Zapatismo
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Los zapatistas no están solos
Nacho Escartín
Biblioteca Frida Kahlo
"Una mirada limpia y un oído atento". Estas dos cualidades destacó el
subcomandante insurgente Marcos el pasado 2 de agosto de 2008 en el Caracol 3 de
la Garrucha ante los cientos de participantes en la Caravana Nacional e
Internacional de Observación y Solidaridad con las Comunidades Zapatistas de
Chiapas. Durante 12 días, personas provenientes del estado español, Italia,
Grecia, Francia, Estados Unidos o distintos estados mexicanos han participado en
este encuentro convocado en la última reunión de la Europa Zapatista celebrada
en mayo en Grecia.
La situación en el sureste mexicano es alarmante, como señaló la Sexta
declaración del EZLN en la que se habla con claridad de que se siente "el olor
de la guerra". Desde el levantamiento indígena zapatista del 1 de enero de 1994,
el gobierno estatal y federal mexicano ha ejercido prácticas militares propias
de una guerra de baja intensidad y en las últimas semanas ha intensificado su
acoso y maltrato a las comunidades indígenas. El pasado 4 de junio, se produjo
una incursión militar de 200 soldados, así como policías y judiciales,
en los pueblos zapatistas de Hermenegildo
Galeana y San Alejandro, del Caracol de La Garrucha. En ese
momento en el que la mayoría de los hombres trabajaban en la milpa, fueron las
mujeres y los niños, fundamentalmente, las que hicieron frente y rechazaron a la
fuerza policial de manera pacífica y sin caer en las provocaciones.
El hostigamiento y acoso a las comunidades zapatistas es una práctica continua
por parte del ejército mexicano, estatal y federal, que junto con el armamento
de grupos paramilitares está tensando la convivencia en la zona y amenazando el
proyecto de autonomía política llevado a cabo por los zapatistas. Una realidad
que pudo ser disfrutada por los caravanistas desplazados a los Caracoles de La
Garrucha, La Realidad, Morelia y Oventik. Las Juntas del Buen Gobierno fueron
las encargadas de preparar la agenda de los compañeros visitantes, los cuales
conocieron distintas comunidades especialmente vulnerables por el maltrato
represivo.
En Galeana, un centenar de personas visitaron las tierras recuperadas por el
EZLN, donde constaron que se trabaja la milpa de maiz, frijoles y calabaza. En
ningún caso encontraron una sola planta de marihuana como esgrime el mal
gobierno para justificar sus ataques militares. Esta estúpida razón se cae por
su propio peso, ya que las comunidades zapatistas, a instancia de las mujeres,
decidieron no permitir el consumo ni la utilización del alcohol o de cualquier
tipo de drogas.
En la comunidad de Cruztón, decenas de caravanistas constataron las distintas
violaciones a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos indígenas.
Allí, distintos funcionarios del estado de Chiapas están implicados en el acoso
y despojo de tierras a los zapatistas, utilizando medios coercitivos, como
grupos paramilitares que invaden ilegítimamente los territorios recuperados para
los pueblos indígenas zapatistas.
En otras comunidades, como Javier Hernández o San Rafael, los participantes en
la Caravana conocieron de primera mano los esfuerzos realizados durante estos 14
años de autonomía zapatista para mejorar la vida de las comunidades indígenas.
Desde el alzamiento del EZLN, en palabras de autoridades locales zapatistas
"estamos tranquilos. Nos hemos organizado y trabajamos como queremos. Ya podemos
pescar o beber del río. Trabajamos la milpa y tenemos unos pocos animalitos.
Tenemos promotoras de salud y de educación. Nos organizamos de manera autónoma
al mal gobierno. Nuestra vida ha mejorado mucho. Ya no somos esclavos de los
terratenientes que nos maltrataban y no nos pagaban por nuestro trabajo".
Continuando el trabajo de solidaridad política, los caravanistas europeos,
mexicanos y americanos celebraron diferentes asambleas para organizar las
respuestas a cualquier tipo de ataque a las comunidades zapatistas. Diferentes
portales, como www.europazapatista.org,
recogen toda la información necesaria para involucrarse en el movimiento y
demostrar al mundo y especialmente al mal gobierno mexicano, que los zapatistas
no están solos.