Movimiento Sin Tierra
La reconstrucción de la dignidad humana
Raúl Zibechi
Mientras otros movimientos sociales se debilitan ante la llegada al gobierno
de fuerzas progresistas o de izquierda, que suelen "arrebatarles" sus banderas
históricas y poner en cuestión su autonomía, el caso del Movimiento de
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, es completamente opuesto. En
los dos años del gobierno Lula no ha dejado de fortalecerse, al punto que hoy
más acampados que nunca en los veinte años que lleva trabajando por la reforma
agraria y por la organización de los más pobres.
Bernardo Mançano Fernandes, geógrafo y asesor del MST, autor de varios libros
sobre el movimiento más importante de América Latina (entre ellos "A formaçao do
MST no Brasil", editoria Vozes, 2000, imprescindible para comprender la historia
del movimiento), sostiene en esta entrevista que "el proceso de
territorialización es un triunfo del MST" y que "el movimiento se reproduce en
la conquista de la tierra".
- ¿Cómo definiría la actual política del gobierno Lula hacia el sector
agropecuario y hacia los campesinos sin tierra? - En Brasil tenemos dos ministerios que se ocupan del desarrollo agrícola:
uno es el Ministerio de Agricultura que se preocupa de la agricultura
capitalista o agronegocio; el otro es el Ministerio de Desarrollo Agrario que se
dedica a la agricultura campesina y a la reforma agraria. Los grandes
propietarios rurales "eligieron" al primero, que defiendo los interese del
agronegocio, o sea, no hubo ningún cambio de política con el gobierno Lula,
respecto al de Fernando Henrique Cardoso que, además mantuvo la misma política
que los gobiernos de la dictadura militar.
Los grandes propietarios se quedan con el 90 por ciento de los recursos para
inversiones en la agricultura. Por otro lado, el Ministerio de Desarrollo
Agrario queda con apenas el 10 por ciento de los recursos. En 2003 participé del
equipo que elaboró el II Plan Nacional de Reforma Agraria, con el objetivo de
asentar un millón de familias durante el gobierno Lula, pero el plan no fue
aceptado por el gobierno, que presentó una propuesta de asentar 530 mil
familias. En 2003, el gobierno apenas asentó 38 mil familias y, en 2004, hasta
el mes de noviembre asentó apenas 44 mil.
Con este ritmo, el gobierno Lula no conseguirá sentar ni siquiera las 530 mil
familias que prometió. Los movimientos campesinos, en especial el MST, están
realizando ocupaciones de tierras todas las semanas. Hay alrededor de 200 mil
familias acampadas. Pero esta forma de presión no está siendo suficiente par que
el gobierno atienda las demandas de las familias sin tierra. Ante esta realidad,
no hay duda, que la política del gobierno mantiene el carácter de una política
compensatoria, de acuerdo con lo exigido por el Banco Mundial y el por FMI.
-¿Cuáles son las razones por las cuales la reforma agraria marcha de forma
tan lenta? -Son dos razones: una porque las organizaciones multilaterales ( Banco
Mundial y FMI) que son las que determinan la política interna, sólo aceptan la
reforma agraria como política compensatoria, o sea atender parcialmente las
presiones de los movimientos campesinos para evitar conflictos mayores. Otra
razón es que el propio gobierno Lula no cree en la reforma agraria como una
política de desarrollo territorial, que pueda cambiar la estructura fundiaria,
la estructura de la población y de poder. y promover otra política para la
agricultura. Los partidos políticos brasileños tampoco tienen propuestas ni
emprenden acciones para defender la reforma agraria. Ellos apenas responden a
las presiones de los campesinos sin tierra.
- Usted ha señalado que para el MST el principal enemigo ya no es el
latifundio sino el agronegocio. ¿Esa definición no supone un enfrentamiento de
hecho al gobierno petista, en la medida que el agronegocio tiene lugar
importante en el gabinete Lula y en su política económica?
-La modernización tecnológica de la agricultura y la globalización crearon una
nueva realidad. Grandes empresas transnacionales están invirtiendo en Brasil y
están aumentando la producción y la productividad, al mismo tiempo que eliminan
empleos y expropia a los campesinos. El gobierno Lula no va a interferir en ese
proceso porque adoptó una política neoliberal, de modo que la cuestión agraria
en Brasil tiende a intensificar las desigualdades. No habrá otra salida para los
campesinos que no sea ocupar las tierras del agronegocio. Para tener una idea,
el agronegocio genera un puesto de trabajo cada 200 hectáreas, en tanto la
agricultura campesina genera un empleo cada 8 hectáreas. El agronegocio controla
el 80 por ciento del área cultivable, se queda con el 90 por ciento de los
recursos y produce el 60 por ciento de la producción agrícola nacional. Los
campesinos, que se quedan con el 10 por ciento de los recursos, producen el 40
por ciento de la producción nacional en apenas el 20 por ciento del área
cultivable. Con estos datos no hay duda que el agronegocio sólo interesa a los
capitalistas, porque les genera mucha riqueza y mucha miseria al país. Y parte
de esa riqueza es para pagar la deuda externa. O sea, trabajamos cada vez más
para ser cada vez más pobres. El gobierno petista está ilusionado con el
agronegocio, y la mayor parte de los intelectuales brasileños están también
ilusionados y no perciben el atraso que este modelo representa para Brasil.
-El MST parece cada vez más fuerte: cinco mil asentamientos, 200 mil acampados a
la vera de las carreteras, más de cien ocupaciones de tierras en el "abril
rojo". ¿Cuáles serán los próximos pasos del movimiento? ¿No temen que las
ocupaciones terminen por debilitar a Lula y favorecer el retorno de la derecha?
- De hecho, este es el gran dilema del MST. La derecha está esperando que
los movimientos campesinos derriben al gobierno para retornar al poder. El MST
ha sido muy cauteloso. Es la primera vez en la historia de Brasil que estamos
viviendo esta experiencia de un partido de los trabajadores en el gobierno. Por
eso todo cuidado es poco. El MST no va a frenar las ocupaciones, porque no
debilitan al gobierno. Lo que lo debilita es su propia política económica. El
MST necesita ayudar al gobierno Lula a cumplir sus metas y las ocupaciones de
tierras son una forma de hacerle cumplir parcialmente con sus promesas. Pero
reconocemos que elegir nuestro presidente no es suficiente para cambiar el país.
Es necesario ampliare la organización del pueblo y crear nuevos espacios
políticos para superar esta realidad. Nos quedan aún dos años de gobierno para
aprender a relacionarnos con un gobierno que hace poco, pero que puede mejorar
si lo apoyamos. Sin embargo, tenemos la certeza de que no es éste el gobierno
que esperábamos. Peor hace bien soñar. Nos vamos a mantener atentos para luchar
por nuestros principios y continuar intentando cambiar Brasil. Sabemos que
Brasil sólo cambiará si cambia junto al resto de América Latina.
- Uno de los aspectos más fascinantes del MST, son las nuevas formas de vida
que en los asentamientos, desde las formas de producción cooperativas hasta la
educación. ¿Hasta qué punto este tipo de relaciones "no capitalistas" se están
consolidando y expandiendo? - Sin duda, lo más hermoso que podemos observar en la lucha por la tierra es
la resocialización de las personas, la reconstrucción de la dignidad humana.
Cuando el latifundio es transformado en asentamiento, centenas de familias
construyen sus viviendas, los niños y los jóvenes van a la escuela, la familia
tiene trabajo y construye su comunidad, promoviendo el desarrollo territorial.
Con cada asentamiento conquistado, con cada cooperativa que se forma, las
relaciones de trabajo familiares o no capitalistas, se expanden y se reproducen
tanto en el trabajo como en la lucha, pues muchas de las familias asentadas
contribuyen con la formación de un nuevo grupo de familias para organizar una
nueva ocupación y conquistar un nuevo asentamiento. Y así en todo Brasil.
-Usted ha escrito sobre el proceso de "territorialización" del MST, en el
sentido de la conquista de la tierra como espacio autocontrolado por el
movimiento, desde el que se produce un salto cualitativo en la lucha por la
tierra. ¿Cree que estas "islas" sin tierra son conquistas irreversibles o será
necesaria una larga lucha para consolidarlas? - El proceso de territorialización es un triunfo del MST. El movimiento se
reproduce en la conquista de la tierra. Aún no hay ninguna garantía de
consolidación, porque el proceso de crecimiento de las desigualdades avanza más
rápido que el proceso de lucha. Muchas familias asentadas no consiguen ingresos
suficientes para tener una buena calidad de vida. La resistencia aumenta cada
vez más, porque no existen otras posibilidades de sobrevivencia. No hay trabajo,
de modo que la resistencia en la tierra ha sido la forma más eficaz de
garantizar la existencia de las familias. Vivimos en una constante amenaza de
expropiación y en un continuo esfuerzo garantizar las conquistas.
-¿Hasta qué punto el movimiento es una alternativa para el conjunto de los
desocupados de Brasil? ¿La tendencia a retornar a la tierra, por parte de
sectores urbanos excluidos, es una tendencia firme, una alternativa a la
desocupación y la alienación urbanas?
-Brasil tuvo un éxodo rural muy violento. Entre 1950 y 1980, 40 millones de
personas emigraron del campo a la ciudad. Ese fenómeno se terminó. Hoy, el
crecimiento de la población urbana es solamente vegetativo. Por otro lado, está
sucediendo una migración urbano-rural, como consecuencia de la ocupaciones de
tierra. El retorno o la ida al campo es una posibilidad de cambiar de vida. De
salir de las periferias urbanas y vivir con mayor calidad de vida. Pero ese
proceso aún es incipiente, pero puede ser motivado pro el gobierno federal. El
gobierno aún no cree que ser moderno consiste en vivir en la ciudad, no importa
cómo. Creo que la trayectoria vivida por las familias que dejaron las ciudades y
van a ocupar tierras representa una tendencia que puede incrementarse de acuerdo
con las políticas que se desarrollen. Lo interesante de este proceso es ver cómo
las familias de origen urbano consiguen buenos resultados económicos en la
producción agrícola, quebrando el mito de que hay que tener vocación par ser
campesino.
- Por último, el MST es visualizado en América Latina como un verdadero
movimiento alternativo al modelo capitalista. ¿Cree que en Brasil el ejemplo del
MST está siendo imitado de alguna manera por los sin techo y por otros pobres
urbanos? -Sin duda, el MST construyó una forma de organización totalmente nueva y ha
sido copiado por los movimientos de los sin techo. Porque ambos tienen el mismo
objetivo: luchar por la conquista del territorio. Por esa razón, la lucha por la
tierra y por la vivienda están creciendo en Brasil.