Argentina y Paraguay: gana el continuismo.
Isaac Bigio.
ALAI-AMLATINA, 28/04/2003, Londres. El Domingo 27 de mayo 2 de los 4 miembros del MERCOSUR realizaron elecciones presidenciales. Los ganadores pertenecen al partido oficialista.
En Argentina sólo se votó por el ejecutivo y será necesaria una segunda vuelta (el 18 de mayo) para dirimir entre dos aspirantes peronistas: Carlos Menem, el ex presidente que rigió toda una década (1989-99), y Néstor Kirchner, delfín del actual presidente Eduardo Duhalde.
En Paraguay se eligieron a los 45 senadores, 80 diputados y 17 gobernadores. Los colorados se han mantenido en el poder, desde el cual nadie los ha sacado desde 1947, aunque no han conseguido una mayoría parlamentaria. Nicanor Duarte obtuvo el 37% superando en alrededor del 15% a sus otros dos inmediatos contrincantes.
Duarte ha prometido que los colorados no sólo seguirán siendo el partido que a escala mundial está más tiempo interrumpidamente en el poder, sino que sobrepasará un siglo gobernando Paraguay.
Sostiene que los colorados son una religión civil en la cual milita la mitad de la población adulta, mientras que 'la oposición no tiene gente'.
En Argentina los peronistas serán re-electos y sus tres candidatos han amasado al 60% de los votos. El único partido que siempre les competió electoralmente (los radicales) ha naufragado.
Duarte plantea mantener empresas públicas y que fortalecerá el MERCOSUR integrándolo al Grupo Andino queriendo hacer un bloque sudamericano. Menem, ganador de la primera ronda argentina, es un privatizador a ultranza que pone más énfasis en el ALCA que en pactos económicos sudamericanos. Kirchner se enmarca en continuar la política económica de impulso a la producción nacional y exportaciones, y apunta a tener una mejor relación con MERCOSUR que una eventual administración menemista.
Tanto los colorados como los peronistas tienen en su historial muchas acusaciones de corrupción. Si Menem no volviese a la Casa Rosada podría regresar a una casa de reclusos si prosperan los juicios en su contra. Kirchner, afirma que él no tiene antecedentes morales y al igual que Duarte dice que será duro en la moralización.
Kirchner querrá movilizar al voto de rechazo contra Menem, a quien sus enemigos lo acusan de haber hecho un gobierno entreguista. Menem, en cambio, le acusa de que mantendrá la misma línea blanda ante los 'piqueteros' y una similar política económica que no impulse enérgicamente la inversión extranjera.
* Isaac Bigio. Analista Internacional.