Quilmes, el sabor de la explotación
Grupo Alavío, setiembre de 2003
Fuente: Pablo Kilber
Durante dos jornadas, el 25 y 26 de setiembre de 2003, el Frente de Unidad Obrera y Popular mantuvo bloqueados los accesos de entrada y salida de la planta cervecera Quimsa S. A. que elabora, entre otras, la marca Quilmes. Esta medida de fuerza se realizó con el objetivo de exigir la creación de nuevos puestos de trabajo y la incorporación de compañeros a la planta permanente de la fábrica.
La acción directa rescata dos tradiciones de la lucha de clases. Por un lado la de reivindicar como trabajo genuino aquel que contemple las conquistas históricas de la lucha obrera por mejores condiciones de trabajo, avasalladas por las medidas de flexibilización laboral. Se incluye también en el reclamo la prohibición de nuevos despidos, la reducción a 6 horas de trabajo máximo por jornada, con reparto de puestos de trabajo y sin reducción salarial, como la recomposición salarial que mejore el alicaido ingreso de los trabajadores.
Por otro lado se retoma la práctica de las organizaciones de desocupados que hicieron del corte total de rutas una herramienta de resistencia contra el hambre y la explotación. Historicamente las medidas de fuerza de la clase trabajadora apuntaron a paralizar o entorpecer el circuito de la mercancía al interior de los procesos de producción. El trabajo a reglamento y los quites de colaboración, la huelga, el sabotaje, la toma de fábricas, etc. fueron algunas modalidades que asumió la lucha sindical. A partir de la gran desocupación que existe desde mediados de los años noventa se generaliza como forma de lucha el corte de rutas, que impida la transformación en mercancía de los productos en tránsito hacia los mercados. Expulsados de sus puestos de trabajo, los trabajadores desocupados crean esta modalidad que bloquea la etapa de comercialización. Toma las calles y las rutas como su legitimo lugar de resistencia y acumulación de fuerza para negociar las nuevas condiciones de la distribución del ingreso.
Los interlocutores
Por lo general, las empresas afectadas a los cortes, a pesar de la responsabilidad directa que tienen en la supresión de los puestos laborales, usaron el régimen de representación política para solucionar los conflictos. Ausentes los sindicatos, pues es de destacar que ninguno de los gremios existentes tuvo una política de contención u organización de los trabajadores despedidos de sus empresas, ramas u oficios, se dio por descontado que el estado nacional o las provincias debían cumplir el rol de interlocutores y responsables de subsanar estos temas. Así se logra conseguir como respuesta parcial una serie de subsidios del aparato estatal que funcionaron encubiertos como contraprestaciones en trabajo simbólico. Esto provisoriamente contuvo los estallidos sociales al amparo de un sofisticado sistema de control social. Ante el terror de los reclamos espontaneos, utilizaron a las propias organizaciones de desocupados como interlocutores de la protesta y con esto el estado se aseguró tener con quienes negociar condiciones del reparto de la asistencia social para aminorar la crisis. Mantuvieron como requisito el disciplinamiento de los miembros de las organizaciones para que nadie sacara los pies del plato. Y eligieron a las organizaciones y personas mas permeables a dialogar en los términos del estado y de la patronal, para mostrarlos a través de los medios de comunicación como los "piqueteros buenos", instaurando una nueva versión del la teoría de los dos demonios usada a fines de la dictadura militar, para denostar a los luchadores sociales y equipararlos con los represores del estado. También a través de los subsidios de desocupación encubiertos en planes de trabajo, se mantuvo a raya los indicadores estadísticos, de por si engañosos por lo limitado de sus construciones. Solo se considera desocupado aquella persona que no posee ingresos salariales y sistematicamente busca empleo una cantidad de horas por semana. Lo que deja afuera muchos trabajadores que ante la falta de perspectivas dejaron de buscar empleos o que poseen ingresos mínimos de actividades informales. No obstante las tasas de desocupación no dejaron de subir durante mas de cuatro años seguidos hasta llegar a niveles nunca alcanzados, incluso en la crisis mundial del capitalismo de la década del treinta.
La pelea por la torta
La crisis financiera y la salida de la convertibilidad con la devaluación hace estallar los precios de bienes y servicios en diciembre del 2001. La presión del mercado por la sobreoferta laboral, no permite practicamente renegociación de contratos y genera una traslación de ingresos directa desde los trabajadores hacia los sectores patronales. Según la canasta de bienes que se establesca como parámetro, el ingreso de la clase trabajadora cayó en pocos meses entre un 80 y 150 %. Sin recomponer el valor de compra de los ingresos de los trabajadores, el ilegítimo gobierno provisorio del presidente Duhalde (2002-03) multiplica la asistencia social vía aumento de cantidad de subsidios. Estos subsidios tienen un origen de financiamiento que viene por un lado de la multiplicación por cuatro o por tres de los dólares de créditos del Banco Mundial a tales efectos. Y otra fuente es el aumento de la recaudación impositiva que graba el consumo de los propios trabajadores. Es de aclarar que si bién los capitalistas también consumen y por lo tanto son sujetos imponibles de tributar, la propensión al consumo de los mismos es sumamente inferior a quienes tienen ingresos monetarios entre 5 y 7 veces por debajo de la canasta familiar mínima y por lo tanto un consumo proporcionalmente muy superior (mayor aún a su ingreso).
Objetivo enemigo
Aun en la crisis económica hay quienes se benefician acelerando el proceso de concentración y centralización del capital. Durante los diez años de la convertibilidad muchas empresas, por constituir monopolios u oligopolios obtuvieron tasas de ganancias en dólares extraordinarias (muy por encima de "tasas normales" de mercado). La absoluta falta de regulación para la importación o exportación de capitales hizo que se expandieran preferencialmente por mercados de paises limítrofes. Así contaron com marcos regulatorios antimonopólicos inexistentes, con flexibilización laboral asegurada y con salarios reales en caida.
Una de las empresas que tuvo estas prácticas fue justamente Quimsa S. A. Con presencia en Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y Venezuela junto a su socia Amber de Brasil concentra mas del 50 % del mercado de bebidas de Sudamérica y es la tercera productora del mundo de este rubro.
Lugar donde tomaron control accionario de empresas de la competencia, lugar donde cerraron establecimientos o cumplieron con procesos de "racionalización" de costos (reducciones salariales y despidos).
Hoy después de la devaluación los beneficios los cosechan por uno de los salarios mas bajos de la historia argentina y por cierta reactivación del mercado interno.
La planta bloqueada, historicamente empleó alrededor de cinco mil trabajadores. En la actualidad no llegan a trecientos con una producción varias veces superior. Tal milagro de productividad no es otra cosa que un aumento exponencial de la tasa de explotación que tiende hacia el infinito.
Negociaciones
Los compañeros que llegan por la avenida Vicente López hasta la esquina de 12 de Octubre en la ciudad de Quilmes, cortan rapidamente los accesos de camiones de la planta. Se queman gomas y se forma una linea de piqueteros que garantizan la seguridad de las familias que se ubican al interior del corte. Alrededor de mil personas reclaman en la entrada principal, donde funcionarios de la empresa se asoman a ver qué pasa. La policía, que tiene un destacamento justo enfrente de la puerta de la fábrica, desde el primer minuto intenta controlar la situación pero es desvordada por la firmeza de los compañeros y lo contundente de la multitud. Pronto invitan a dialogar, aceptando la condición que toda negociación sea afuera del establecimiento. Les urge destrabar el conflicto porque cada minuto que pasa es pérdida para los camiones que quedar atrapados adentro de la fábrica y para los que se empiezan a agolpar en las calles lindantes a la espera de carga o descarga. Cuando los representantes de las organizaciones que componen el Frente presentan la lista de reclamos, la respuesta es que vuelvan dentro de diez días. Por supuesto que esto no se acepta. A la hora, una nueva propuesta que incluye computadoras y algunos otras bienes mas, pero no trabajo, porque la empresa no tiene, según ellos, planeado crear nuevos puestos.
Durante casi dos días se sostiene el corte. Ante la lluvia y el frío, las constantes provocaciones de la policía, las amenazas de desalojo y el febril trabajo adentro de la fábrica por destrabar una entrada alternativa que no se había podido bloquear, cada compañero se mantuvo firme en su puesto.
Comunicación para la acción
Cumpliendo con la política de contar con medios propios de comunicación se realizó una experiencia nueva y potente. Se colocó un transmisor de TV que emitió una señal de aire en canal 5 con programación especialmente preparada. Se pusieron al aire en vivo y directo materiales documentales y los acontecimientos del corte de ruta.. Los vecinos se fueron enterando paradógicamente de la existencia de la señal por los propios medios de la burguesía presentes que informaron sobre esta práctica. Esta experiencia tuvo como objeto intentar contrarrestar la desinformación de los medios comerciales y ganar la simpatía de los vecinos, muchos de los cuales tienen algún vínculo con la empresa bloqueada. Los compañeros expresaron con sus propias palabras los motivos de la lucha y dieron una versión de primera mano sobre los objetivos de esta acción.
Otra modalidad de comunicar fue la de volantear a vecinos y trabajadores, con un texto con las explicaciones de la acción. Un momento tenso fue la entrada de trabajadores de las 6 de la mañana cuando un grupo de compañeros se acercaron a la puerta de la fábrica para hacer un piquete y repartir el volante y fueron desalojados por la infantería de la policía provincial.
El final
Cumplido el plazo previsto en la planificación del corte y considerando muy positivo el saldo de la actividad por haberse instalado publicamente la necesidad del debate sobre el trabajo digno y genuino. Disminuida la efectividad de la acción puesto que los camiones desde la mañana del 26 habían lentamente empezado a salir por una puerta lateral. Las organizaciones resolvieron retirarse y aceptar una propuesta de la empresa de entregar para las organizaciones computadoras y elementos de infraestructura para los comedores. Los funcionarios de la empresa plantearon que lo harían por medio de la municipalidad para que nadie se entere y así no tener una catarata de reclamos en la puerta, lo que se rechazó por considerarlo un argumento que solo sirve para dividir la clase obrera. Sobre la exigencia de trabajo genuino las organizaciones pusieron en claro que no dejarían de luchar. En la desmovilización la infantería intentó detener y persiguió por varias cuadras a los últimos compañeros en retirarse, que finalmente pudieron eludirlos.
Quilmes Rock Festival
Al mismo tiempo que se realizó la acción ocurrieron varios hechos significativos:
- Se nombra ministro de "seguridad, justicia y derechos humanos" de la provincia de Buenos Aires al reconocido represor Juan José Álvarez, que tiene como triste antecedente ser el uno de los responsables de la masacre del Puente Pueyrredón, el 26 de junio del 2002.
- Se reprime en La Plata a manifestantes de la CTD Aníval Verón que reclamaban por subsidios de empleo.
- Se reprime en la Ciudad de Buenos Aires a miembros de varias organizaciones que acompañaban el reclamo por mejores condiciones de trabajo de los empleados de subterraneos y exigían trabajo genuino a través de la reducción de horas por jornal, bloqueando las boleterías de la empresa. Hubo alrededor de diez compañeros detenidos.
Luego de cerrar acuerdo con el FMI y de salir victoriosos en las eleciones de los dos distritos mas importantes del país (provincia y ciudad de Buenos Aires), viene la etapa en que el gobierno de las "esperanzas y espectativas" se saca la máscara. Como se dice desde hace tiempo. El modelo solo cierra con represión. Para esto se empieza a crear ánimos contra los sectores que reclaman. Se acusó de provocaciones e intentos de subvertir el orden tanto desde la derecha mas reaccionaria como el diario La Nación y Grondona, como desde el progresismo de ex militantes del campo popular quebrados como Pasquini Durán, de Página/12, que no ahorra amenazas y dice entre otras cosas: son "escuadras minoritarias dedicadas a montar provocaciones, con el rostro enmascarado y el garrote en la mano". "Trabajan para la derecha, aunque se crean revolucionarios de izquierda porque excitan en el ánimo social el deseo de orden a cualquier costo, para luego envolver a todos los demás en la solidaridad con las eventuales víctimas de ‘la represión’." (sábado 27 de setiembre de 2003).
Como una primera conclusión queda claro que no van a tolerar que se afecte "la propiedad privada" de los dueños del poder, de los que se enriquecieron mientras la mayoría empeoró significativamente su condición de vida a extremos nunca vistos en el país. Es más, pensamos que la coyuntura de primavera democrática terminó. Los reclamos ya no serán un paseo y vuelta a casa como hasta ahora. Por esto, las organizaciones sociales que tengan un mínimo de oído puesto en las necesidades de los compañeros deberán prepararse en consecuencia. Ante la represión del estado incrementar todos los recursos de la autodefensa, siendo cada día mas firmes en el reclamo por todos nuestros derechos.
Grupo Alavío, setiembre de 2003.