Zapatismo
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Desde el Estado se promueve el desd�n, dice anarcopunk en el
festival de la Digna Rabia
Migrantes: el gobierno mexicano tolera desprecio y rapacidad de patrones en EU
Enrique M�ndez
LA Jornada
�Qu� es el desprecio? Lo describen los braceros que participaron en el Festival
Mundial de la Digna Rabia en un pronunciamiento que ley� Florentino V�zquez: "En
a�os de nuestra juventud fuimos al norte. Sufrimos discriminaci�n, soportando
an�lisis m�dicos humillantes. Nos desnudaron, nos rociaron insecticida. Nos
empinaron y con una linterna nos revisaron el culo. Nos picaron los test�culos
para ver si est�bamos herniados. Nos trataron como animales, no como
cristianos".
Medio siglo despu�s contin�a el desprecio, pero ahora en el pa�s. El gobierno
federal les regatea el pago de ahorros que, estima el acad�mico de la
Universidad Nacional Aut�noma de M�xico Luis Lozano en el �ltimo d�a de
trabajos, asciende �con intereses� a 5 billones de pesos. "Casi todos tienen
ahora entre 90 y 100 a�os, y el gobierno espera que mueran para que todo quede
en el olvido y se consume as� el despojo", se�ala.
El desprecio, describi� un joven anarcopunk, lo dicta el Estado, pero se aplica
en la familia, la escuela, los medios. Tambi�n en las campa�as que generan
opini�n sobre qu� ropa usar, "y donde los buenos son los bien vestidos que van a
la iglesia a confesarse, aunque sean delincuentes de cuello blanco".
Ayer, en el �ltimo d�a de actividades en el Lienzo Charro de Iztapalapa, pues
los trabajos se trasladar�n a Chiapas del 2 al 5 de enero, la mesa gir� sobre el
tema Las cuatro ruedas del capitalismo: el desprecio.
Empez� el Colectivo Anarko Punk La Kurva con un comunicado que envi� al
festival, en el cual resalt�: "El Estado organiza el desprecio a trav�s de
medios sutiles o violentos".
En el primer caso, indica, se aplica en escuelas, iglesias y medios de
comunicaci�n "que funcionan bien". En caso contrario se ejercen m�todos
violentos y el "Estado se sirve de la polic�a y el Ej�rcito para espantar, matar
o madrear. El gobierno nos desprecia porque no somos econ�micamente rentables.
Nosotros les pintamos g�evos y nos mandan a los polic�as".
Asimismo, el Congreso Nacional Ind�gena tambi�n mand� su postura al festival, en
la cual plantea que el capitalismo responde con la agudizaci�n de las agresiones
a las comunidades cuando �stas se deciden a defender los recursos naturales que
a�n quedan y est�n bajo protecci�n de su cultura, pueblos, naciones y tribus.
"El poderoso no nos acepta en su mundo. Nos desprecia, persigue y mata. Para
ellos s�lo se puede convivir con nosotros si somos sus c�mplices", se�alaron.
"Nos gritaban �mother fucker!"
Florentino V�zquez Herrer�as, de Tlaxcala, en nombre de los migrantes, cont�
algunas historias de desprecio de que fueron v�ctimas en Estados Unidos: "Si no
pasabas el examen (m�dico) te regresaban. Quer�an gente vigorosa, activa,
acostumbrada a las friegas. Muy productiva para que les rindi�ramos altas
ganancias. Quer�an nuestra juventud y se la dejamos. A cambio recibimos
desprecio, explotaci�n y robo".
Una vez contratados, dijo, "nos trasladaban en tr�ileres, de pie y amontonados,
como ganado". "S�lo falt� que bram�ramos", dijo otro migrante de Zacatecas.
"Viajes largos, de muchos kil�metros, de muchas horas. Lleg�bamos casi muertos a
los lugares de trabajo."
Record� que en el convenio binacional M�xico-Estados Unidos del 4 de agosto de
1942, ambos gobiernos se comprometieron a garantizar a los trabajadores
mexicanos mismos derechos y condiciones laborales y salariales que los de los
jornaleros de ese pa�s, as� como a brindar buen hospedaje, alimentaci�n y a no
discriminar.
"Todo eso fue una falsedad e ignorado en los hechos por los patrones yanquis,
con la actitud c�mplice de su gobierno, lo cual se explica: se trataba de los
suyos. Pero tambi�n de nuestro gobierno, que no hizo nada por defendernos. Nos
abandon� y dej� a merced de la voracidad de los rancheros que nos esclavizaron.
Y permitieron que nos humillaran y despreciaran, guardando silencio nuestro
embajador y c�nsules, lo que habla de su compromiso e incondicionalidad con el
imperialismo, no con nosotros", narr�.
Con todo, los m�s malos eran los capataces de origen mexicano. Ante los
asistentes al festival, detall�: "en la cosecha de betabel, lechugas y otros
productos, o en la pizca del algod�n, camin�bamos agachados. Nos exig�an caminar
m�s r�pido. Tantito nos enderez�bamos, nos la mentaban en ingl�s. Nos gritaban
��mother fucker!� A los que se quedaban atr�s les daban patadas en las nalgas.
Era como si se hubieran puesto de acuerdo todos los patrones gringos sobre la
manera de explotarnos y maltratarnos. Nos arreaban como animales para que
rindi�ramos m�s, para dominarnos".
Francisco V�zquez, de 78 a�os, anduvo en la pizca de naranja en Florida, donde
se fractur� una pierna al caer de una escalera mal colocada sobre una rama. Hoy
todav�a cojea. "No se hace uno rico en el norte. Y en M�xico somos pobres siendo
un pa�s con tanta riqueza. No, no me cas�. Cuando regres� a Nayarit, a mi novia
ya se la hab�a robado otro."