Zapatismo
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ELLOS Y NOSOTROS. V.- LA SEXTA. (Texto completo)
ELLOS Y NOSOTROS.
V.- LA SEXTA.
EJ�RCITO ZAPATISTA DE LIBERACI�N NACIONAL.
M�XICO.
Enero del 2013.
Para: l@s compa�er@s adherentes a la Sexta Declaraci�n de la Selva Lacandona en
todo el mundo.
De: Las zapatistas, los zapatistas de Chiapas, M�xico.
Compa�eras, compa�eros y compa�eroas:
Compas de la Red contra la Represi�n y por la Solidaridad:
Reciban todas, todos, el saludo de las mujeres, hombres, ni�os y ancianos del
Ej�rcito Zapatista de Liberaci�n Nacional, los m�s peque�os de sus compa�eros.
Hemos decidido que nuestra primera palabra especialmente dirigida a nuestr@s
compa�er@s de la Sexta, sea dada a conocer en un espacio de lucha, como lo es el
de la Red contra la Represi�n y por la Solidaridad. Pero las palabras,
sentimientos y pensamientos que aqu� se dibujan tienen como destinatario tambi�n
a quienes no est�n presentes. Y, sobre todo, son para ell@s.
-*-
Quisi�ramos agradecer el apoyo que han brindado a nuestras comunidades, a
nuestros compa�eros bases de apoyo zapatistas y a los compas adherentes presos
en Chiapas, durante todo este tiempo.
En nuestro coraz�n est�n guardadas sus palabras de aliento y la mano colectiva
que se enlaz� a la nuestra.
Estamos seguros que uno de los puntos a tratar en su reuni�n ser�, o ha sido ya,
el levantar una gran campa�a en apoyo al compa Kuy, para denunciar la agresi�n
de que fue objeto y demandar justicia para �l y para todos los lesionados en esa
fecha, y para exigir la libertad absoluta de todos los detenidos en la Ciudad de
M�xico y en Guadalajara en ocasi�n de las protestas contra la imposici�n de
Enrique Pe�a Nieto como titular del ejecutivo federal.
No s�lo, pero tambi�n es importante que esa campa�a contemple el recabar fondos
para apoyar al compa Kuy en los gastos de hospitalizaci�n, y en los de su
posterior recuperaci�n, que las zapatistas y los zapatistas deseamos pronta.
Para apoyar esa campa�a de fondos, estamos mandando una peque�a cantidad de
dinero en efectivo. Les pedimos que, aunque peque�a, la sumen a la que vayan
reuniendo para nuestro compa�ero de lucha. En cuanto podamos reunir m�s, se la
haremos llegar a quien ustedes designen para ese trabajo.
-*-
Quisimos aprovechar esta reuni�n que tienen, no s�lo para saludar su
empecinamiento, tambi�n y sobre todo, para saludar, a trav�s de ustedes, a todos
los compas en M�xico y en el mundo que se han mantenido firmes en ese lazo que
nos une y que llamamos la Sexta.
Sepan que ha sido un honor tenerlos como compa�eroas.
Sabemos que parece una despedida, pero no lo es. S�lo significa que hemos dado
por terminada una etapa en el camino que nos se�ala la Sexta, y que pensamos que
hay que dar otro paso.
No han sido pocos los sinsabores que hemos padecido, a veces juntos, a veces
cada quien en su geograf�a.
Ahora queremos explicarles y comunicarles algunos cambios que haremos en nuestro
caminar y en el que, si est�n de acuerdo y nos acompa�an, volveremos, pero de
otra forma, al dilatado recuento de dolores y esperanzas que antes se llam� la
Otra Campa�a en M�xico y la Zezta Internazional en el mundo, y que ahora ser�
simplemente La Sexta. Ahora iremos m�s all�, hasta�
El Tiempo del No, el Tiempo del S�.
Compa�eras, compa�eros:
Definido el qui�nes somos, nuestra historia pasada y actual, nuestro lugar y el
enemigo al que nos enfrentamos, como est� plasmado en la Sexta Declaraci�n de la
Selva Lacandona, sigue pendiente el acabar de definir el por qu� luchamos.
Definidos los "no", falta acabar de delinear los "s�".
Y no s�lo, faltan tambi�n m�s respuestas a los "c�mo", "cu�ndo", "con qui�n".
Todos ustedes conocen que nuestro pensamiento no es el de construir una gran
organizaci�n con un centro rector, un mando centralizado, un jefe, sea
individual o colegiado.
Nuestro an�lisis del sistema dominante, de su funcionamiento, de sus fortalezas
y debilidades, nos ha llevado a se�alar que la unidad de acci�n puede darse si
se respetan lo que nosotros llamamos "los modos" de cada quien.
Y esto de "los modos" no es otra cosa que los conocimientos que cada uno de
nosotros, individual o colectivo, tiene de su geograf�a y calendario. Es decir,
de sus dolores y sus luchas.
Nosotros estamos convencidos que todo intento de homogeneidad no es m�s que un
intento fascista de dominaci�n, as� se oculte en un lenguaje revolucionario,
esot�rico, religioso o similares.
Cuando se habla de "unidad", se omite se�alar que esa "unidad" es bajo la
jefatura del alguien o algo, individual o colectivo.
En el falaz altar de la "unidad" no s�lo se sacrifican las diferencias, tambi�n
se esconde la supervivencia de todos los peque�os mundos de tiran�as e
injusticias que padecemos.
En nuestra historia, la lecci�n se repite una y otra vez. Y en cada vuelta del
mundo, siempre es para nosotros el lugar del oprimido, del despreciado, del
explotado, del despojado.
Las que llamamos las "4 ruedas del capitalismo": explotaci�n, despojo, represi�n
y desprecio, se han repetido a lo largo de toda nuestra historia, con diferentes
nombres arriba, pero nosotros somos siempre los mismos abajo.
Pero el actual sistema ha llegado a un estadio de locura extrema. Su af�n
depredador, su desprecio absoluto por la vida, su deleite por la muerte y la
destrucci�n, su empe�o en instalar el apartheid para todos los diferentes, es
decir, todos los de abajo, est� llevando a la humanidad a su desaparici�n como
forma de vida en el planeta.
Podemos, como alguien pudiera aconsejar, esperar pacientemente a que los de
arriba acaben por destruirse a s� mismos, sin reparar en que su insana soberbia
lleva a la destrucci�n de todo.
En su af�n de estar m�s y m�s arriba, dinamitan los pisos de abajo, los
cimientos. El edificio, el mundo, terminar� por colapsarse y no habr� a qui�n
culpar como responsable.
Nosotros pensamos que s�, que algo anda mal, muy mal. Pero que si, para salvar a
la humanidad y la maltrecha casa en que habita, alguien se tiene que ir, deben
ser, tienen que ser los de arriba.
Y no nos referimos a desterrar a las personas de arriba. Hablamos de destruir
las relaciones sociales que posibilitan que alguien est� arriba a costa de que
alguien est� abajo.
Los zapatistas, las zapatistas sabemos que esta gran l�nea que hemos trazado
sobre la geograf�a del mundo no es nada cl�sica. Que esto del "arriba" y el
"abajo" molesta, incomoda e irrita. S�, no es lo �nico que irrita, lo sabemos,
pero ahora nos estamos refiriendo a esta incomodidad.
Podemos estar equivocados. Seguramente lo estamos. Ya aparecer�n los polic�as y
comisarios del pensamiento para juzgarnos, condenarnos y ejecutarnos� ojal� s�lo
sea en sus flam�geros escritos y no escondan su vocaci�n de verdugos detr�s de
la de jueces.
Pero as� es como los zapatistas, las zapatistas vemos el mundo y sus modos:
Hay machismo, patriarcado, misoginia, o como se diga, pero una cosa es ser mujer
de arriba y otra completamente diferente serlo de abajo.
Hay homofobia s�, pero una cosa es ser homosexual de arriba y una muy otra es
serlo de abajo.
Hay desprecio al diferente s�, pero una cosa es ser diferente arriba y otra
serlo abajo.
Hay izquierda como alternativa a la derecha, pero una cosa es ser de izquierda
arriba y algo completamente distinto (y opuesto, agregamos nosotros) serlo
abajo.
Pongan ustedes su identidad en este par�metro que se�alamos y ver�n esto que les
decimos.
La identidad m�s tramposa, de moda cada que el Estado moderno entra en crisis,
es la de "ciudadan�a".
No tienen nada en com�n y s� todo de opuesto y contradictorio el "ciudadano" de
arriba y el "ciudadano" de abajo.
Las diferencias son perseguidas, arrinconadas, ignoradas, despreciadas,
reprimidas, despojadas y explotadas, s�.
Pero nosotros, nosotras vemos una diferencia m�s grande que atraviesa esas
diferencias: el arriba y el abajo, los que tienen y los que no tienen.
Y vemos que esa gran diferencia tiene algo sustancial: el arriba est� arriba
sobre lo de abajo; el que tiene posee porque despoja a los que no tienen.
Siempre seg�n nosotros, esto del arriba y el abajo determina nuestras miradas,
nuestras palabras, nuestros o�dos, nuestro pasos, nuestro dolores y nuestras
luchas.
Tal vez haya otra oportunidad para explicar m�s de nuestro pensamiento sobre
esto. Por ahora s�lo diremos que miradas, palabras, o�dos y pasos de arriba
tienden a la conservaci�n de esa divisi�n. Claro que eso no implica inmovilidad.
El conservadurismo parece estar muy lejos de un sistema que descubre m�s y
mejores formas de imponer las 4 heridas que el mundo de abajo padece. Pero estas
"modernizaciones" o "progresos" no tienen otro objetivo que conservar arriba a
los de arriba de la �nica forma en que es posible, es decir, sobre los de abajo.
La mirada, la palabra, el o�do y los pasos de abajo, seg�n nosotros, son
determinados por el cuestionamiento: �Por qu� as�? �Por qu� ell@s? �Por qu�
nosotr@s?
Para imponernos respuestas a esas preguntas, o para evitar que las hagamos, se
han construido catedrales gigantescas de ideas, algunas m�s o menos elaboradas,
las m�s de las veces tan grotescas que no s�lo admira que alguien las haya
elaborado y alguien las crea, tambi�n que se hayan construido universidades y
centros de estudios y an�lisis sostenidos en ellas.
Pero siempre aparece un aguafiestas que arruine los sucesivos festejos de la
culminaci�n de la historia.
Y es@ malora responde a esas preguntas con otra: "�podr�a ser de otra forma?"
Esa pregunta tal vez pueda ser la que detona la rebeld�a en su acepci�n m�s
amplia. Y puede serlo porque hay un "no" que la ha parido: no tiene por qu� ser
as�.
Disculpen si este confuso rodeo los ha irritado. Ach�quenlo ustedes a nuestro
modo, o a nuestros usos y costumbres.
Lo que queremos decir, compa�eras, compa�eros, compa�eroas, es que lo que nos
convoc� en la Sexta fue ese "no" rebelde, hereje, grosero, irreverente, molesto,
inc�modo.
Llegamos ac� porque nuestras realidades, nuestras historias, nuestras rebeld�as
nos llevaron a ese "no tiene por qu� ser as�".
Eso y que, intuitiva o elaboradamente, nos hemos respondido "s�" a la pregunta
"�podr�a ser de otra manera?"
Falta responder a las preguntas que se atropellan despu�s de ese "s�":
�C�mo es esa otra manera, ese otro mundo, esa otra sociedad que imaginamos, que
queremos, que necesitamos?
�Qu� hay que hacer?
�Con qui�n?
Tenemos que buscar las respuestas a esas preguntas si no las tenemos. Y si las
tenemos, debemos darlas a conocer entre nosotr@s.
-*-
En este nuevo paso, pero en el mismo camino de la Sexta Declaraci�n de la Selva
Lacandona, como zapatistas que somos trataremos de aplicar algo de lo que
aprendimos en estos 7 a�os y haremos cambios en el ritmo y la velocidad del
paso, s�, pero tambi�n en la compa��a.
Saben ustedes, uno de los muchos y grandes defectos que tenemos las zapatistas,
los zapatistas, es la memoria. Recordamos qui�n estuvo cu�ndo y en d�nde, qu�
dijo, qu� hizo, qu� call�, qu� deshizo, qu� escribi�, qu� borr�. Recordamos los
calendarios y las geograf�as.
Que no se nos malinterprete. No juzgamos a ningun@, cada qui�n se construye como
puede su coartada para lo que hace y deshace. El necio rodar de la historia dir�
si fue un acierto o un error.
Por nuestra parte, los hemos visto, los hemos escuchado, de tod@s hemos
aprendido.
Ya vimos qui�nes fueron los que s�lo se acercaron para sacar provecho pol�tico
propio de la Otra Campa�a, qui�nes van brincando de una movilizaci�n a otra,
seducidos por las masas, y paliando as� su incapacidad para generar algo por s�
mismos. Un d�a son anti electorales, otro d�a despliegan sus banderas en la
movilizaci�n de moda; un d�a son maestros, al otro estudiantes; un d�a son
indigenistas, al otro d�a se al�an con finqueros y paramilitares. Claman por el
fuego justiciero de las masas, y se desaparecen cuando llegan los chorros de
agua de los tanques antimotines.
No volveremos a caminar junto con ellos.
Ya vimos qui�nes son los que aparecen cuando hay templetes, interlocuciones,
buena prensa, atenci�n, y se desaparecen a la hora del trabajo sin bulla pero
necesario, como la mayor�a de quienes aqu� escuchan o leen esta carta lo saben.
En todo este tiempo, nuestra mirada y nuestro o�do no fueron para quienes
estaban arriba del templete, sino para los que lo levantaron, los que hicieron
la comida, barrieron, cuidaron, manejaron, volantearon, se la rajaron, como se
dice por ah�. Tambi�n vimos y escuchamos a quienes sobre los dem�s se treparon.
No volveremos a caminar junto con ellos.
Ya vimos qui�nes son los profesionales de las asambleas, sus t�cnicas y t�cticas
para reventar reuniones de modo que s�lo ellos, y quienes les siguen, queden
para aprobar sus propuestas. Reparten derrotas por donde se aparecen dirigiendo
mesas moderadoras, haciendo a un lado a los "fresas" y "peque�o burgueses" que
no entienden que en el orden del d�a se juega el futuro de la revoluci�n
mundial. Los que ven mal cualquier movimiento que no termine en una asamblea
conducida por ell@s
No volveremos a caminar junto con ellos.
Ya vimos qui�nes son los que se presentan como luchadores por la libertad de los
presos y presas en los eventos y campa�as, pero que nos demandaron abandonar a
los presos de Atenco y continuar el recorrido de la Otra Campa�a porque ya
ten�an su estrategia y sus eventos programados.
No volveremos a caminar junto con ellos.
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La Sexta es una convocatoria zapatista. Convocar no es unir. No pretendemos unir
bajo una direcci�n, ni zapatista ni de cualquier otra filiaci�n. No buscamos
cooptar, reclutar, suplantar, aparentar, simular, enga�ar, dirigir, subordinar,
usar. El destino es el mismo, pero la diferencia, la heterogeneidad, la
autonom�a de los modos de caminar, son la riqueza de la Sexta, son su fuerza.
Ofrecemos y ofreceremos respeto, y demandamos y demandaremos respeto. A la Sexta
un@ se adhiere sin m�s requisito que el "no" que nos convoca y el compromiso de
construir los "s�" necesarios.
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Compa�eroas, compa�eros, compa�eras:
Por parte del EZLN les decimos:
1.- Para el EZLN ya no habr� una Otra Campa�a nacional y una Zezta Internazional.
A partir de ahora caminaremos junto a quienes invitemos y nos acepten como
compas, lo mismo en la costa de Chiapas que en la de Nueva Zelanda. As� que el
territorio de nuestro accionar est� ahora claramente delimitado: el planeta
llamado "Tierra", ubicado en el llamado Sistema Solar. Seremos ahora lo que
somos de por s�: "La Sexta".
2.- Para el EZLN, ser de la Sexta no requiere afiliaci�n, cuota, inscripci�n en
lista, original y/o copia de una identificaci�n oficial, rendici�n de cuentas,
estar en el lugar del juez, o el jurado, o el acusado, o el verdugo. No hay
banderas. Hay compromisos y consecuencias de esos compromisos. Nos convocan los
"no", nos mueve la construcci�n de los "s�".
2.- Quienes, con el resurgimiento del EZLN, esperen una nueva temporada de
templetes y grandes concentraciones, y las masas asom�ndose al porvenir, y los
equivalentes a los asaltos al palacio de invierno, se desilusionar�n. Es mejor
que se vayan de una vez. No pierdan el tiempo, y no nos hagan perder el tiempo.
El andar de la Sexta es de tranco largo, no para enanos del pensamiento. Para
acciones "hist�ricas" y "coyunturales" hay otros espacios donde seguramente
encontrar�n acomodo. Nosotros no queremos s�lo cambiar de gobierno, queremos
cambiar de mundo.
3.- Ratificamos que como EZLN no nos aliaremos a ning�n movimiento electoral en
M�xico. Nuestra concepci�n ha sido clara sobre eso en la Sexta y no hay
variaci�n. Entendemos que haya quienes piensen que es posible transformar las
cosas desde arriba sin convertirse en uno m�s de los de arriba. Ojal� y las
desilusiones consecutivas nos los lleven a convertirse en eso contra lo que
luchan.
4.- Nuestra palabra que les proponga iniciativas organizativas, pol�ticas y de
difusi�n ser� EXCLUSIVA para quienes nos lo requieran y aceptemos, y enviadas
por el correo de la p�gina electr�nica a las direcciones que tenemos. Tambi�n
aparecer�n en la p�gina de Enlace Zapatista, pero s�lo podr� accederse a su
contenido completo por medio de una contrase�a que ir� cambiando continuamente.
Esa contrase�a se las haremos llegar de alg�n modo, pero ser� f�cil de deducir
para quien lee con atenci�n lo que s� se ve y para quien ha aprendido a
descifrar los sentimientos que se hacen letras en nuestra palabra. Cada individu@,
grupo, colectivo, organizaci�n o como se llame cada qui�n, tiene el derecho y la
libertad de pasarle esa informaci�n a quienes crea conveniente. Tod@s l@s
adherentes a la Sexta tendr�n el poder de abrir la ventana de nuestra palabra y
de nuestra realidad a quien deseen. La ventana, no la puerta.
5.- El EZLN les pide paciencia para irles dando a conocer las iniciativas que,
durante 7 a�os, hemos madurado, y cuyo principal objetivo ser� que est�n en
contacto directo con las bases de apoyo zapatista en la forma que, en mi humilde
opini�n y larga experiencia, es la mejor, es decir: como alumnos.
6.- Por ahora s�lo les adelantamos que quienes puedan y quieran, y que sean
invitados expresamente por la Sexta-EZLN, vayan juntando el varo, la plata, el
money o como le digan a la moneda de cambio en cada parte del planeta, para
estar en posibilidades de viajar a tierras zapatistas en fechas por precisar.
M�s despu�s les diremos m�s detalles.
Para terminar esta misiva (que, como es evidente, tiene la desventaja de no
tener un video o una rola que la acompa�e y complete en su versi�n le�da),
queremos mandar el mejor de nuestros abrazos (y s�lo tenemos uno) a los hombres,
mujeres, ni�os y ancianos, grupos, organizaciones, movimientos, o como cada
qui�n se nombre a s� mismo, que en todo este tiempo no nos alejaron de sus
corazones, y resistieron y apoyaron como compa�eras, compa�eros y compa�eroas
que somos.
Compas:
Somos la Sexta.
Nos va a costar mucho.
No ser�n menos nuestros dolores al abrirnos a los que en el mundo duelen.
El camino ser� m�s tortuoso.
Batallaremos.
Resistiremos.
Lucharemos.
Moriremos tal vez.
Pero una, diez, cien, mil veces, siempre venceremos siempre.
Por el Comit� Clandestino Revolucionario Ind�gena-Comandancia General del
Ej�rcito Zapatista de Liberaci�n Nacional La Sexta-EZLN.
Subcomandante Insurgente Marcos.
Chiapas, M�xico, Planeta Tierra. Enero del 2013.