SANTIAGO: LA MUERTE INVADE CAMPOS
36.000 hectáreas de montes están en peligro de ser aniquilados en la tradicional zona denominada Sotelos, al noroeste de la provincia de Santiago del Estero.
Los pobladores de estos campos están siendo hostigados con todo tipo de acciones violentas para expulsarlos de sus propiedades. Los atacantes son empresarios, quienes envían a sus hombres, armados, para desmontar con grandes máquinas áreas que desean destinar al cultivo de soja o algodón.
Por Julio Carreras (h)
El sábado 19 de octubre de 2002 Marcelo Frías despertó en medio de la noche por el ruido de las máquinas. Sin pensarlo mucho salió al campo, absolutamente desarmado. Durante siglos su familia había habitado aquel lugar, lo conocía como a la palma de su mano.
A unos dos kilómetros de su vivienda, se encontró con las máquinas topadoras, que a gran velocidad echaban abajo los pequeños árboles de la franja que habían elegido para abrir una "picada". Reconoció a quien los comandaba: se llama Arturo Antonini, un empresario agrícola de la ciudad de Tucumán. Lo interpeló en el acto, ordenándole parar la invasión, pues los terrenos que pisaban pertenecían a una propiedad comunitaria.
Antonioni le dijo que se apartara, y le señaló hacia atrás: allí había un grupo como de diez hombres fuertemente armados, con escopetas y revólveres de grueso calibre.
Esta narración consta en el expediente Nº 639/02, en denuncia penal interpuesta ante el juez del Crimen de Termas de Río Hondo, Rolando Pettinichi. Firman esta denuncia 10 jefes de familia de la Estancia Los Sotelos, que padecieron incursiones semejantes. Los patrocina el abogado José Ramón Cuevas.
El juez Pettinichi falló a favor de los pobladores, dictando -con fecha 19 de junio de 2003- una medida de No Innovar, mientras se sustancia la causa.
Previamente, y ante los primeros hechos denunciado, había cursado a los invasores la orden de abandonar los campos, con sus máquinas. Pero salvo una retirada presurosa en los primeros días, los poderosos empresarios que utilizan esta estrategia ilegal de ocupación regresaron. Ahora continúan desmontando amplias áreas de esta propiedad. Es que al parecer cuentan con altos protectores a nivel gubernamental, e incluso la complicidad de la policía de la zona.
Los Sotelos En la Vieja Estancia Sotelos viven cientos de personas, descendientes de los pobladores originales, a quienes fue adjudicado este territorio en 1680.
Ellos viven humildemente del cultivo diversificado y la cria de animales. El espacio vital es compartido, ya que sus propietarios originales han dejado este espacio abierto para el uso de toda la comunidad.
El condominio, de 36.000 hectáreas, se ubica en los departamentos Río Hondo y Jiménez, al noroeste de la provincia de Santiago del Estero. La historia de su posesión está perfectamente documentada y es la siguiente: En 1680, se otorgó esta fracción al capitán J.J. de Sotelos, "siendo sus linderos al Norte la merced de Tenene y Tres Cruces, al sur el Río Dulce, al este la merced de Juárez y al oeste la merced de los Gallardos" -según consta en Cédula Real. Luego del fallecimiento del capitán Sotelos se dividió el campo en dos partes iguales, que fueron entregados a sus dos únicos hijos en propiedad. Esta división se mantiene hasta el día de hoy, denominándoselas Lote Uno y Lote Dos. Los principales pobladores de estos lotes son descendientes directos de los hijos del hidalgo español. Pese a estos títulos, se trata de gente humilde, con hábitos sencillos y dedicados a labores agropecuarias. Ellos sólo aspiran a vivir en paz, conservando sus hábitat natural.
Desde muchas generaciones atrás se destinó estas inmensas tierras al uso común. Su cultivo y aprovechamiento es libre, siempre que sea en medidas racionales. Desde el siglo XVII no surgieron problemas jamás y hasta el año 2002 el inmenso monte natural, con sus especies de todo tipo de animalitos que lo pueblan, se conservó intacto.
Es que estos habitantes absorbieron además la cultura aborigen, mixturándola a su acervo español. Los mitos regionales indican la protección del bosque, el respeto por los animales, la mesura en el uso de los recursos que provee la naturaleza.
Las tácticas de los invasores Tanto Antonioni como Budeguer -ambos empresarios tucumanos- utilizan una táctica aviesa para ocupar los campos comunitarios. Es la del "encierre", utilizada por otros depredadores agrícolas en muchos sitios de Santiago del Estero, asesorados por venales ingenieros y otros técnicos.
La táctica del "encierre" consiste en comprar pequeñas fracciones de tierra en un lote de mayor amplitud.
Estas fracciones -45 hectáreas, 120 hectáreas-, adquiridas en cantidad de cuatro o cinco, rodean o encuadran el terreno mayor que se aspira usurpar.
Tomando como vivac estratégico estas propiedades, los usurpadores primero desmontan e instalan galpones, maquinarias, viviendas de campaña, etcétera, montando una base operativa en el lugar. Desde allí, luego, se lanzan con poderosos equipos a desmontar y posteriormente alambrar para anexarlas, cantidades crecientes de tierras que van incorporando a su propiedad. Hasta llegar a completar el cerco. Y si tienen éxito, con la adquisición de menos de 100 hectáreas suelen hacerse de 5.000, 10.000, o más (como en este caso, en que aspiran a 36.000) Tienen recursos económicos suficientes para ello y pueden emplear cientos de peones (a quienes contratan por sumas miserables), manejando incluso alta tecnología satelital para la determinación de sus objetivos y sus comunicaciones. Lo han hecho en varios lugares de nuestra provincia, y lo continúan haciendo. Esta vez le tocó a Los Sotelos.
Por cierto, nada de esto sería posible sin la complicidad de la policía, jueces de paz y otros, funcionarios gubernamentales, legisladores, burócratas administrativos, etcétera. Mientras los reclamos de los humildes pobladores -con frecuencia semianalfabetos- se estrellan contra una maraña inextricable, a miles de kilómetros de distancia pues no existen delegaciones administrativas del Estado en su zona, los invasores consiguen "posesiones provisorias" u otros beneficios con la velocidad de la luz, desde los cómodos bufetes de sus abogados en la ciudad.
Embajadores de la muerte Los invasores, para ganar tiempo, muchas veces queman el monte con todo lo que tiene adentro, aniguilando además numerosos animales de todo tipo, pequeños y grandes. Su propósito es cultivar lo que rinda mayor beneficio en el más corto plazo, sin importar las consecuencias. Ellos no son de aquí, jamás vivirán en esta tierra e incluso generalmente no la conocen: envían a personas contratadas o agricultores pequeños que trabajan para ello.
Un ejemplo concreto es el del gran magnate Soros, que el año 1999, ante la necesidad de algodón de sus fábricas en Europa, adquirió miles de hectáreas en el límite entre Santiago del Estero y El Chaco. Allí vino en su nombre un portugués, que vestía con botas de cuero y sombrero al estilo cangaceiro. Este personaje, usando una gavilla de mercenarios europeos y un ejército de peones, mandó quemar todo el bosque de ese inmenso territorio, cuyos árboles pertenecían a especies rarísimas, y que en algunos casos demoran 200 años en alcanzar su edad mayor. Miles de animalitos salían huyendo del cruel incendio (otros miles seguramente fueron achicharrados adentro). El generoso portugués mandó a cientos de peones a la caza y remate de los pecaríes, guasunchas (especie de cervatillos) y otros animalitos, "regalándoselos" para alimento de esa pobre gente, sus empleados por algunos meses.
Un fallo favorable El juez de Las Termas de Río Hondo, Santiago del Estero, Dr. Federico Pettinichi, ha confirmado las razones de los humildes campesinos que habitan el lugar. Él ha ordenado a los intrusos abandonar con sus máquinas los terrenos comunitarios que estaban desmontando. Pese a ello, la acción de los deprededadores continúa, con el apoyo de la policía local, pues disponen de gran poder económico. Ellos han insinuado que también de contactos con el gobierno de la Provincia de Santiago del Estero que los protegen.
Los pobladores de la zona quieren iniciar un proyecto racional de protección del bosque y desarrollo de las especies locales de árboles, algunos de ellos únicos en el mundo.
Para esto se ha solicitado a la Universidad de Santiago del Estero, a través de su Facultad de Ciencias Forestales, el envío personal técnico a la zona. Ello para elaborar un Proyecto de Producción, "que partiendo de las características propias de la Estancia Sotelos y potenciándolas, beneficie a todos los pobladores", según manifiesta la nota presentada.
Los legítimos pobladores de Los Sotelos se proponen: "desarrollar la masa forestal nativa, a través de proyectos locales de bosque nativos y su enriquecimiento con especies forestales de algarrobo blanco, quebracho blanco, guayacán, itín; "[...]incentivar la cría de ganado criollo, seleccionando planteles locales en vacunos, caprinos y yeguarizos; "[...]desarrollar un proyecto apícola con la base del monte natural que permita una miel diferenciada.
"Tal proyecto piensa en plural, en la búsqueda del beneficio común de todos los pobladores, y lógicamente es lo contrario del proyecto individual de `salvación´ elegido por unos pocos pobladores, de vender sus lotes para favorecer un esquema indiscriminado de desmonte, para producción de granos, que será rentable durante cinco años, y que degradará los suelos, con mínima inserción de mano de obra, ya que todo es mecanizado" (fragmentos de la presentación ante la UNSE).
Más información: Julio Carreras (h) Periodista Tel. 054 385 439 0793
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julio-h@argentina.comJosé Ramón Cuevas Abogado Tel. 054 385 156 88 4205
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Defensa de los Derechos Humanos, del Consumidor y de los Trabajadores