Zapatismo
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La APPO, dos años después: ¿a dónde va el movimiento social de Oaxaca?
Scott Campbell
La intención de concentrar esfuerzos en la organización directa, horizontal y
comunitaria, así como el rechazo a depender de partidos políticos, del gobierno
o de organizaciones jerárquicas es muy prometedora
La entrada del otoño en Oaxaca marca el inicio de un período de conmemoraciones.
Las marchas por José Jiménez Colmenares y Lorenzo San Pablo Cervantes, miembros
caídos de la APPO, ya se han hecho presentes serpenteando las calles de la
ciudad, deteniéndose en los lugares de los respectivos asesinatos en 2006,
realizando ceremonias en la Catedral. En los próximos meses Oaxaca verá
veinticuatro marchas luctuosas más; la cifra no hará sino crecer mientras se
llevan a cabo esfuerzos por identificar los por lo menos ocho cadáveres
descubiertos hace poco en tumbas clandestinas dentro del cementerio principal de
Oaxaca.
En lo que representa toda una vida desde la perspectiva de los movimientos
sociales y apenas un parpadeo para la historia de largo aliento, han pasado poco
más de dos años desde que el pueblo de Oaxaca estalló en una rebelión espontánea
pero profundamente arraigada en contra del brutal gobierno de Ulises Ruiz Ortiz
(URO) y todo lo que representa. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)
se formó apenas unos días después de que las tropas de asalto de URO organizaran
redadas en el centro de la ciudad el 14 de junio de 2006 en un intento por
retirar el campamento de maestros en huelga (tras reagruparse, los maestros y
sus simpatizantes volvieron a tomar el Zócalo).
En esencia, la APPO nació como un grupo horizontal impulsado por el consenso y
arraigado en las prácticas indígenas milenarias de las asambleas. David Venegas,
participante de la APPO y miembro del grupo anarquista VOCAL escribió hace poco
en el diario Noticias de Oaxaca que "Olvidan e ignoran que la Asamblea Popular
de los Pueblos de Oaxaca es naturalmente opuesta al poder. Pues la
horizontalidad, respeto por el consenso y el diálogo respetuosos son los
principios fundamentales de la asamblea".[1]
Durante más de cinco meses, la APPO controló la ciudad de Oaxaca y de gran parte
del estado. No fue hasta que Vicente Fox, en una de sus decisiones de despedida
del cargo presidencial, envío a la policía paramilitar federal el 25 de
noviembre que URO recuperó "el control". Sería más preciso señalar que la APPO
perdió el control físico y nada más. Ha corrido mucha tinta en torno a aquellos
"días de libertad", como los llamaba un amigo, tanta que es innecesario hacer
una crónica en este espacio. Recomiendo a quienes tengan interés en los detalles
la lectura de The People Decide: Oaxaca’s Popular Assembly de Nancy Davies,
disponible en NarcoNews.com.
A dos años, ¿qué queda en Oaxaca? ¿La APPO quedó reducida a mero mecanismo para
recordar a sus miembros caídos? ¿Se vale decir, como URO afirma con insistencia
epiléptica, que "aquí no pasa nada"? ¿O lo que vemos es la crisálida de un
movimiento que se vuelve a consolidar para resurgir con la misma efervescencia
pero con renovada asertividad? Sin duda, hay mensajes encontrados y estamos
lejos de prever lo que esté por venir. El panorama resulta fácilmente sombrío.
Para empezar, la APPO, a efectos prácticos, ya no existe como asamblea que se
reúne, toma decisiones colectivas y toma acción pública. No obstante, muchas
organizaciones que formaron parte de la APPO siguen usando este nombre al
difundir sus acciones y enviar comunicados que, irónica o trágicamente, suelen
incluir denuncias contra otras organizaciones que también pertenecieron a la
APPO y también recurren al mismo sello. Claro que, en el mejor de los casos,
esto genera confusión y, en el peor, desánimo y desilusión.
No hay divisiones claras, pero el conflicto más o menos puede dejar ver dos
bandos generales: quienes han elegido aprovechar el peso político y social de la
APPO para adentrarse en el sistema político vigente y tratar de sacar lo que se
pueda, y quienes rechazan toda relación con el sistema que en 2006 mataba y
desaparecía a sus camaradas. Esto ha creado, como bien señala Kiado Cruz, editor
de OaxacaLibre.org, "una parálisis generalizada"[2] dentro del movimiento social
y en su formulación actual no hay esperanza de avance.
Este desacuerdo se ha traducido en la reducción de despliegues de movilización
social bajo las pancartas de la APPO y, asestando nuevos golpes a la
organización hoy carente de capacidad de acción, las disputas entre ambos bandos
suelen ser públicas. Un ejemplo de esta mutua animosidad tuvo lugar durante una
marcha celebrada el 10 de agosto para conmemorar el asesinato de José Jiménez
Colmenares. Mientras la procesión se detenía en el lugar en el que cayó Jiménez,
un grupo de anarcopunks dejó pintas en las paredes del edificio desde el que
Jiménez fue ultimado a tiros. Un par de pintas denunciaban a Zenén Bravo:
"Nuestros muertos no caben en las urnas. ¡Entiéndelo, Zenén!", gritaban los
muros.
Bravo, ex miembro del consejo de la APPO y organizador del Frente Popular
Revolucionario (FPR), un grupo marxistaleninista - estalinista, es hoy diputado
del estado. Elegido en 2007, su decisión de contender conjuntamente por el PRD-TConvergencia
(partidos políticos de "centro izquierda") fue un terrible golpe para la
integridad de la APPO que, por regla general, rechazaba toda participación con
partidos políticos y política electoral.
Después, durante la marcha, Germán Mendoza Nube, otro líder del FPR, vio su
discurso interrumpido con gritos de "traidor". Los miembros del FPR echaron a
correr hacia quienes gritaban (anarcopunks, miembros del grupo anarquista VOCAL
y otras personas) y casi estalló una trifulca callejera entre miembros de la
APPO. Al día siguiente, a la par de la disputa mencionada en los medios, el
sitio "oficial" de la APPO exageraba el incidente y denunciaba a VOCAL. La
semana subsiguiente hubo una marcha por Lorenzo San Pablo, otro miembro de la
APPO que fue asesinado, organizada por VOCAL, pero el sitio "oficial" de la APPO
no consideró pertinente hablar del asunto.
Mientras esta disputa se evidencia en las calles y en Internet, los miembros de
la APPO que están sedientos de poder siguen en pleno romance con sus otrora
opresores y ahora colegas, al tiempo que quienes desean mantenerse leales a la
premisa original de la APPO proponen la construcción de algo nuevo. Es
precisamente esta etapa de consolidación, deliberación y reconstrucción lo que
alimenta la esperanza de un movimiento social triunfante. En las últimas semanas
se consolidaron diversas iniciativas a modo de muestra de esta nueva
trayectoria:
* Se llevó a cabo un foro ciudadano de cinco días en la zona residencial de
Reforma a principios de agosto. El foro retomó el aliento del éxito comunitario
al impedir la construcción de un Chedraui, un supermercado tipo Wal-Mart,
después de que la empresa, a las 4 de la madrugada, talara 200 árboles en el
parque donde esperaban levantar la tienda. El foro no se limitó a discutir qué
hacer con el espacio ralo; también se abordó el tema "la democracia
participativa, la ciudad que queremos"[3], y los problemas que enfrenta cada
barrio de la ciudad y qué medidas pueden tomarse colectivamente para resolver
dichos problemas en forma independiente de los partidos políticos y el gobierno.
* Está en curso el diplomado de "investigadores descalzos", organizado por VOCAL
y el proyecto de educación alternativa Universidad de la Tierra (Unitierra).
Este proyecto de ingreso libre y gratuito organiza reuniones de cinco horas cada
dos semanas durante varios meses con el propósito de realizar, entre otras
actividades, "una reflexión sistemática sobre la situación económica, social y
política de Oaxaca, con perspectiva nacional y mundial, con énfasis en los
movimientos sociales autónomos; es decir los que luchan desde la base para
transformar la sociedad sin la toma del poder del estado."[4]
* En fechas más recientes, se celebró la Primera Asamblea de Estaciones de Radio
Comunitarias y Libres/Piratas en Zaachila, Oaxaca, a fines de agosto. Las
estaciones participantes crearon una asamblea permanente para promover y
defender a las estaciones de radio comunitarias e indígenas, una de las
herramientas más importantes para el movimiento social y objeto constante de
ataques del Estado.[5]
En una reciente entrevista con Noticias, Gustavo Esteva, presidente del consejo
de Unitierra y académico de largo aliento especializado en movimientos sociales,
destacó que "Sin duda "... en 50 años de estudio de la situación social en
Oaxaca, "nunca he visto tanto movimiento y efervescencia abajo", lo que debe de
preocupar al gobierno... Explicó que esta efervescencia social es "invisible
para los medios de comunicación porque no es nada espectacular; no se define por
marchas, sino que se concretiza en iniciativas por la generación de un nuevo
tejido social".[6]
En una reflexión sobre este nuevo movimiento, Kiado Cruz propone nombrarlo "comunalicracia":
"Es importante reflexionar en la acción si nuestro movimiento es mas allá de lo
ideológico o somos un movimiento que tiene un rostro y un corazón que intuimos
viene de lo mas profundo de nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar
heredada de nuestros antepasados... Si esta intuición la confirmamos entre
tod@s podremos definir los caminos
constructivos de esa acción."[7]
Queda por esperar el resultado de estos foros, seminarios y asambleas. No
obstante, está claro que si bien la APPO puede estar fragmentada, tanto por las
divisiones internas como por la represión del gobierno, la voluntado del pueblo
por continuar la lucha se mantiene incólume. La intención de concentrar
esfuerzos en la organización directa, frente a frente, horizontal y comunitaria,
así como el rechazo a interactuar o depender de partidos políticos, del gobierno
o de organizaciones jerárquicas es muy prometedora. Garantiza que aquello que
surja será un movimiento genuino del pueblo oaxaqueño. Un movimiento cuya
orientación, acciones y victorias serán del pueblo.
Como lo señala David Venegas, "El poder, por mas que se lama las heridas
superficiales que le ha dejado sobre el cuerpo la acción insurrecta del pueblo
en 2006, y aunque se pinte y se adorne con palabras de paz social,
reconciliación y desarrollo en su cuerpo horrendo, no será capaz de curarse de
la herida mas profunda provocada por el pueblo en 2006, la herida producida en
la fuente misma de su fortaleza por la conciencia ganada de nuestros pueblos de
lo insostenible de su situación y de la necesidad de luchar incansablemente
hasta obtener justicia, libertad, dignidad y paz verdaderas. Es esta la herida
mortal que permanece en el corazón del poder y de la cual no ha de recuperarse
jamás".[8]
Notas
1. Venegas, David. "El equilibrio del poder." Noticias - Voz e Imagen de Oaxaca.
13/8/08. http://vocal.lahaine.org/articulo.php?p=179.
Noticias no publicó la sección de Opinión en su sitio web.
http://www.lahaine.org/index.php?p=32214
2. Cruz, Kiado. "Dar vuelta a la esquina."
Oaxacalibre.org. 24/8/08.
3. http://www.kaosenlared.net/noticia/oaxaca-ciudad-de-ciudadanos
4. http://lahaine.org/index.php?p=17134
5. oaxacalibre.org
6. Matias, Pedro. "Incompetentes juegan con fuego: Gustavo Esteva"
Noticias - Voz e Imagen de Oaxaca.
3/8/08.
7. Ver Cruz, Kiado, op. cit.
8. Ver Venegas, David, op. cit.
Traducción del inglés de Atenea Acevedo. VOCAL,
http://vocal.lahaine.org