De la politica al marketing
Raúl Zibechi*
El lugar de nacimiento marca la vida. Aunque luego la vida se autonomice de
aquel lugar, lo llega consigo o, en caso contrario, suele perderse el rumbo. El
Partido de los Trabajadores del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, nació en
la región industrial de San Pablo conocida como ABC, enclave de la industria
automotriz. Sao Bernardo, es la cuna del sindicalismo clasista de los 70, que
parió a la central de trabajadores (CUT) y al propio PT.
En la primera vuelta de las recientes elecciones municipales, el partido de Lula
creció en todo Brasil desde el 11% hasta el 17%, coinvirtiéndose así en el
partido más votado, seguido muy de cerca por la socialdemocracia (PSDB) del ex
presidente Fernando Henrique Cardoso. Pero en la región industrial de San Pablo,
registró un retroceso importante, en particular en las grandes concentraciones
obreras. En Sao Bernardo (750 mil habitantes), el PT alcanzó en las municiples
de 2000 el 35% de los votos, pero ahora llegó apenas al 22%, pese a que el
candidato a alcalde, Vicentinho, amigo personal de Lula, fue vicepresidente de
la CUT. En Campinas, la mayor ciudad del interior del estado paulista, con más
de un millón de habitantes, el descablaro fue mayúsculo: en 2000 el PT consiguió
el 39% de los votos en la primera vuelta y se alzó con la alcaldía en la segunda
con el 60%. El 3 de octubre, apenas llegó al 21%, y no consiguió siquiera pasar
a la segunda vuelta. En Piracicaba (350 mil), pasó de ganar la alcaldía, en
2000, con el 52%, a no poder disputar la segunda vuelta al recibir sólo el 25%;
y en Sao José dos Campos (560 mil habitantes), el declive fue "sólo" del 36 al
32% entre ambas elecciones municipales.
En la capital del estado, San Pablo, la ciudad más poblada de Brasil y el tercer
presupuesto del país, la alcaldesa petista Marta Suplicy difícilmente consiga
vencer al socialdemócrata José Serra, derrotado por Lula en las presidenciales
de 2002. Cuando faltan apenas dos semansas para el segundo turno, que se
realizará el 31 de octubre, las encuestas otorgan entre 10 y 12 puntos de
ventaja para Serra, con lo que el PT perdería el gobierno del municipio estrella
del país.
El otro enclave histórico del PT es la emblemática ciudad de Porto Alegre,
capital del sureño estado de Rio Grande del Sur y sede el Foro Social Mundial,
vitrina internacional del partido de Lula por su gestión del "presupuesto
participativo". La ciudad es gobernada por el PT desde hace 16 años. En 1996,
Raúl Pont ganó en primera vuelta con el 52% de los votos; en 2000, Tarso Genro
obtuvo en primera vuelta el 48,7% y ganó en segunda. Ahora Pont, nuevamente
candidato a ocupar la alcaldía, alcanzó el 37%, el peor resultado desde que el
PT ganó el municipio, y deberá disputar una segunda vuelta con José Fogaça, del
PPS. En tanto, las encuestas oscilan entre el empate técnico y derrota del
petista. Para evitar lo que sería una deblace de proporciones, la candidatura de
Raúl Pont (miembro de Democracia Socialista, ala izquierda del PT, y ligado al
Secretariado Unificado de la IV Internacional), contrató los servicios de Duda
Mendonça, uno de los principales publicistas brasileños. Mendonça ideó el lema "Lulinha
paz y amor", que catapultó a Lula a la presidencia, pero difícilmente consiga
maquillar algunos retrocesos notables en la última gestión municipal de Porto
Alegre: el avance de la especulación inmobiliaria con el visto bueno del PT, la
creciente privatización de sectores de la salud pública municipal, aumentos de
tarifas que benefician a los empresarios del transporte público que suelen
financiar las campañas electorales en la ciudad.
Este retroceso en los bastiones históricos del PT, donde residen las bases más
politizadas y mejor organizadas del partido, merece una explicación que vaya más
allá de la mercadotecnia electoral. Una de las claves es la estatización del PT.
"Con el PT en el gobierno lo que está sucediendo es parecido a lo que se dio en
las experiencias socialistas. La apariencia es de una ocupación total del Estado
por el partido, pero mirando más de cerca, el fenómeno real es el opuesto: el
partido se disuelve en el Estado y en el gobierno. Las razones de Estado se
imponen siempre por sobre la función del partido en el sistema político",
asegura el sociólogo Francisco "Chico" de Oliveira, en un reciente trabajo
titulado, emblemáticamente, "El momento Lenin".
Chico de Oliveira, además de ser uno de los sociólogos más importantes de
Brasil, figura entre los fundadores del PT hace ya 25 años. Este año figura
también entre los fundadores del Partido Socialismo y Libertad (P-SOL), creado
por los cuatro parlamentarios expulsados por no haber votado la reforma
previsional que aconsejó el FMI y que el PT nunca quiso aprobar mientras fue
oposición. Es autor de uno de los análisis más penetrantes sobre la formación de
una "nueva clase" en Brasil ("El Ornitorrinco"), como consecuencia de la
coadministración por los sindicatos de los fondos de pensiones, lo que coloca a
algunos de sus dirigentes, actuales ministros y altos cargos, en el principal
lugar de acumulación y financierización, que no existe ni subsiste sin el
Estado.
En un período caracterizado por la descomposición de las bases clasistas que
dieron vida al PT, Oliveira ve en "la estatización de la política el sustituto
de la hegemonía". Con el riesgo adicional de que la institucionalización recaiga
en formas de "totalitarismo", poniendo como ejemplo al PRI que, en su opinión,
fue pionero en la "estatización de los partidos revolucionarios en la
periferia". La transformación de la política en marketing parece ser funcional
al abandono de la lucha por la hegemonía, que marcha parejo con la enajenación
de aquellas bases y lugares sociales que dieron vida a uno de los proyectos más
esperanzadores de la izquierda latinoamericana.
* Publicado en La Jornada, 18 de octubre de 2004.