Fidel Castro será la vedette en la asunción
Por primera vez, Fidel Castro participará en la ceremonia de asunción de un presidente argentino.
Como contracara, Estados Unidos enviará a su secretario de Vivienda, Mel Martínez, que, eso sí, parece ser muy amigo de George. W. Bush.
El presidente de Cuba, Fidel Castro, viajará a la Argentina para participar, el domingo, de la ceremonia de entrega de mando a Néstor Kirchner. La última vez que el líder cubano visitó la Argentina fue en 1995, para la Cumbre Iberoamericana que se realizó en Bariloche. Antes, Fidel había estado una sola vez en la Capital: en 1959, cinco meses después del ingreso a La Habana, cuando la revolución aún no se había declarado marxista.
Mientras el Gobierno apuraba los preparativos del traspaso de mando, que se realizará por primera vez en el Congreso, la embajada de Cuba relativizó las versiones que indicaban que Fidel participaría de la ceremonia. "Hasta ahora no tenemos confirmación ni en un sentido ni en el otro", informó el vocero, Enrique Guzmán.
Por la tarde, Duhalde se reunió con Kirchner en la Quinta de Olivos.
Concluido el encuentro, el Presidente confirmó la llegada de Fidel. "Vienen todos los presidentes de Latinoamérica, Fidel (Castro), (Luiz Inácio) Lula da Silva y el príncipe de Asturias (Felipe de Borbón)", aseguró.
También participarán de la ceremonia, entre otros mandatarios, el venezolano Hugo Chávez, el chileno Ricardo Lagos y el uruguayo Jorge Batlle. El representante de Estados Unidos será el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Mel Martínez. Quizá para compensar el rango (de indisimulable segunda línea), la embajada informó que se trata de "un viejo amigo y colega" del presidente George W. Bush.
Pero la presencia más llamativa será la de Fidel, que visita Argentina por primera vez desde octubre de 1995, cuando viajó a Bariloche para la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. En aquella oportunidad, un cronista del programa "CQC" sorprendió a todos con una pregunta: "Comandante, ¿dónde va a ser la próxima revolución?". Fidel, cansado pero sonriente, respondió que por el momento no tenía en mente ninguna otra revolución. Y, cuando le preguntaron cuántos años de Fidel quedaban, contestó: "Eso nada más lo sabe Jesucristo, allá en el Cielo".
Antes, Fidel había estado una sola vez en la Capital. Fue en mayo de 1959, cinco meses después del triunfo de la revolución, cuando visitó la Argentina en el marco de una primera gira latinoamericana. Habló en el rectorado de la UBA, en Viamonte al 400, con Arturo Frondizi a su lado. "Aún no había declarado el carácter marxista de la revolución, por lo que en aquel momento lo apoyaban muchos: los gorilas, algunos peronistas, aunque la posición oficial del PJ había sido cauta, y un poco de izquierda. Me acuerdo que fue un discurso largo y que lo aplaudieron mucho", recuerda Alberto Ferrari Etcheberry, testigo presencial de la ceremonia.
En cualquier caso, la llegada de Fidel coincide con el cambio de posición de la Argentina hacia Cuba. Desde comienzos de su gestión, Carlos Menem decidió modificar la línea histórica de abstención sostenida por los gobiernos anteriores y dio instrucciones para votar en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Aunque mantenían una buena relación a nivel personal, las críticas del riojano al presidente cubano fueron una constante a lo largo de los 90. En sus dos años de mandato, Fernando de la Rúa mantuvo la posición del menemismo, que recién cambió hace un mes, cuando Duhalde optó por volver a la abstención. Kirchner apoyó aquella decisión, y ahora se dará el gusto de contar con Fidel en la ceremonia del domingo.
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