuídas en los departamentos General San Martín, Monte Carlo, Eldorado, Guaraní, General Manuel Belgrano, San Ignacio, San Pedro y Apóstoles. Sólamente en la zona norte de la provincia, se concentra el 20% de la población originaria.
En estas últimas semanas dos de las comunidades cercanas a la ciudad de Puerto Iguazú se encuentran convulsionadas. La Tekoa -aldea- Fortín M´bororé, una de las más numerosa de toda la provincia, está sufriendo una intensa crisis alimentaria. En este último mes murieron 3 niños por desnutrición, otros 10 se encuentran internados en "grado 3" -lo cual es considerado casi irreversible- y 20 familias están en riesgo con desnutrición en grado 1 y 2. Por otro lado, la vecina Yryapú está resistiendo los planes del gobierno provincial de expropiar su territorio ancestral para convertir las 600 hectáreas en un complejo turístico, con canchas de golf y lujosos albergues transitorios incluídos.
Morir de hambre...
La Comunidad Mbyá Guaraní Fortín M´bororé se encuentra a 20 km de Puerto Iguazú y en sus 230 hectáreas habitan casi 1.000 personas distruibuídas en 180 familias. Al contrario de Yryapú, la influencia de la cultura occidental se siente fuertemente en la vida comunitaria de la aldea. Los hábitos alimentarios han cambiado y en la actualidad se depende cada vez más de la ayuda de un estado inexistente.
Según el informe nutricional de la doctora María Teresa Alonso, quien asiste dos veces por semana a la comunidad, 100 menores de 5 años no reciben ayuda alimentaria alguna y de los 208 escolares sólo se recibe partida de comedor escolar para 160 por un valor de 40 centavos por niño.
En ese contexto, en una sola semana hubo dos casos de muerte por desnutrición. El lunes 28 de abril fallecía Cinthya Silva de dos años de edad, y el domingo 4 de mayo Susana González de un año y cinco meses.
Eran épocas de circo electoral y no mereció la tapa de ningún diario nacional. Por su lado, el diario provincial "El Territorio" -propiedad del menemista Puerta- descaradamente hacía referencia al hecho en un tono de culpabilidad hacia los mismos pobladores de Fortín M´bororé. En la misma página también se podía leer un recuadro que hacía referencia a la falta de "visión política" de los Pueblos Originarios y mencionaba el problema de la incomunicación entre las comunidades como un "fenómeno que obedece a una cuestión geográfica pero sobre todo cultural" (sic). El análisis de la responsabilidad del Estado en el aislamiento y arrinconamiento de las comunidades, o en esta situación en particular, quedó para otra oportunidad.
Hay que destacar que los niños de la aldea no son los únicos afectados. Casi la mitad de los adultos de la comunidad, entre ancianos de más de 70 años, madres embarazadas o con hijos que amamantar necesitan de contención alimentaria, según el mismo informe de la doctora.
...o por una pelotita de golf
En el caso de los pobladores de la Tekoa Yryapú, lo que más preocupa hoy no es la desnutrición -que también sufre aunque en menor medida- sino cómo resguardar las 600 hectáreas que habitan ancestralmente. El pasado 20 de marzo se hizo público el plan que el estado provincial tiene para el territorio. Canchas de golf, hoteles 5 estrellas y hasta un albergue transitorio para el fugaz viajero. Todo eso en el lugar donde supieron vivir durante siglos los originarios guaraníes, respetando a la naturaleza y cultivando sus alimentos tradicionales.
En realidad, el proyecto se viene arrastrando desde hace más de una década. Ya en 1990 los mbyá eran desalojados de su territorio, viendo con sus propios ojos cómo quemaban sus viviendas. En ese momento, sin darles ninguna explicación los trasladaron a un basural cercano, pero gracias a la lucha que dieron acompañados de distintas organizaciones regionales pudieron recuperar su territorio.
13 años después, los poderosos nuevamente acechan sobre Yryapú. Ante el pedido de respuestas por parte de los originarios, los funcionarios locales del municipio y de la provincia sólo atinaron a mandar mensajes a través de la prensa pidiendo calma a los mbyá, con la promesa de que nada va a pasar.
A su vez, el cacique Miguel Morínigo en declaraciones a "Prensa del Iguazú" remarcó que las estrategias turísticas desconocen los derechos ancestrales y jurídicos de los Pueblos Indígenas. Los mismos se encuentran avalados por la Ley Provincial 2.727, la Ley Nacional 23.302, la Constitución Nacional y el Convenio 169 de la OIT, al cual la Argentina se ha suscripto.
Por último, remarcó que así como su pueblo respeta el derecho del hombre blanco a vivir según su cultura, de igual manera se debería respetar la decisión de los originarios de vivir en armonía con el medio ambiente y según sus valores.