EL EJERCITO ZAPATISTA de Liberación Nacional (EZLN) cumple 22 años de lucha. No
son los mismos los zapatistas de entonces y de ahora, pero sus principios no han
cambiado. Este aniversario los encuentra metidos de lleno en una nueva
estrategia delineada en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. No se trata
de un viraje en su lucha ni de una ruptura con su historia clandestina y
pública. La Sexta es la consecuencia de una búsqueda que no termina; es
continuidad, confirmación de una lucha, terquedad; es el paso anunciado hace más
de dos décadas.
UNA DECADA DE organización clandestina y 12 años de lucha pública tuvieron que
pasar para que el EZLN se sintiera listo para salir de sus comunidades a
involucrarse de manera permanente y directa en la construcción de otra forma de
hacer política, de un programa nacional de lucha y de una nueva Constitución,
planteamientos que aunque no son nuevos en su andar, ni se hacen públicos por
vez primera, se presentan ahora con la madurez de un movimiento que tiene 22
años de aprender y reinventarse con no pocos tropiezos y dificultades.
CON LA SEXTA nace una nueva etapa de la lucha política zapatista, pero esto no
quiere decir que renieguen de su pasado, ni que, como algunos interpretan, se
hayan por fin dado cuenta de que vivieron (lucharon) en el error y ahora retoman
el camino correcto. Lo medular no cambia: su lucha es por y con los de abajo; es
anticapitalista y es de izquierda (nunca ha sido otra cosa); y, además, no los
veremos como partido político ni luchando por el poder.
EL 17 DE NOVIEMBRE de 1983 los zapatistas nacieron armados y llegan armados a
2005. Saldrán sin armas el primero de enero de 2006 a continuar su lucha
política por la vía pacífica, pero su ejército no desaparece ni entrega las
armas. En su recorrido por todo el país no se apelará a la lucha armada como
opción de cambio, pero el objetivo final sigue siendo el mismo: luchar por
libertad, democracia y justicia para todos los mexicanos.
UN RECORRIDO POR estos 22 años permite ver la coherencia y consecuencia de un
movimiento iniciado en el otoño de 1983. El EZLN explicó entonces sus propósitos
y al escuchar las necesidades y formas de lucha de los pueblos indígenas
modificó su idea de la lucha, pero no sus ideales. Ese fue el secreto. Saber
escuchar y actuar en consecuencia. Ahora el recorrido de La otra campaña no será
clandestino ni por montañas selváticas, pero la estrategia nacional e
internacional será la misma que les permitió crecer en este territorio:
escuchar, caminar preguntando.
ADEMAS DEL BAILE DE aniversario, en la comunidad zapatista de La Realidad se
habló del nuevo reto político que implica la Sexta. "Estamos dando otro gran
paso hacia fuera y nosotros como pueblos tenemos la gran responsabilidad de
seguir bien organizados aquí adentro", señalaron los integrantes del Comité
Clandestino Revolucionario Indígena. El EZLN no se desprende ahora de las
comunidades indígenas ni de su lucha diaria por la autonomía. Arranca esta nueva
etapa con ellas y con los desposeídos del planeta.