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Zapatismo

La otra campa�a

Cgh-ho Chi Minh nam

1. �Por qu� todos debemos acudir al llamado de la 6� Declaraci�n de la Selva Lacandona?

El pueblo de M�xico y sus organizaciones, estamos convocados a unirnos, a construir desde abajo una fuerza que en la pelea transforme de ra�z las cosas.

En la Sexta declaraci�n de la Selva Lacandona, el EZLN lanza la iniciativa de convocar a la unificaci�n de todos "los de abajo y a la izquierda" para hermanar nuestras luchas, acordar un programa nacional de lucha y discutir sobre un nuevo pa�s, una nueva constituci�n, as� como sobre la manera en que habremos de luchar por esa transformaci�n.

Se trata de una iniciativa dirigida a much�simos compa�eros a lo largo y ancho del pa�s, compa�eros surgidos de las luchas del pueblo aqu� y all�, que crecieron y permanecen ligados a ellas. Compa�eros que sostienen la propaganda en las �pocas de reflujo y organizan la movilizaci�n cuando �sta se abre paso; que se destacan en el trabajo y rechazan las negociaciones a espaldas de las Asambleas, reconociendo a �stas como su "m�xima autoridad". A compa�eros que hacen esfuerzos por estudiar y analizar las experiencias de lucha y por ir encontrando los puntos en torno a los cuales se anudan los problemas que aquejan a los de abajo, buscando los ejes de un programa unificador a nivel nacional.

Se trata de una iniciativa que camina en la direcci�n de unir las luchas que hoy libran distintos sectores del pueblo, todos contra el mismo enemigo pero, por el momento, cada sector por separado. Conjuntar todas las luchas del pueblo para ir formando una gran fuerza popular con capacidad transformadora.

Se trata de ir estableciendo una especie de Asamblea de todos, a trav�s de la cual, reunidos o no, se pueda ir desarrollando una discusi�n entre todos sobre qu� hacer para cambiar el rumbo del pa�s, qu� hacer para ponerle un alto a los que han convertido la explotaci�n en una especie de "derecho natural" de los poderosos sobre los de abajo.

Una discusi�n entre todos sobre qu� hacer para detener la masiva expropiaci�n del trabajo social y el arrebato irracional de los recursos naturales en beneficio de unos cuantos poderosos de dentro y fuera del pa�s. Qu� hacer para detener el desesperante �xodo de millones de entre nosotros, que privados de toda oportunidad dejan familias, historias y proyectos y encauzan todo su empuje hacia lograr abrirse paso "en el otro lado"; �xodo de impresionantes manantiales de voluntad, creatividad, ingenio y esfuerzo que podr�an jugar un importante papel en la lucha nacional; es decir, c�mo enfrentar esa v�lvula de escape a la rebeld�a de los mexicanos que los gobiernos apuntalan en el m�ximo de la miop�a y el oportunismo "econ�mico" por los ingresos en divisas que representa la "exportaci�n" de semejante masa humana.

Qu� hacer para detener el interminable golpeteo contra los derechos conquistados antes: el derecho a huelga, a la educaci�n y la salud p�blicas, a las pensiones, al uso de la energ�a el�ctrica y hasta el agua, todo, absolutamente todo puesto en la mira del capital.

Una Asamblea, en fin, en la que nos vayamos poniendo de acuerdo no s�lo en qu� es lo que hay que hacer, sino en c�mo lo vamos a hacer, y en la que nos vayamos organizando para hacerlo. En la que todos podamos tomar la palabra y en la que todos tomemos parte en las decisiones.

Hoy esta iniciativa tiene posibilidades de cristalizar, porque es una necesidad del movimiento que todos hemos sentido y porque sale de un contingente con presencia en todos los rincones del pa�s, con capacidad real de convocatoria, como se ha visto en las reuniones realizadas tras la publicaci�n de la Sexta.

Compa�eros: no es necesario ahondar en la necesidad de hacer nuestra esta iniciativa y trabajar por hacerla realidad. Se hace, entonces, urgente discutir lo que podemos hacer desde la universidad para impulsar la Otra Campa�a, as� como las formas en que habremos de incorporarnos para incidir en su desarrollo en todo el pa�s.

2. �Qu� debemos empujar en la Otra Campa�a?

Resistir y construir. No dejar avanzar a los de arriba ni un mil�metro m�s, formando con todas nuestras luchas una gran barrera de contenci�n. Pero, al mismo tiempo, ir construyendo en los hechos la soluci�n a nuestros grandes problemas, con proyectos que vayan edificando otro poder, el poder del pueblo.

Desde la convocatoria, el EZLN defini� una parte de lo que ser�a la Otra Campa�a: se trata de recorrer el pa�s, de llegar a comunidades, poblados, colonias, centros de estudio y trabajo a escuchar a la gente, a sensibilizarnos todos sobre la situaci�n que se vive en cada lugar, sobre las condiciones concretas de opresi�n y las formas que toma el enfrentamiento de los de arriba con los de abajo, as� como sobre las medidas necesarias, concretas y reales para transformar de ra�z las cosas. El an�lisis y la discusi�n son el complemento necesario para que, al mismo tiempo que se va adquiriendo una visi�n nacional de la lucha y el sentir de los distintos sectores populares, se pueda ir definiendo un verdadero Programa Nacional de Lucha.

Todos los otros aspectos de la Otra Campa�a, deber�n ser discutidos y definidos por quienes hacemos nuestra la iniciativa, en la reuni�n del 16 de septiembre que ser� la primera Asamblea de todos, y despu�s, en la medida que vayamos avanzando. Nos referimos a las formas concretas que tomar� la coordinaci�n y la discusi�n, lo que cada quien puede ir haciendo desde su propio centro de masas, c�mo ir construyendo organizaci�n e ir fortaleciendo proyectos alternativos en los que distintos sectores de masas tomen en sus manos la resoluci�n de sus propios problemas, c�mo ir socializando la informaci�n y el an�lisis, as� como las medidas concretas que permitan avanzar en la unidad real y desde abajo de los distintos contingentes.

Debemos discutir c�mo lograr que la Otra campa�a est� en el coraz�n de todas las luchas del pueblo, como la lucha que est�n preparando los compa�eros del IMSS en defensa de su R�gimen de Jubilaciones y Pensiones y, en los hechos, en defensa de las pensiones de todos los trabajadores. Nos referimos a una integraci�n real de los distintos contingentes, que pasa por la participaci�n de todos en movilizaciones, brigadas, foros y dem�s actividades; pero tambi�n pasa por comprender los puntos centrales de la pol�mica con el enemigo y distribuir propaganda deshaciendo los argumentos gubernamentales; pasa por enfrentar de la mejor manera posible las campa�as de desprestigio en los medios masivos de comunicaci�n, tejiendo una enorme red de solidaridad desde todos los rincones del pa�s.

Es indudable que ser� enriquecedor para todos el intercambio de experiencias, conocer proyectos productivos independientes, proyectos de educaci�n alternativa, de difusi�n de la cultura y el conocimiento, experiencias de asambleas comunales, de ayuntamientos aut�nomos, formas concretas de vinculaci�n y coordinaci�n entre distintos sectores, las experiencias desarrolladas por las Juntas de Buen Gobierno, etc�tera. El recorrido por los distintos rincones de nuestro pa�s debe permitir adem�s establecer los v�nculos y fortalecer los lazos que los de abajo sabemos construir. Pero tambi�n es necesaria la pol�mica y la discusi�n t�ctica y program�tica, respetando siempre los distintos puntos de vista y la autonom�a de las distintas organizaciones pol�ticas y sociales que se integren a la Otra Campa�a.

En las discusiones, todos tenemos que dar ideas sobre c�mo avanzar, buscando los puntos centrales de acuerdo para que el resultado no sea una larga lista de iniciativas dispersas, sino un verdadero plan de acci�n conjunto.

Desde la UNAM

Ponemos a discusi�n el impulsar todo lo que tenga que ver con construir, por la v�a de los hechos, otra universidad: una universidad de y para el pueblo (que es quien la sostiene). Por ejemplo, organizar y echar a andar en distintas regiones del pa�s, en coordinaci�n con estudiantes de otras universidades y con los maestros democr�ticos, proyectos colectivos de alfabetizaci�n, de divulgaci�n de las ciencias, de asistencia legal, m�dica, t�cnica y todo lo que se nos ocurra para vincular la universidad con el pueblo, apoyando sus luchas, y aprendiendo de ellas.

Al interior de la UNAM, por ejemplo, socializar y generalizar los proyectos estudiantiles lanzados desde distintos grupos y escuelas que facilitan el ingreso y la permanencia del mayor n�mero de estudiantes, sobre todo de los de m�s bajos recursos: cursos gratuitos y asesor�as para los ex�menes de admisi�n, cursos que atacan los problemas principales en la ense�anza, los que se ofrecen para estudiantes que se van rezagando en las materias. Cafeter�as y comedores organizados colectivamente, con comida de calidad y de bajo precio, sin fines de lucro, donde nadie se adue�a de ganancia alguna. Publicaciones pirata de los libros m�s dif�ciles de conseguir y de los m�s caros, as� como textos de cultura general. Abrir cada vez m�s cub�culos que ofrecen acceso gratuito a computadoras para los estudiantes, sin hacer de eso un negocio, etc.

Coordinarnos para juntos luchar por hacer valer lo que tanto nos cost� ganar con la huelga: la gratuidad real de la educaci�n y evitar la expulsi�n de aquellos a los que m�s trabajo les cuesta estudiar. Luchar por mejores condiciones de estudio para todos y por ampliar la matr�cula para favorecer el acceso de los que menos tienen a esta Universidad; as� como detener las reformas neoliberales a los planes de estudio, que responden a los intereses de los empresarios y no del pueblo.

3. La Otra Campa�a y las elecciones

Se trata de construir una alternativa de organizaci�n y lucha, independiente del Estado y ajena al proceso electoral. Pero no se trata de dejar fuera a quienes, sin perseguir hueso alguno ni actuando de mala fe, piensan votar por L�pez Obrador; eso, hoy, no debe ser algo que nos divida.

Un punto que ha creado confusi�n, es la visi�n que ha dado la prensa de que la Otra campa�a es contra L�pez Obrador, y que no puede incluir a quienes piensan votar por �l.

Sobre este tema hay dos cosas que precisar:

1) La Otra Campa�a iniciar� en momentos en que se est�n desarrollando las campa�as electorales para el 2006 y tratar� de aprovechar el ambiente de discusi�n que se genera a nivel nacional por las mismas, acerca, por ejemplo, de distintos proyectos de naci�n y las perspectivas de que las demandas populares tengan soluci�n. Pero no se plantea como una m�s de las campa�as electorales. Quienes nos hemos comprometido con este proyecto nos negamos a que la Otra Campa�a sea una arena m�s de discusi�n de quienes aspiran a ocupar uno u otro puesto en la estructura estatal ni de los partidos y organizaciones que postulan y promueven candidatos. Queremos trabajar por construir una alternativa de organizaci�n y lucha para todo el movimiento, en contra de los mecanismos de control del Estado y con absoluta independencia de �ste. En ese sentido, nos diferenciamos claramente de quienes, en los hechos, centran su acci�n pol�tica en la participaci�n electoral.

2) Lo anterior no significa que en la Otra Campa�a no quepan compa�eros que piensan votar por L�pez Obrador porque, honestamente y sin buscar ning�n beneficio personal ni puesto alguno, consideran que su llegada al poder beneficia de alguna manera al movimiento. Nosotros, no compartimos ese punto de vista y estamos en la mejor disposici�n de dar una discusi�n acerca de este punto.

El EZLN tambi�n ha dejado clara su postura de rechazo a cualquier alianza con el PRD y su candidato, y de su disposici�n a debatir con ellos, tanto en el contexto de lo que ha sido su acci�n pol�tica, como en el del programa de naci�n que plantean.

Sin embargo, creemos que ser�a un error en este momento que la l�nea divisoria se pusiera entre quienes piensan votar por AMLO y quienes no pensamos votar. Hoy no debe ser �se un punto de separaci�n porque esa discusi�n est� abierta y hay muchos compa�eros muy valiosos, en una y en otra posici�n, que han demostrado su compromiso en la lucha, con quienes se puede trabajar y construir. El EZLN tambi�n ha sido muy claro al precisar que para estar en la Otra Campa�a no se requiere estar en contra de AMLO, pero que nadie debe usar esta iniciativa como trampol�n pol�tico para ning�n candidato de los partidos, pues de lo que se trata aqu� es de la transformaci�n de la sociedad.

Por todas estas consideraciones, creemos necesario que todos los que nos sentimos reflejados en la Otra Campa�a, que queremos echarla a andar en la Universidad, debemos unirnos y organizarnos, para dar la pelea dentro de la UNAM y organizarnos para la lucha fuera de ella, por transformar el pa�s.

En la otra campa�a, los universitarios de pie �resistiendo y construyendo!
 

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