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Askatasuna facilitó ayer nuevos datos de la situación que afrontaron los presos políticos vascos después de que el Ministerio de Interior achacara a ETA la autoría del atentado del 11 de marzo en Madrid. En algunos casos, fueron enviados a aislamiento, mientras que en otros sufrieron diversas amenazas. En Brieva (Avila) se produjeron incluso agresiones, con palos, a Olatz Dañobeitia, Idoia Martínez y Ainhoa Irastorza a cargo de algunas presas sociales «instigadas por funcionarios». Después fueron llevadas a aislamiento, además.

Destaca también el caso de Granada, donde se encuentra la presa Ainhoa Gutiérrez con su hija pequeña. Askatasuna aseguró que un médico de la prisión indicó a una presa social que «si queréis darle una paliza o cortarle el cuello, yo no miro», por lo que su familia se encuentra alarmada.

En Logroño, Daroca y Langraiz se impuso el primer grado y se envió a aislamiento a varios prisioneros vascos. En la citada cárcel de Zaragoza, fueron además amenazados con navajas, y se atacaron sus celdas «dejando todo patas arriba». En Puerto fueron los familiares quienes tuvieron problemas; se les conminó a irse de un bar bajo amenaza de ser golpeados.

Askatasuna denunció especialmente a los medios de difusión por crear esta situación al «someterse ciegamen- te» a la tesis gubernamental.

Por la mañana, cientos de personas participaron en una concentración ante el Parlamento de Gasteiz convocadas por Etxerat bajo el lema «Kriminalizazio hiltzailerik ez! Angel gogoan zaitugu».

Miembros de Etxerat registraron en la Cámara casos concretos de palizas a presos políticos vascos, y denunciaron la actitud del lehendakari Ibarretxe y la Comisión de Derechos Humanos.